Suecia es un país totalmente demacrado por décadas de ingeniería social, en el que hay tres tipos de ciudadanos respecto a su opinión acerca del país:
-Los que están totalmente lobotomizados, adoradores de un Estado todopoderoso, el auténtico Superhombre de la ingeniería social. Carapadres, feministas y multiculturales a más no poder, a la que te descuidas te dicen que el "género" es algo cultural y no biológico, que es machista miccionar de pie y que hay que llenar Suecia de millones de somalíes y todo tipo de jovenlandeses hasta llegar a 40 millones de personas (nada de esto es coña, lo último lo dijo la presidenta del partido progre de ahí). Siguen siendo la mayoría de la población.
-Los que están hasta los bemoles de todo. Son los que menos, y no arman mucho ruido, no sea que la dictadura de lo políticamente correcto los mande a la hoguera.
-Y por último, el grupo más petulante, sí, más incluso que el de los progres. Son los que son de alguna manera conscientes de la ingeniería social que están sufriendo, pero por algún tipo de orgullo, se niegan a ver la realidad y se autoconvencen de que no pasa nada. Dicen que lo de la inmi gración no es un asunto grave, que hay países que están igual o mucho peor, no le dan demasiada importancia al tema del feminismo, y repiten como un mantra que su país tiene una economía y sociedad boyantes, y algunos tienen una obsesión con despreciar a los países y valores del Este y Sur de Europa. Digamos que siguen la táctica del avestruz, o la de aquel general de Sadam Hussein que insistía en que tenía controlada la situación mientras los yankees estaban entrando en Bagdad.