Según Nouriel Roubini, un reputado economista de EEUU, la recesión está a la vuelta de la esquina y comenzará tan temprano como en los primeros meses del 2007. El detonante de la recesión es el reventón de la burbuja inmobiliaria, cuyo boom está llegando a su fin.
En su concurrido blog (www.rgemonitor.com/blog/roubini/142759), Roubini acaba de publicar el artículo "La caída más grande del sector inmobiliario en EEUU en los últimos 40 años ¿o 53 años?". Roubini cita una entrevista al magnate de la construcción Robert Toll (de Toll Brothers), quien dice que en sus 40 años como constructor nunca ha visto una caída como ésta.
En efecto, dice Roubini que la inversión real en residencias cayó 6,4% en el segundo trimestre del 2006. Añade que existen proyecciones oficiales que estiman una caída del 10% en los dos siguientes trimestres del 2006, mientras que, según sus cálculos, la caída será del 12 al 15% en los trimestres que vienen. El reventón de la burbuja inmobiliaria tendrá efectos más significativos en el resto de la economía que el reventón de la "burbuja Internet" en el 2000-2001, por las siguientes razones:
1) la caída de la inversión residencial pasará de 6,2% a 4% del PBI a fines del 2007, lo que tendrá un fuerte impacto en la demanda agregada. Esta caída de la inversión iguala a la del 2000-2001 con la burbuja Internet;
2) la disminución en el "efecto riqueza" del 2000-2001 se limitó a una élite que tenía acciones en la bolsa NASDAQ. En esta ocasión el impacto de la caída de los precios de las casas a nivel nacional va a afectar a todos los propietarios porque disminuirá el monto de las hipotecas, usadas por los propietarios para aumentar su consumo: "de los US$ 800,000 millones de préstamos hipotecarios del 2006, unos US$ 200,000 iban a consumo y unos 100,000 millones adicionales a inversión residencial. Al disminuir las hipotecas, los precios de las casas caerán y disminuirá el "efecto riqueza". Además, va a aumentar el monto del servicio de la deuda inmobiliaria –por el alza de las tasas de interés- de US$ 1 billón (1 trillón, en inglés) a US$ 1,8 billones en el 2007".
3) el 30% del aumento del empleo de los últimos 3 años está ligado, directa o directamente, al sector inmobiliario: construcción, materiales de construcción, "brokers", agentes de compra-venta y empleados de la industria hipotecaria. Esto va a tener efecto en otros sectores de la economía, lo que ya se está viendo en el sector de consumo duradero (que incluye autos, electrodomésticos y muebles). Así, a medida que se pincha la burbuja, el efecto de la pérdida de empleos, ingresos y salarios comenzará a expandirse a todos los sectores económicos.
Roubini afirma, además, que este feo "oso" (sinónimo de estancamiento o recesión en la jerga económica de EEUU) tiene dos compañeros: los altos precios del petróleo y las crecientes tasas de interés, lo que hará que sus efectos se expandan a Europa y otras economías del mundo. Ojo, pestaña y ceja.
Hay quienes no creen en los pronósticos de Roubini, sobre todo los más cercanos al gobierno, diciendo que son "aves de mal agüero". El viernes pasado el economista Paul Krugman escribió: "llámenme ave de mal agüero si quieren. Si bien no comparto la certeza de Roubini de que habrá de todas maneras una recesión en el 2007, puedo entender su énfasis: el sector construcción ha sido la máquina principal de crecimiento en los últimos 3 años. Y como esa máquina ahora está en retroceso, es difícil ver cómo podríamos evitar una seria disminución del crecimiento" ("El sector inmobiliario se pone feo", The New York Times, 25/8/2006).
Parece entonces que se nos vienen, más temprano que tarde, las "vacas flacas". Hay que aprovechar, hoy, la buena coyuntura de precios de los recursos naturales (que son de la Nación y no de las empresas) para obtener los ingresos necesarios para financiar las crecientes necesidades del Estado y, además, guardar pan para mayo. Creer que los próximos 5 años la economía internacional continuará su ciclo de alza es soñar despierto. Si no, pregúntenle a Roubini.
En su concurrido blog (www.rgemonitor.com/blog/roubini/142759), Roubini acaba de publicar el artículo "La caída más grande del sector inmobiliario en EEUU en los últimos 40 años ¿o 53 años?". Roubini cita una entrevista al magnate de la construcción Robert Toll (de Toll Brothers), quien dice que en sus 40 años como constructor nunca ha visto una caída como ésta.
En efecto, dice Roubini que la inversión real en residencias cayó 6,4% en el segundo trimestre del 2006. Añade que existen proyecciones oficiales que estiman una caída del 10% en los dos siguientes trimestres del 2006, mientras que, según sus cálculos, la caída será del 12 al 15% en los trimestres que vienen. El reventón de la burbuja inmobiliaria tendrá efectos más significativos en el resto de la economía que el reventón de la "burbuja Internet" en el 2000-2001, por las siguientes razones:
1) la caída de la inversión residencial pasará de 6,2% a 4% del PBI a fines del 2007, lo que tendrá un fuerte impacto en la demanda agregada. Esta caída de la inversión iguala a la del 2000-2001 con la burbuja Internet;
2) la disminución en el "efecto riqueza" del 2000-2001 se limitó a una élite que tenía acciones en la bolsa NASDAQ. En esta ocasión el impacto de la caída de los precios de las casas a nivel nacional va a afectar a todos los propietarios porque disminuirá el monto de las hipotecas, usadas por los propietarios para aumentar su consumo: "de los US$ 800,000 millones de préstamos hipotecarios del 2006, unos US$ 200,000 iban a consumo y unos 100,000 millones adicionales a inversión residencial. Al disminuir las hipotecas, los precios de las casas caerán y disminuirá el "efecto riqueza". Además, va a aumentar el monto del servicio de la deuda inmobiliaria –por el alza de las tasas de interés- de US$ 1 billón (1 trillón, en inglés) a US$ 1,8 billones en el 2007".
3) el 30% del aumento del empleo de los últimos 3 años está ligado, directa o directamente, al sector inmobiliario: construcción, materiales de construcción, "brokers", agentes de compra-venta y empleados de la industria hipotecaria. Esto va a tener efecto en otros sectores de la economía, lo que ya se está viendo en el sector de consumo duradero (que incluye autos, electrodomésticos y muebles). Así, a medida que se pincha la burbuja, el efecto de la pérdida de empleos, ingresos y salarios comenzará a expandirse a todos los sectores económicos.
Roubini afirma, además, que este feo "oso" (sinónimo de estancamiento o recesión en la jerga económica de EEUU) tiene dos compañeros: los altos precios del petróleo y las crecientes tasas de interés, lo que hará que sus efectos se expandan a Europa y otras economías del mundo. Ojo, pestaña y ceja.
Hay quienes no creen en los pronósticos de Roubini, sobre todo los más cercanos al gobierno, diciendo que son "aves de mal agüero". El viernes pasado el economista Paul Krugman escribió: "llámenme ave de mal agüero si quieren. Si bien no comparto la certeza de Roubini de que habrá de todas maneras una recesión en el 2007, puedo entender su énfasis: el sector construcción ha sido la máquina principal de crecimiento en los últimos 3 años. Y como esa máquina ahora está en retroceso, es difícil ver cómo podríamos evitar una seria disminución del crecimiento" ("El sector inmobiliario se pone feo", The New York Times, 25/8/2006).
Parece entonces que se nos vienen, más temprano que tarde, las "vacas flacas". Hay que aprovechar, hoy, la buena coyuntura de precios de los recursos naturales (que son de la Nación y no de las empresas) para obtener los ingresos necesarios para financiar las crecientes necesidades del Estado y, además, guardar pan para mayo. Creer que los próximos 5 años la economía internacional continuará su ciclo de alza es soñar despierto. Si no, pregúntenle a Roubini.