nefernef
Madmaxista
Aunque el tema tiene que ver con la economía sólo de una forma transversal, es en las épocas de crisis cuando todo el mundo vuelve la vista sobre la educación, así que no pierdo la esperanza de que alguna vez se haga una reforma sensata. Comparto con vosotros lo que ha escrito por ahí alguien con quien estoy totalmente de acuerdo.
Leido en Educación para la Ciudadanía y títuloLa falacia del maestro especialista.
Hace años que estamos atendiendo a los niños pequeños en su escolaridad con el siguiente esquema:
Maestro tutor y maestros especialistas.
El tutor da las clases de lengua, matemáticas y Conocimiento del Medio, después hay especialistas para Inglés, Música, E.Física, Religión ( a grandes rasgos)
No hay que ser muy avispado para llegar a la siguiente reflexión: ¿Por qué la Lengua, las Matemáticas y el Conocimiento del Medio no son objeto de maestros especialistas? ¿Qué hay en las otras asignaturas que las hace susceptibles de ser impartidas por maestros especialistas? ¿Por qué esta discriminación entre áreas?
Pero la falacia no sólo esta en este desatino, sino que además podemos encontrarla en las necesidades del niño pequeño (de 6 a 10 años) alejadas completamente del constante entrar y salir del aula de tanto especialistas, cada cual con su temple.
El sistema por especialistas está produciendo, en la atención a este grupo de edades, los siguientes trastornos:
-Falta de adecuación en los horarios, debido principalmente en que éstos se diseñan en función de los maestros y no en función de los niños, así podemos encontrarnos el siguiente horario un lunes por la mañana: a primera hora plástica (con profesor especialista) a segunda E. Física con otro especialista, después el recreo y a tercera hora Religión, con lo que el grupo en cuestión afectado con este horario, ese día ve a su tutor por la tarde, para recibir lengua y matemáticas (por ejemplo)
- Ruptura de la continuidad en la acción, de tal modo que el tutor tiene Conocimiento del Medio durante una sesión y pasado este tiempo se tiene que ir a otro curso a dar la especialidad que sea porque a él le vienen a dar la especialidad de turno, si la actividad, por la circunstancia que sea, precisa alargarse más, no se puede, sencillamente hay que evitarlo, con lo que la participación del niño se ve coartada.
- Estrés en el profesorado, ya que nos obliga a tener una dependencia excesiva del reloj, de los tiempos, y en una clase donde puedes llegar a tener hasta 6 niveles distintos de competencia curricular, desplegar una actividad para que todo el grupo trabaje en una sesión de una hora o de tres cuartos de hora, es realmente titánico, estresante, desmoralizador.
- Escepticismo en el alumnado, ya que sabe de antemano que lo que haga durante esta clase, sea positivo o negativo tiene poca o nula repercusión en la siguiente, ya que cambia de maestro e incluso de aula, así por ejemplo, llevar a cabo una medida disciplinaria es bastante más difícil, ya que ésta sólo tiene cabida en ese espacio de tiempo, este escepticismo le lleva al niño a importarle un bledo lo que se haga porque casi nada de lo que hace tiene relación entre sí, son aprendizajes estanco.
- Mayores niveles de indisciplina, debido principalmente a que el especialista sólo les da una o dos sesiones semanales y éstas se convierte en una juerga, a no ser que el profesor especialista se cuadre y convierta su clase en un cuartel de la guardia civil. También contribuye a esta indisciplina las distintas concepciones que sobre ella tenemos los distintos maestros que intervenimos en el grupo en cuestión ya que los niños se dan perfecta cuenta de ello.
- Menor nivel académico, motivado principalmente por la dispersión del alumnado ya que las sesiones de atención (que cuesta horrores conseguir) son interrumpidas a bote pronto cuando llega la inexorable hora de Plástica o de Música…
- Menor implicación didáctica, al entender que muchos somos los que intervenimos en el grupo y nuestra implicación para con él no puede ser tan intensa como debiera, y además el maestro especialista de música (por poner un ejemplo) puede llevar 8 o más grupos de alumnos con lo que resulta realmente inhumano pedirle implicación didáctica en semejante situación.
- y para terminar, desánimo, ya que la acción con tus alumnos como profesor tutor no puede ser de toda la calidad que podría ser si fueran otras las circunstancias.