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Se están riendo de nosotros, piensan que todos los ciudadanos somos
simples intentando hacernos creer que las medidas son para protegernos
cuando son para recaudar y como daño colateral introducir intranquilidad
y miedo a las sanciones.
http://www.larazon.es/noticias/noti_soc71644.htm
Siete de cada diez radares fijos de tráfico están situados en puntos de
nula o baja siniestralidad
Los datos de Fomento contradicen el objetivo de Interior de instalar los
dispositivos de control en zonas «sensibles» de accidentes
Automovilistas Europeos cree que la DGT recaudará al mes 16,5 millones,
a tenor de los datos de julio
Los datos del Ministerio de Fomento sobre siniestralidad en las
carreteras echan por tierra el objetivo de Tráfico de instalar radares
fijos en «puntos personas de color». El 70% de ellos no ha registrado víctimas en 5
años.
Rocío Ruiz
Madrid- El objetivo que perseguía Tráfico con su plan de instalación de
radares fijos en las carreteras parecía claro y nadie lo cuestionó:
«reducir la siniestralidad en puntos “sensibles” de concentración de
accidentes donde la velocidad es la causa de los siniestros», informó
Interior hace dos meses, cuando anunció la puesta en funcionamiento de
los 37 primeros.
Ahora bien, ¿cumplen realmente su finalidad estos radares que
instaló la Tráfico en la red principal de carreteras y se corresponden
con «puntos personas de color» de siniestralidad por exceso de velocidad? Un
estudio de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), que ha tomado como
referencia los datos de los últimos cinco años de los que dispone el
Ministerio de Fomento, echa por tierra los buenos propósitos de la
Dirección General de Tráfico (DGT).
Los índices de accidentalidad de esos lugares analizados por AEA son
concluyentes: «en cerca del 70 por ciento de los puntos elegidos no se
ha producido ningún accidente mortal; en la mitad de ellos, ni siquiera
se ha registrado más de un siniestro al año y, en algún caso, como el
radar instalado en el punto kilométrico 379,020 (Badajoz) de la A-5 (ver
mapa), no se ha producido ningún accidente en cinco años».
En los primeros 25 días de funcionamiento, los flashes de este nuevo
sistema de control se dispararon hasta 109.848 veces. De haberse
tramitado todas esas denuncias (no se hizo para dar un «margen» al
conductor) Tráfico habría recaudado cerca de 16,5 millones de euros (más
de 2.700 millones de las antiguas pesetas).
«Los datos demuestran que el diagnóstico hecho por Tráfico es
erróneo y que los radares no cumplen el objetivo para el que fueron
instalados, aunque sí el recaudatorio», dijo el presidente de AEA, Mario
Arnaldo. «Además, estamos viendo que la mayoría de los accidentes se
producen en la red secundaria de carreteras y, en cambio, estos
dispositivos de control se están instalando en la red principal, por eso
creemos que hay que actuar en los lugares donde hay más siniestralidad»,
añadió. El portavoz del PP en la Comisión de Seguridad Vial del
Congreso, Federico Souvirón, también cuestionó hace algunos meses la
utilidad de los radares fijos y dudaba de la idoneidad de los puntos
elegidos porque «por cuestiones técnicas no van a poder instalarse en
los puntos personas de color de difícil acceso».
Bien es cierto que el director general de Tráfico, Pere Navarro,
advirtió durante su comparecencia en el Congreso el 25 de mayo pasado de
las dificultades técnicas que implicaba la instalación de estos
dispositivos para captar a infractores, pero también informó de que las
distintas jefaturas provinciales de Tráfico y los subsectores de la
Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil iban a ser los que propusieran
a la DGT cuáles eran los lugares más peligrosos de concentración de
accidentes.
Fue entonces cuando Navarro aseguró de forma tajante que «el
objetivo con la implantación de estos radares no es recaudar más, porque
a Tráfico no le hace falta más dinero. Nuestra obsesión es que los
usuarios sientan los radares como algo suyo, que están a su servicio
porque lo que pretendemos es reducir en un 10 por ciento el número de
víctimas, los excesos de velocidad y las velocidades medias con la
intención de crear una demanda de limitadores en los coches».
Desde que Pere Navarro se puso al frente de la Dirección General de
Tráfico, el leitmotiv de su actuación ha sido establecer mayores
controles en las carreteras. ¿Por qué?, «porque los países con menos
accidentes son aquellos en los que hay un sistema de control más
riguroso y España tiene un desfase en materia de seguridad vial en
comparación con otros países europeos», ha dicho en repetidas ocasiones.
El ambicioso plan de radares fijos en el que trabaja la DGT prevé la
instalación de 500 hasta el año 2007 como medida preventiva de reducción
de accidentes en los que la velocidad es el factor determinante o son
lugares considerados peligrosos. La cantidad asignada para este proyecto
es de 55 millones de euros.
En la primera fase de implantación, que se llevará a cabo hasta
final de año, se pondrán en funcionamiento 37 en las comunidades de
Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura, 13 en Galicia, 21 en Castilla
y León, 10 en Aragón, 12 en la Comunidad Valenciana y Murcia, 21 en
Andalucía, 5 en Cantabria y 6 en Asturias.
La experiencia de otros países. La DGT se lanzó a la puesta en marcha de
este plan de radares después de ver que la experiencia había dado
resultados satisfactorios en otros países europeos. La aplicación de
esta medida ha supuesto en Francia una reducción del 25 por ciento en el
número de víctimas mortales, y ha servido para que los conductores galos
presionen con menos ímpetu el acelerador. De hecho, ha supuesto una
disminución del 10 por ciento en la velocidad media de circulación.
Francia contará con 700 radares fijos cuando concluya el año.
Con un parque de vehículos de 27 millones, España sigue a la cabeza
de la UE en el ranking de accidentalidad.
Cada año, un millar de personas reciben sepultura en los cementerios
después de haber sufrido un accidente. Sólo en el primer semestre de
este año han fallecido en accidente de tráfico 1.550 personas, una cifra
que en todo 2004 ascendió a 4.741.
Los pronósticos no son halagüeños tampoco para este año, como ha
reconocido el director general de Tráfico. ¿La explicación? «Es un año
de transición hacia medidas como el carné por puntos, pero habrá un
descenso importante de la siniestralidad en 2006 si se hace bien el
trabajo».
simples intentando hacernos creer que las medidas son para protegernos
cuando son para recaudar y como daño colateral introducir intranquilidad
y miedo a las sanciones.
http://www.larazon.es/noticias/noti_soc71644.htm
Siete de cada diez radares fijos de tráfico están situados en puntos de
nula o baja siniestralidad
Los datos de Fomento contradicen el objetivo de Interior de instalar los
dispositivos de control en zonas «sensibles» de accidentes
Automovilistas Europeos cree que la DGT recaudará al mes 16,5 millones,
a tenor de los datos de julio
Los datos del Ministerio de Fomento sobre siniestralidad en las
carreteras echan por tierra el objetivo de Tráfico de instalar radares
fijos en «puntos personas de color». El 70% de ellos no ha registrado víctimas en 5
años.
Rocío Ruiz
Madrid- El objetivo que perseguía Tráfico con su plan de instalación de
radares fijos en las carreteras parecía claro y nadie lo cuestionó:
«reducir la siniestralidad en puntos “sensibles” de concentración de
accidentes donde la velocidad es la causa de los siniestros», informó
Interior hace dos meses, cuando anunció la puesta en funcionamiento de
los 37 primeros.
Ahora bien, ¿cumplen realmente su finalidad estos radares que
instaló la Tráfico en la red principal de carreteras y se corresponden
con «puntos personas de color» de siniestralidad por exceso de velocidad? Un
estudio de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), que ha tomado como
referencia los datos de los últimos cinco años de los que dispone el
Ministerio de Fomento, echa por tierra los buenos propósitos de la
Dirección General de Tráfico (DGT).
Los índices de accidentalidad de esos lugares analizados por AEA son
concluyentes: «en cerca del 70 por ciento de los puntos elegidos no se
ha producido ningún accidente mortal; en la mitad de ellos, ni siquiera
se ha registrado más de un siniestro al año y, en algún caso, como el
radar instalado en el punto kilométrico 379,020 (Badajoz) de la A-5 (ver
mapa), no se ha producido ningún accidente en cinco años».
En los primeros 25 días de funcionamiento, los flashes de este nuevo
sistema de control se dispararon hasta 109.848 veces. De haberse
tramitado todas esas denuncias (no se hizo para dar un «margen» al
conductor) Tráfico habría recaudado cerca de 16,5 millones de euros (más
de 2.700 millones de las antiguas pesetas).
«Los datos demuestran que el diagnóstico hecho por Tráfico es
erróneo y que los radares no cumplen el objetivo para el que fueron
instalados, aunque sí el recaudatorio», dijo el presidente de AEA, Mario
Arnaldo. «Además, estamos viendo que la mayoría de los accidentes se
producen en la red secundaria de carreteras y, en cambio, estos
dispositivos de control se están instalando en la red principal, por eso
creemos que hay que actuar en los lugares donde hay más siniestralidad»,
añadió. El portavoz del PP en la Comisión de Seguridad Vial del
Congreso, Federico Souvirón, también cuestionó hace algunos meses la
utilidad de los radares fijos y dudaba de la idoneidad de los puntos
elegidos porque «por cuestiones técnicas no van a poder instalarse en
los puntos personas de color de difícil acceso».
Bien es cierto que el director general de Tráfico, Pere Navarro,
advirtió durante su comparecencia en el Congreso el 25 de mayo pasado de
las dificultades técnicas que implicaba la instalación de estos
dispositivos para captar a infractores, pero también informó de que las
distintas jefaturas provinciales de Tráfico y los subsectores de la
Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil iban a ser los que propusieran
a la DGT cuáles eran los lugares más peligrosos de concentración de
accidentes.
Fue entonces cuando Navarro aseguró de forma tajante que «el
objetivo con la implantación de estos radares no es recaudar más, porque
a Tráfico no le hace falta más dinero. Nuestra obsesión es que los
usuarios sientan los radares como algo suyo, que están a su servicio
porque lo que pretendemos es reducir en un 10 por ciento el número de
víctimas, los excesos de velocidad y las velocidades medias con la
intención de crear una demanda de limitadores en los coches».
Desde que Pere Navarro se puso al frente de la Dirección General de
Tráfico, el leitmotiv de su actuación ha sido establecer mayores
controles en las carreteras. ¿Por qué?, «porque los países con menos
accidentes son aquellos en los que hay un sistema de control más
riguroso y España tiene un desfase en materia de seguridad vial en
comparación con otros países europeos», ha dicho en repetidas ocasiones.
El ambicioso plan de radares fijos en el que trabaja la DGT prevé la
instalación de 500 hasta el año 2007 como medida preventiva de reducción
de accidentes en los que la velocidad es el factor determinante o son
lugares considerados peligrosos. La cantidad asignada para este proyecto
es de 55 millones de euros.
En la primera fase de implantación, que se llevará a cabo hasta
final de año, se pondrán en funcionamiento 37 en las comunidades de
Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura, 13 en Galicia, 21 en Castilla
y León, 10 en Aragón, 12 en la Comunidad Valenciana y Murcia, 21 en
Andalucía, 5 en Cantabria y 6 en Asturias.
La experiencia de otros países. La DGT se lanzó a la puesta en marcha de
este plan de radares después de ver que la experiencia había dado
resultados satisfactorios en otros países europeos. La aplicación de
esta medida ha supuesto en Francia una reducción del 25 por ciento en el
número de víctimas mortales, y ha servido para que los conductores galos
presionen con menos ímpetu el acelerador. De hecho, ha supuesto una
disminución del 10 por ciento en la velocidad media de circulación.
Francia contará con 700 radares fijos cuando concluya el año.
Con un parque de vehículos de 27 millones, España sigue a la cabeza
de la UE en el ranking de accidentalidad.
Cada año, un millar de personas reciben sepultura en los cementerios
después de haber sufrido un accidente. Sólo en el primer semestre de
este año han fallecido en accidente de tráfico 1.550 personas, una cifra
que en todo 2004 ascendió a 4.741.
Los pronósticos no son halagüeños tampoco para este año, como ha
reconocido el director general de Tráfico. ¿La explicación? «Es un año
de transición hacia medidas como el carné por puntos, pero habrá un
descenso importante de la siniestralidad en 2006 si se hace bien el
trabajo».