Sólo como ejemplo de esa falta de inteligencia y prepotencia para no escuchar la opinión de los médicos, me basta lo sucedido en todos estos años donde se levantaban hospitales sin molestarse ni en preguntar a los profesionales sobre la funcionalidad de tal o cual servicio. De cantidad de quirófanos donde hasta se olvidaron hacer una puerta, o salas de recuperación de la anestesia donde al entrar se descubría que el ancho de la entrada era inferior al de la camilla, y no estoy exagerando, le podría contar no una o dos, sino decenas de anécdotas que en mi familia, con una gran proporción de sanitarios, se menciona. ¿Cree alguien que alguna vez el político que firmó el convenio con el constructor, y este, se molestaron en pedir la opinión a algún cirujano respecto a la construcción del quirófano? ¡Ni una, hoyga! Las risa de mis hermanos contando como llegaban los albañiles para derribar el muro que se había acabado de pintar por la mañana, para hacer una entrada o una ventana son de antología.