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Madmaxista
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Una empresa de la construcción deja a un centenar de trabajadores en la calle
La empresa del ramo de la construcción Cartuja Urbanizaciones y Obras Civiles, que decidió unilateralmente cerrar sus puertas sin previo aviso hace algunos días, será demandada hoy por el grueso de la plantilla por despido improcedente tras la incomparecencia del empresario ayer al acto de conciliación en el Cemac (Centro de Mediación, Arbitraje y Conciliación).
Los afectados, más de un centenar según informó un portavoz de los trabajadores y de los que 62 han decidido unirse para hacer frente al conflicto laboral, confiaban en alcanzar ayer un acuerdo para cobrar las nóminas de enero, y en algunos casos también las de diciembre, que aún se les adeudan, por lo que ante la ausencia del empresario firmaron el acta notarial por la que autorizan a su representante legal a presentar hoy la demanda de despido improcedente por fraude de ley en los contratos y la posterior reclamación del pago de sus salarios.
Los trabajadores no han recibido ninguna explicación sobre el cierre de la empresa, decisión que, siempre según portavoces de la plantilla, se adoptó a mediados de enero, al parecer, por falta de liquidez para hacer frente al pago de la importante deuda que arrastraba tanto con los empleados como con proveedores.
Los propios afectados dijeron ayer desconocer el global de la cantidad que les adeuda la empresa, si bien precisaron que la media del débito por trabajador podría rondar los 3.000 euros, al tiempo que denunciaron su situación laboral, en la mayoría de los casos, sujeta a un único contrato por obras y servicios pese a que luego se les obligaba a realizar en las distintas obras repartidas por Jerez, la provincia de Cádiz, Málaga y Sevilla.
"El que más y el que menos llevaba dos años vinculado a la empresa de esta forma", señaló un portavoz, que fue espoleado por sus compañeros para denunciar públicamente las supuestas presiones que recibían para trabajar sin descanso los fines de semana y hasta altas horas de la noche.
Los problemas financieros en la empresa, que según fuentes jurídicas consultadas por este medio no ha presentado suspensión de pagos, asomaron en diciembre, cuando el grueso de la plantilla tuvo que esperar para cobrar finalmente sus nóminas en dos pagos del 40 y el 60 por ciento, respectivamente, mientras que algunos trabajadores se quedaron sin cobrar al no tener fondos los "pagarés" librados para el abono de sus salarios.
Tras el cierre, los trabajadores aseguran que en Jerez se han quedado varias obras "tiradas", alguna relacionada indirectamente con la Gerencia Municipal de Urbanismo como los repasos en las obras de las tres plazas emblemáticas de la ciudad en las que se han construido aparcamientos subterráneos, el Arenal, el Caballo y progenitora de Dios, y de los que se ha tenido que hacer cargo Azvi, la empresa que los subcontrató. Cartuja también ha trabajado en algunas obras menores y derribos para Urbanismo, desde donde aseguraron ayer no tener en la actualidad ninguna obra contratada y estar al corriente de pago con esta sociedad.
Este periódico intentó ayer sin éxito ponerse en contacto con el máximo responsable de la empresa, José María Grimaldi Navarro, curiosamente hijo del titular de otras dos empresas (Cohegri y Zenit) que en su día registraron episiodios económicos-laborales similares a los que ahora se enfrenta Cartuja Urbanizaciones y Obras Civiles.
La empresa del ramo de la construcción Cartuja Urbanizaciones y Obras Civiles, que decidió unilateralmente cerrar sus puertas sin previo aviso hace algunos días, será demandada hoy por el grueso de la plantilla por despido improcedente tras la incomparecencia del empresario ayer al acto de conciliación en el Cemac (Centro de Mediación, Arbitraje y Conciliación).
Los afectados, más de un centenar según informó un portavoz de los trabajadores y de los que 62 han decidido unirse para hacer frente al conflicto laboral, confiaban en alcanzar ayer un acuerdo para cobrar las nóminas de enero, y en algunos casos también las de diciembre, que aún se les adeudan, por lo que ante la ausencia del empresario firmaron el acta notarial por la que autorizan a su representante legal a presentar hoy la demanda de despido improcedente por fraude de ley en los contratos y la posterior reclamación del pago de sus salarios.
Los trabajadores no han recibido ninguna explicación sobre el cierre de la empresa, decisión que, siempre según portavoces de la plantilla, se adoptó a mediados de enero, al parecer, por falta de liquidez para hacer frente al pago de la importante deuda que arrastraba tanto con los empleados como con proveedores.
Los propios afectados dijeron ayer desconocer el global de la cantidad que les adeuda la empresa, si bien precisaron que la media del débito por trabajador podría rondar los 3.000 euros, al tiempo que denunciaron su situación laboral, en la mayoría de los casos, sujeta a un único contrato por obras y servicios pese a que luego se les obligaba a realizar en las distintas obras repartidas por Jerez, la provincia de Cádiz, Málaga y Sevilla.
"El que más y el que menos llevaba dos años vinculado a la empresa de esta forma", señaló un portavoz, que fue espoleado por sus compañeros para denunciar públicamente las supuestas presiones que recibían para trabajar sin descanso los fines de semana y hasta altas horas de la noche.
Los problemas financieros en la empresa, que según fuentes jurídicas consultadas por este medio no ha presentado suspensión de pagos, asomaron en diciembre, cuando el grueso de la plantilla tuvo que esperar para cobrar finalmente sus nóminas en dos pagos del 40 y el 60 por ciento, respectivamente, mientras que algunos trabajadores se quedaron sin cobrar al no tener fondos los "pagarés" librados para el abono de sus salarios.
Tras el cierre, los trabajadores aseguran que en Jerez se han quedado varias obras "tiradas", alguna relacionada indirectamente con la Gerencia Municipal de Urbanismo como los repasos en las obras de las tres plazas emblemáticas de la ciudad en las que se han construido aparcamientos subterráneos, el Arenal, el Caballo y progenitora de Dios, y de los que se ha tenido que hacer cargo Azvi, la empresa que los subcontrató. Cartuja también ha trabajado en algunas obras menores y derribos para Urbanismo, desde donde aseguraron ayer no tener en la actualidad ninguna obra contratada y estar al corriente de pago con esta sociedad.
Este periódico intentó ayer sin éxito ponerse en contacto con el máximo responsable de la empresa, José María Grimaldi Navarro, curiosamente hijo del titular de otras dos empresas (Cohegri y Zenit) que en su día registraron episiodios económicos-laborales similares a los que ahora se enfrenta Cartuja Urbanizaciones y Obras Civiles.