EL BIGOTES
Ser de luz
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Los controladores aéreos españolas cobran una media de 350.000 euros anuales, una cifra que ha llegado a ser calificada de «criminal» por el presidente de Ryanair, Michael O'Leary. El propio responsable de Aena, Juan Lema, ha reconocido que ese nivel de retribuciones, «con una productividad mínima en comparación con el resto de gestores aeroportuarios europeos», no se puede sostener. En medio de esta batalla por intentar bajar las nóminas de estos trabajadores, la sombra de una huelga encubierta de los propios implicados para mantener sus ingresos planea ya por los aeropuertos.
Ayer mismo, los vuelos entre Barajas y Canarias sufrieron demoras de hasta dos horas debido a las regulaciones impuestas en el centro de control del archipiélago ante la ausencia de dos trabajadores por supuestos problemas de salud, lo que afectó a miles de pasajeros desde la una de la tarde. Aena llegó a ofrecer 1.500 euros para que otros controladores sustituyeran a los técnicos de baja, sin conseguirlo, lo que, según fuentes aeroportuarias, puede responder a «un plante ante la realización de horas extras». La Unión Sindical de Controladores Aéreos negó que haya dado orden a sus afiliados para que se nieguen a hacer horas de más ni cambios, aunque, según explicaron, «es normal que en la situación actual los trabajadores no quieran hacer favores».
Pero el caso de Canarias no es el único. Aena estudiará las operaciones que se llevan a cabo estos días en Barajas para ver si los controladores se han «excedido» en sus atribuciones, después de introducir regulaciones en la puesta en marcha de los aviones por «baja visibilidad», hecho que la entidad aeroportuaria considera «injustificado» y que también generó retrasos de envergadura el pasado domingo.
El ministro de Fomento, José Blanco, instó a los controladores aéreos a que cambien su actitud. «Yo les invito a que realicen menos huelgas encubiertas y a que dialoguen más para buscar una salida razonable, teniendo como referencia lo que pasa en el contexto de la Unión Europea. Ni más ni menos», declaró el responsable socialista, que también consideró «excesivos» los salarios que perciben estos trabajadores.
Ayer mismo, los vuelos entre Barajas y Canarias sufrieron demoras de hasta dos horas debido a las regulaciones impuestas en el centro de control del archipiélago ante la ausencia de dos trabajadores por supuestos problemas de salud, lo que afectó a miles de pasajeros desde la una de la tarde. Aena llegó a ofrecer 1.500 euros para que otros controladores sustituyeran a los técnicos de baja, sin conseguirlo, lo que, según fuentes aeroportuarias, puede responder a «un plante ante la realización de horas extras». La Unión Sindical de Controladores Aéreos negó que haya dado orden a sus afiliados para que se nieguen a hacer horas de más ni cambios, aunque, según explicaron, «es normal que en la situación actual los trabajadores no quieran hacer favores».
Pero el caso de Canarias no es el único. Aena estudiará las operaciones que se llevan a cabo estos días en Barajas para ver si los controladores se han «excedido» en sus atribuciones, después de introducir regulaciones en la puesta en marcha de los aviones por «baja visibilidad», hecho que la entidad aeroportuaria considera «injustificado» y que también generó retrasos de envergadura el pasado domingo.
El ministro de Fomento, José Blanco, instó a los controladores aéreos a que cambien su actitud. «Yo les invito a que realicen menos huelgas encubiertas y a que dialoguen más para buscar una salida razonable, teniendo como referencia lo que pasa en el contexto de la Unión Europea. Ni más ni menos», declaró el responsable socialista, que también consideró «excesivos» los salarios que perciben estos trabajadores.