¡Mándalo a tomar por el ojo ciego!
En mi pueblo,
Cuando yo era pequeño,
Había un etniano al que llamaban el Catapúm.
Era un hombre de unos cuarenta y tantos, bajito y con bigote, y que siempre caminaba apoyándose en un garrote.
Al parecer, y según me contaron, una mala herida provocada durante una pelea entre familias le había dejado tocado de la cabeza, y,
A causa de eso,
El hombre no tenía otro oficio que deambular por el pueblo, mirar fijamente a las cosas que le llamaban la atención y vocear barbaridades.
Lo de Catapúm no tengo ni idea de dónde venía.
Lo que sí sé es que,
Cuando los críos se lo gritaban
(Siempre desde lejos y en grupitos, que el garrote no era poca broma),
El hombre entraba en cólera y aullaba:
¡me siento amigablemente en el WC mientras pienso en seres queridos!
Siempre era lo mismo.
Primero:
¡¡Catapúm!!
Y luego:
¡¡me siento amigablemente en el WC mientras pienso en seres queridos!!
Ahora bien,
Qué fue antes, si el «catapúm» o el «me siento amigablemente en el WC mientras pienso en seres queridos», es algo que nunca conseguí averiguar.
Cada persona a la que preguntabas tenía su propia versión de la historia
(todas orbitando alrededor de la pelea entre familias, de modo que sabemos que eso es verdad),
Pero nadie me sabía decir de dónde venía lo de Catapúm,
Si fue antes o después,
Por no hablar de lo de «me siento amigablemente en el WC mientras pienso en seres queridos», cuyo origen se perdía en las brumas del inicio del cosmos.