Gambutzinet:
Quiero destacar este mensaje como arquetipo del propósito victimista de
quienes han redactado el Estatuto de Cataluña, victimismo que está
garantizado que tendremos todos los días durante un año de tramitación, en
los medios de comunicación de masas. Y básicamente consistirá en que un
texto legal de modificación de la Constitución que se ha realizado SIN
CONSULTAR a los catalanes, por un Parlamento sin tal mandato expreso, por el
mero hecho de discutirlo en el Congreso se transforme en una ofensa a
CATALUÑA.
Y cómo un texto del que el partido más votado en Cataluña (CiU) ha dicho al
aprobarse, que era de máximos, vanagloriándose de haber arrastrado
inteligentemente a él al PSC, ahora mismo se esté diciendo que es de
mínimos.
El término "Nació", como palabra catalana que es la que figura en el
Estatuto, está definido por el Diccionari de la Llengua Catalana, del
Institut d´Estudis Catalans, de la siguiente manera (traduzco al
castellano):
"Conjunto de personas que tienen una comunidad de historia, de costumbres,
de instituciones, de estructura económica, de cultura y a menudo de lengua,
un sentido de homogeneidad y de diferencia respecto al resto de comunidades
humanas, *y una voluntad de organización y de participación en un proyecto
político que pretende llegar al autogobierno y a la INDEPENDENCIA
política*".
La Proposición de Ley orgánica aprobada por el Parlamento catalán para la
reforma del Estatuto, comienza así en el Prólogo:
"La *nació catalana* s´ha anat fent en el decurs del temps..."
y en el Punto 1 del Artículo 1, que se titula "LA NACIÓ CATALANA",
especifica: 1. "Catalunya és una nació".
Los 227 artículos y las disposiciones adicionales, finales y derogatoria, no
son más que una Constitución para Cataluña cuyo único encaje es en el de un
Estado Confederal, incompatible con la actual Constitución española.
Naturalmente, la Constitución puede reformarse, pero no por este
procedimiento.
Se trata por tanto, de una reforma constitucional encubierta con el pretexto
de modificación estatutario, y en la que ya en su prólogo se anuncia (por la
definición catalana de "nació") la voluntad de independencia (lo cuál no
significa la inmediata independencia).
En definitiva, de un fraude a la Ley.
Es el mismo tipo de fraude que ocasionó que en una única sesión se rechazara
la pretendida modificación del Estatuto vasco, sólo que Ibarretxe acudió al
Congreso dando la cara y diciendo lo que quería, y Maragall va a enviar a
tres personas interpuestas.
¿Cómo se ha llegado a eso cuando el partido nacionalista que ha gobernado en
Cataluña desde la Transición (CiU) no se había atrevido a tanto, por
estricto sentido del Estado?
Pues porque ha sido el PSC quien propuso en su programa electoral la reforma
del Estatuto, y el Presidente del Gobierno, cuando era candidato, quien
afirmó que aprobaría todo Estatuto que viniera aprobado por el Parlamento
catalán.
Como todos los nacionalistas sabían, ahora podía pedirse lo imposible, sin
responsabilidad alguna, pues el problema era para el Presidente del Gobierno
español.
Esto explica cómo un texto inconstitucional como el vasco se trató en el
Congreso NO como reforma constitucional, sino como reforma estatutaria, pero
al no estar comprometido el PSOE en él, pudo despacharse en sólo una sesión;
y cómo este Estatuto catalán (abierto el camino por el vasco de tratarlo en
el Congreso), debido al compromiso presidencial, va a ocuparnos un año a los
españoles.
Hoy he oído por radio (en el programa de Carlos Herrera) al presidente del
único partido que está diciendo que ese texto debe tratarse como una reforma
de la Constitución, y por lo tanto, o se rechaza directamente no
admitiéndolo como reforma estatutaria, o hay que aplicar los trámites que
indican el Título X de la Constitución. Ayer oí esto mismo por TV en la
sesión de control del Congreso. Lo que está diciendo la prensa es muy
variado, desde quien cree que el centralismo opresor quiere laminar a
Cataluña (véase el siguiente artículo de hoy en La Vanguardia):
http://www.lavanguardia.es/web/20051006/51194677690.html
hasta quienes creen que "los catalanes" está declarando la independencia
con este Estatuto (dicen que dicen, aunque yo no he leído tal cosa hasta
ahora), pasando por quienes piden que no nos salgamos de madre, y que hay
que tranquilizarse porque se están haciendo y diciendo cosas que pueden ser
peligrosas, véase:
http://www.lavanguardia.es/web/20051006/51194677707.html
Pero lo de ese correo que inicia el hilo es muy representativo: el hecho de
opinar que este es un importante asunto político con tratamiento jurídico y
que debe tramitarse como especifica la Constitución, es nada menos que una
ofensa grave a siete millones de catalanes.
El que medio PSOE esté tan alarmado como el PP sobre cómo se ha llegado a
esta situación, carece de importancia: según ZP eso sólo es "meter miedo"
(también lo oí ayer en TV).
Pues si Dios no lo remedia, nos espera irracionalidad galopante durante todo
un año (por lo menos). Mientras tanto, España está perdiendo competitividad
por lo que el déficit exterior aumenta, y la inmi gración es un coladero; y
el paro y la vivienda, con el terrorismo y la seguridad, siguen siendo la
primeras preocupaciones de los españoles, pero ahora nada de eso importa: el
Estatuto va a eclipsarlo todo.
(¿Para cuándo se podrán de acuerdo, en los temas fundamentales, los dos
partidos que representan al 80,28% de los españoles?)
Saludos
Aquilino
"Gambutzinet" <gambutzi@hotmail.com> escribió en el mensaje
news:1128588011.965649.81790@g43g2000cwa.googlegroups.com...
>Tratar al 90% de una administración democrática *española*
>representante de algo así como de 7 millones de *españoles* como el
>peor enemigo de España, ajeno a esta España, a la que se tiene que
>combatir, derrotar y con la que no se tiene que sentar a >discutir na de
na.
Táctica perfecta, oiga. Resultados garantizados. Seguro que así se
acaban los problemas territoriales del estado. ¿Qué no?
¿Qué va a ser lo próximo? ¿Criticar al gobierno jovenlandés y
decirles mil pestes y todo lo malo posible para ver si así ayudan más
en la frontera?
Visionarios que son algunos.