MonteKarmelo
Madmaxista
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Cándido Méndez: «El ciclo político lo cambian los ciudadanos, no los sindicatos»
Por Susana Alcelay S. A.
«El que pretenda mover al Gobierno, que dibuje alternativas económicas creíbles y luego convenza a los ciudadanos»
«Yo no soy un cuarto vicepresidente del Gobierno. Soy, nada más y nada menos, que el secretario general de la UGT»
Niega que sea él uno de los que marque la política económica del Gobierno, que sea uno de los vicepresidentes de Zapatero, como algunos sostienen. Unas críticas que achaca a los mismos que reclaman reformas laborales salvajes y quieren hacer de los sindicatos instrumentos para cambiar el ciclo político.
Esta misma semana, un nuevo sobresalto con el paro. Las miradas, de nuevo, en el mercado de trabajo.
La situación de España es muy difícil porque la crisis se ha traducido en brutal destrucción de empleo pero el por qué no hay que buscarlo en el mercado de trabajo. Oír afirmaciones como que hay más de 4 millones de parados porque no se ha acometido una reforma laboral es grotesco y falso. En España el problema está en un modelo de crecimiento basado en el maridaje inmobiliario-financiero, que nos ha llevado a esta situación y dificultará la recuperación económica. Y la dificultará, porque en crisis anteriores el tirón a corto plazo vino de la construcción y ahora hay un millón de viviendas sin vender.
Las medidas adoptadas han sido muy cuestionadas.
La Administración está tomando medidas incluso de mayor alcance que otros gobiernos europeos. El problema está en que hay un déficit de explicación de las medidas y un déficit de colaboración por parte de comunidades y ayuntamientos en las políticas del Gobierno.
La imagen que ha dado el Ejecutivo, rectificando medidas a las seis horas de anunciarlas o desdiciéndose de un acuerdo salarial firmado para los funcionarios tampoco ha sido la más coherente.
Han sido dos episodios lamentables, dos problemas que evidencian una falta de coordinación o algo más. El vaivén de ida y vuelta de las pensiones y la afirmación de un secretario de Estado, que debería conocer los compromisos de su propio Gobierno, contradiciéndolo, ha dado una imagen muy preocupante, que genera mucha desconfianza en la población, y falta de convicción en lo que se firma y eso no puede ser. Hay falta de coordinación o algo más... puede haber en el Gobierno dos visiones
¿Qué hacer?
La responsabilidad es del presidente, que es el que tiene que marcar pautas para que no vuelvan a suceder situaciones como éstas. Cada vez que se plantea una medida y se rectifica, un jirón de la credibilidad del Gobierno queda en el alero. Esta situación debe preocupar al presidente del Gobierno.
Las medidas anticrisis no parecen seguir tampoco una línea coherente.
En España y en Europa los gobiernos han adoptado medidas empujados por los acontecimientos, una crisis cuya magnitud nadie percibió. Pero también hay improvisaciones flagrantes. Por ejemplo, la deducción de los 400 euros. En este caso, el Gobierno ha tenido la rara habilidad de equivocarse cuando lo implantó y equivocarse en cómo lo ha quitado. Y lo dice UGT, que cuando el Ejecutivo puso en marcha la medida en 2008, advertimos que no la compartíamos porque el erario público no estaba en condiciones de soportar una pérdida de recaudación.
Tras Grecia, España ha sido puesta en el disparadero.
Hay una especie de enemigo a las puertas y de enemigo a las sombras de los pueblos que son los mercados que, por otro lado, tienen un componente de especulación muy fuerte. Pero Europa, que es la región más rica y poderosa del mundo, si trabaja unida, puede establecer una interlocución racional con los mercados. Ahora, si Europa asiste impasible al ataque al euro a través de su socio más débil que es Grecia está enviando un mensaje de rendición ante los mercados. La Confederación Europa de Sindicatos está muy preocupado porque se está generando un clima de adversión en las clases trabajadoras de Grecia frente a Europa y en Alemania está empezando en algunos sectores. Si Merkel, Zapatero o Sarkozy creen que tienen que hacer cada uno la guerra por su cuenta se van a equivocar.
Pero cuando la refinanciación de la deuda está pendiente, los mercados son determinantes...
¿Pero quién son los mercados? Gente con intereses como George Soros que se reúnen en una cena y urden una operación de ataque al euro como fin de devaluar la moneda frente al dólar. Además, nuestra deuda es cuarenta puntos inferior al promedio de la OCDE, la mitad de la deuda de Grecia y veinte o treinta puntos inferior a la que tiene Alemania.
Pero Zapatero se vio obligado a enviar a sus primeros espadas de tour por Europa...
El problema es que los que representan al Gobierno en esos foros son incapaces de demostrar la fortaleza de la economía española y han aceptado de forma resignada los mensajes de medios económicos y financieros cuando España no tiene nada que ver con Grecia.
PP y CEOE abogan por una rebaja impositiva.
Agravaría más la situación económica. Habría que hacer una reconsideración general en dos direcciones. Una, seguir luchando contra la economía sumergida. Y dos, recuperar el principio de quien más tiene, más pague. Se puede decir que los efectos recaudatorios de aumentar la fiscalidad de las sicav o subir los tipos marginales por los tramos altos de la IRPF en términos de económicos no sería apreciable; puedo aceptar es principio, pero el factor ejemplificador sería muy potente.
La subida del IVA está siendo muy cuestionada por su impacto negativo sobre el consumo y el crecimiento.
Medidas impositivas aisladas no son convenientes. Dicho esto, cualquiera que compare lo que se paga de IVA en España con lo que se paga en el conjunto de Europa se da cuenta de que en Europa se paga más.
El sindicalismo está en el punto de mira por su supuesta inacción ante la crisis.
Los que hacen estas críticas son los mismos que plantean una reforma laboral dura, son los mismos que pretenden cambiar el ciclo político, a diferencia de los sindicatos, que queremos cambiar el ciclo económico, porque el ciclo político lo cambian los ciudadanos. Y son los mismos que no tienen confianza en la alternativa política y piensan que nosotros debemos ser los instrumentos. Y se equivocan, porque los sindicatos somos sólo un instrumento en la defensa de los intereses de trabajadores; somos organizaciones independientes. Sólo hay que invocar a la historia. Nunca hemos convocado una huelga general contra una crisis; convocamos tres contra Felipe González y una contra Aznar y lo hicimos para protestar por decisiones que afectaban al interés general de los trabajadores. Tres reformas laborales impuestas que no sirvieron para nada en el caso de González y un pretendido recorte de las prestaciones por desempleo en el de Aznar. Agresiones similiares con este Gobierno no han llegado. Quien quiera cambiar el ciclo político que convenza a los ciudadanos y presente alternativas creíbles.
La protesta sindical contra el retraso de la jubilación ha sido calificada de pantomima.
Las críticas mediáticas son una demostración de que estas protestas han hecho mella, teniendo en cuenta que hubo unanimidad en los medios de comunicación al exigir al Gobierno que desplazara la edad de jubilación a los 67años. Pero ésta no es la solución y los sindicatos hemos sabido canalizar un clamor popular. La solución está en la voluntariedad.
Zapatero parece haber calmado a los sindicatos con la promesa de diálogo.
El presidente, por prudencia política, se comprometió a que esta reforma saldría adelante sólo con consenso social. La de las pensiones es ahora sólo una propuesta y creo que no seguirá adelante. Si no fuera así concretaríamos la respuesta.
La reforma de las pensiones no se queda sólo en retrasar la jubilación, hay recortes de la prestación...
Gobierno y grupos parlamentarios deberían utilizar como base para debatir el futuro de las pensiones el Pacto de Toledo. Pero el debate no puede estar en cómo recortar derechos, sino en cómo mejorar los ingresos. Desde 1967 la Seguridad Social ha financiado las pensiones contributivas, las no contributivas y la sanidad. Y si la Seguridad Social ha soportado durante más de 30 años un gasto que debería soportar el erario público, ahora se podría discutir sobre la devolución al sistema de parte de lo aportado a la sociedad.
¿Por qué ahora esta reforma?
Para contentar a los mercados. Ha sido un soniquete desde hace muchos años, pese a que en España ya se han puesto en marcha tres reformas de sistema de pensiones y ya no caben muchos más ajustes.
¿Son los subsidios el camino?
Que se atienda a los parados hasta que se cree empleo es fundamental. Con la prestación de 426 euros se busca paliar los efectos de la crisis en las familias con parados, aunque algunos dicen que no se trata de subsidios sino de crear empleo. ¿Cómo se crea empleo y con qué recetas?, les pregunto.
¿Es usted el cuarto vicepresidente del Gobierno?
Es una leyenda urbana y todas son mentira. Yo soy nada más y nada menos que el secretario general de UGT. Ese tema me divertiría si en el fondo no latiera un mensaje antidemocrático, con el que se pretende deteriorar la legitimidad y credibilidad el Gobierno.
El nuevo conflicto se llama contrato para jóvenes, el propuesto y depuesto esta semana por la CEOE.
Ha sido un episodio funesto, pretender un contrato sin derechos es indignante. La patronal lo ha quitado de enmedio, pero nos ha dejado muy preocupados por el futuro del diálogo social y porque el mensaje es desmoralizador para los jóvenes. Se propone un contrato sin derechos, que no cotiza, no tiene indemnización, ni desempleo, no generaría derecho a pensión y lo que se consigue es dar un mazazo a la ilusión de los jóvenes que no tiene nombre. ¡Y eso que los jóvenes de hoy se dice que son los mejores preparados de las historia!
Unos por otros, los acuerdos del diálogo social continúan sin llegar, aunque el goteo de parados no cede.
Sólo quiero recordar que los sindicatos estábamos en disposición de firmar un acuerdo el pasado 22 de julio. Y no se firmó no por los sindicatos. Hagamos reproches a los sindicatos, pero no ése. Además, que nadie se llame a engaños, de los cambios en el mercado de trabajo no se van a derivar las soluciones a los problemas que tiene la economía española. Muchos de los que plantean con urgencia medidas pretenden aprovechar la crisis económica para desarbolar el sistema impositivo y ahondar en un ajuste en el factor trabajo.
¿Qué urge ahora?
Reorientar nuestro sistema financiero para recuperar la liquidez. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, habla mucho de lo que no le compete y muy poco de lo que le compete.
Cándido Méndez: «El ciclo político lo cambian los ciudadanos, no los sindicatos» ABC.es | Canal de Empresas - ABC.es
Por Susana Alcelay S. A.
«El que pretenda mover al Gobierno, que dibuje alternativas económicas creíbles y luego convenza a los ciudadanos»
«Yo no soy un cuarto vicepresidente del Gobierno. Soy, nada más y nada menos, que el secretario general de la UGT»
Niega que sea él uno de los que marque la política económica del Gobierno, que sea uno de los vicepresidentes de Zapatero, como algunos sostienen. Unas críticas que achaca a los mismos que reclaman reformas laborales salvajes y quieren hacer de los sindicatos instrumentos para cambiar el ciclo político.
Esta misma semana, un nuevo sobresalto con el paro. Las miradas, de nuevo, en el mercado de trabajo.
La situación de España es muy difícil porque la crisis se ha traducido en brutal destrucción de empleo pero el por qué no hay que buscarlo en el mercado de trabajo. Oír afirmaciones como que hay más de 4 millones de parados porque no se ha acometido una reforma laboral es grotesco y falso. En España el problema está en un modelo de crecimiento basado en el maridaje inmobiliario-financiero, que nos ha llevado a esta situación y dificultará la recuperación económica. Y la dificultará, porque en crisis anteriores el tirón a corto plazo vino de la construcción y ahora hay un millón de viviendas sin vender.
Las medidas adoptadas han sido muy cuestionadas.
La Administración está tomando medidas incluso de mayor alcance que otros gobiernos europeos. El problema está en que hay un déficit de explicación de las medidas y un déficit de colaboración por parte de comunidades y ayuntamientos en las políticas del Gobierno.
La imagen que ha dado el Ejecutivo, rectificando medidas a las seis horas de anunciarlas o desdiciéndose de un acuerdo salarial firmado para los funcionarios tampoco ha sido la más coherente.
Han sido dos episodios lamentables, dos problemas que evidencian una falta de coordinación o algo más. El vaivén de ida y vuelta de las pensiones y la afirmación de un secretario de Estado, que debería conocer los compromisos de su propio Gobierno, contradiciéndolo, ha dado una imagen muy preocupante, que genera mucha desconfianza en la población, y falta de convicción en lo que se firma y eso no puede ser. Hay falta de coordinación o algo más... puede haber en el Gobierno dos visiones
¿Qué hacer?
La responsabilidad es del presidente, que es el que tiene que marcar pautas para que no vuelvan a suceder situaciones como éstas. Cada vez que se plantea una medida y se rectifica, un jirón de la credibilidad del Gobierno queda en el alero. Esta situación debe preocupar al presidente del Gobierno.
Las medidas anticrisis no parecen seguir tampoco una línea coherente.
En España y en Europa los gobiernos han adoptado medidas empujados por los acontecimientos, una crisis cuya magnitud nadie percibió. Pero también hay improvisaciones flagrantes. Por ejemplo, la deducción de los 400 euros. En este caso, el Gobierno ha tenido la rara habilidad de equivocarse cuando lo implantó y equivocarse en cómo lo ha quitado. Y lo dice UGT, que cuando el Ejecutivo puso en marcha la medida en 2008, advertimos que no la compartíamos porque el erario público no estaba en condiciones de soportar una pérdida de recaudación.
Tras Grecia, España ha sido puesta en el disparadero.
Hay una especie de enemigo a las puertas y de enemigo a las sombras de los pueblos que son los mercados que, por otro lado, tienen un componente de especulación muy fuerte. Pero Europa, que es la región más rica y poderosa del mundo, si trabaja unida, puede establecer una interlocución racional con los mercados. Ahora, si Europa asiste impasible al ataque al euro a través de su socio más débil que es Grecia está enviando un mensaje de rendición ante los mercados. La Confederación Europa de Sindicatos está muy preocupado porque se está generando un clima de adversión en las clases trabajadoras de Grecia frente a Europa y en Alemania está empezando en algunos sectores. Si Merkel, Zapatero o Sarkozy creen que tienen que hacer cada uno la guerra por su cuenta se van a equivocar.
Pero cuando la refinanciación de la deuda está pendiente, los mercados son determinantes...
¿Pero quién son los mercados? Gente con intereses como George Soros que se reúnen en una cena y urden una operación de ataque al euro como fin de devaluar la moneda frente al dólar. Además, nuestra deuda es cuarenta puntos inferior al promedio de la OCDE, la mitad de la deuda de Grecia y veinte o treinta puntos inferior a la que tiene Alemania.
Pero Zapatero se vio obligado a enviar a sus primeros espadas de tour por Europa...
El problema es que los que representan al Gobierno en esos foros son incapaces de demostrar la fortaleza de la economía española y han aceptado de forma resignada los mensajes de medios económicos y financieros cuando España no tiene nada que ver con Grecia.
PP y CEOE abogan por una rebaja impositiva.
Agravaría más la situación económica. Habría que hacer una reconsideración general en dos direcciones. Una, seguir luchando contra la economía sumergida. Y dos, recuperar el principio de quien más tiene, más pague. Se puede decir que los efectos recaudatorios de aumentar la fiscalidad de las sicav o subir los tipos marginales por los tramos altos de la IRPF en términos de económicos no sería apreciable; puedo aceptar es principio, pero el factor ejemplificador sería muy potente.
La subida del IVA está siendo muy cuestionada por su impacto negativo sobre el consumo y el crecimiento.
Medidas impositivas aisladas no son convenientes. Dicho esto, cualquiera que compare lo que se paga de IVA en España con lo que se paga en el conjunto de Europa se da cuenta de que en Europa se paga más.
El sindicalismo está en el punto de mira por su supuesta inacción ante la crisis.
Los que hacen estas críticas son los mismos que plantean una reforma laboral dura, son los mismos que pretenden cambiar el ciclo político, a diferencia de los sindicatos, que queremos cambiar el ciclo económico, porque el ciclo político lo cambian los ciudadanos. Y son los mismos que no tienen confianza en la alternativa política y piensan que nosotros debemos ser los instrumentos. Y se equivocan, porque los sindicatos somos sólo un instrumento en la defensa de los intereses de trabajadores; somos organizaciones independientes. Sólo hay que invocar a la historia. Nunca hemos convocado una huelga general contra una crisis; convocamos tres contra Felipe González y una contra Aznar y lo hicimos para protestar por decisiones que afectaban al interés general de los trabajadores. Tres reformas laborales impuestas que no sirvieron para nada en el caso de González y un pretendido recorte de las prestaciones por desempleo en el de Aznar. Agresiones similiares con este Gobierno no han llegado. Quien quiera cambiar el ciclo político que convenza a los ciudadanos y presente alternativas creíbles.
La protesta sindical contra el retraso de la jubilación ha sido calificada de pantomima.
Las críticas mediáticas son una demostración de que estas protestas han hecho mella, teniendo en cuenta que hubo unanimidad en los medios de comunicación al exigir al Gobierno que desplazara la edad de jubilación a los 67años. Pero ésta no es la solución y los sindicatos hemos sabido canalizar un clamor popular. La solución está en la voluntariedad.
Zapatero parece haber calmado a los sindicatos con la promesa de diálogo.
El presidente, por prudencia política, se comprometió a que esta reforma saldría adelante sólo con consenso social. La de las pensiones es ahora sólo una propuesta y creo que no seguirá adelante. Si no fuera así concretaríamos la respuesta.
La reforma de las pensiones no se queda sólo en retrasar la jubilación, hay recortes de la prestación...
Gobierno y grupos parlamentarios deberían utilizar como base para debatir el futuro de las pensiones el Pacto de Toledo. Pero el debate no puede estar en cómo recortar derechos, sino en cómo mejorar los ingresos. Desde 1967 la Seguridad Social ha financiado las pensiones contributivas, las no contributivas y la sanidad. Y si la Seguridad Social ha soportado durante más de 30 años un gasto que debería soportar el erario público, ahora se podría discutir sobre la devolución al sistema de parte de lo aportado a la sociedad.
¿Por qué ahora esta reforma?
Para contentar a los mercados. Ha sido un soniquete desde hace muchos años, pese a que en España ya se han puesto en marcha tres reformas de sistema de pensiones y ya no caben muchos más ajustes.
¿Son los subsidios el camino?
Que se atienda a los parados hasta que se cree empleo es fundamental. Con la prestación de 426 euros se busca paliar los efectos de la crisis en las familias con parados, aunque algunos dicen que no se trata de subsidios sino de crear empleo. ¿Cómo se crea empleo y con qué recetas?, les pregunto.
¿Es usted el cuarto vicepresidente del Gobierno?
Es una leyenda urbana y todas son mentira. Yo soy nada más y nada menos que el secretario general de UGT. Ese tema me divertiría si en el fondo no latiera un mensaje antidemocrático, con el que se pretende deteriorar la legitimidad y credibilidad el Gobierno.
El nuevo conflicto se llama contrato para jóvenes, el propuesto y depuesto esta semana por la CEOE.
Ha sido un episodio funesto, pretender un contrato sin derechos es indignante. La patronal lo ha quitado de enmedio, pero nos ha dejado muy preocupados por el futuro del diálogo social y porque el mensaje es desmoralizador para los jóvenes. Se propone un contrato sin derechos, que no cotiza, no tiene indemnización, ni desempleo, no generaría derecho a pensión y lo que se consigue es dar un mazazo a la ilusión de los jóvenes que no tiene nombre. ¡Y eso que los jóvenes de hoy se dice que son los mejores preparados de las historia!
Unos por otros, los acuerdos del diálogo social continúan sin llegar, aunque el goteo de parados no cede.
Sólo quiero recordar que los sindicatos estábamos en disposición de firmar un acuerdo el pasado 22 de julio. Y no se firmó no por los sindicatos. Hagamos reproches a los sindicatos, pero no ése. Además, que nadie se llame a engaños, de los cambios en el mercado de trabajo no se van a derivar las soluciones a los problemas que tiene la economía española. Muchos de los que plantean con urgencia medidas pretenden aprovechar la crisis económica para desarbolar el sistema impositivo y ahondar en un ajuste en el factor trabajo.
¿Qué urge ahora?
Reorientar nuestro sistema financiero para recuperar la liquidez. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, habla mucho de lo que no le compete y muy poco de lo que le compete.
Cándido Méndez: «El ciclo político lo cambian los ciudadanos, no los sindicatos» ABC.es | Canal de Empresas - ABC.es
