M
Marina
Guest
Me quito la corbata, me pongo el Lacoste y me voy a la "mani"
La extrema derecha española y "nacional" no se entera. La falta de
capacidad para asimilar su pérdida de poder político les conduce ahora
a la demencia y a la esquizofrenia, estados psicóticos que, como estamos
observando, se materializan en el uso de actos propios de las clases
oprimidas, criticados hasta hace muy poco por ellos mismos y perseguidos
y reprimidos, en tiempos no tan remotos por la dictadura, cuya ideología
mantienen y representan estos aguerridos y contumaces manifestantes.
Habrá que decirles que la manifestación como expresión colectiva de
voluntades no tiene sentido como hecho aislado sino como un
acontecimiento enmarcado en un proceso de lucha, a través del cual se
persigue la conquista de algún derecho o la mejora de las condiciones de
vida de los sectores menos favorecidos.
Los actos que están llevando a cabo últimamente hay que situarlos en el
terreno del ridículo y del esperpento. Emulando la clásica película
berlanguiana de 1957 de título "los jueves milagro", los del PP han
acuñado el eslogan "los sábados manifestación". Ambos enunciados tienen
mucho de común; además de la periodicidad del acontecimiento que
anuncian, tienen un carácter paranormal. En los dos casos los actores se
amparan en el disfraz, la mentira y el engaño y el medio en el que se
mueven es totalmente artificial. En la próxima, la del sábado día 18,
irán de la mano el PP y la jerarquía eclesiástica (que no toda la
feligresía parroquial). Tal vez vayan buscando un resultado que sea
fruto de los dos eslogan anteriores: "los sábados milagro", invocando el
amparo de la providencia a través de tan cualificados profesionales de
la magia que, en este caso, tendrán que cambiar su mirada supina y los
brazos elevados hacia el firmamento por la empuñadura del mástil de la
pancarta.
Para quienes hemos participado y participamos en procesos
reivindicativos de lucha y en manifestaciones serias por causas justas
los acontecimientos de los sábados se nos presentan como un espectáculo
cómico celebrado por aprendices que jamás mejorarán porque carecen de
maestros duchos que les enseñen. Evocando de nuevo el séptimo arte, los
actos del PP les conducen por un "camino hacia ninguna parte". Queremos
que sigan así. Parece que no escarmientan: llevan cinco fracasos
seguidos en confrontaciones electorales. Su papel político en Cataluña y
en el País Vasco es irrelevante. Tal vez en Galicia a partir del domingo
ocurra lo mismo.
La ciudadanía y las fuerzas democráticas deben hacer todo lo posible
para que el PP -que, como muestra con su actitud de partido único y
represor, carece de espíritu democrático- quede relegado de por vida a
ser oposición minoritaria e irrelevante en el proceso hacia un mundo más
justo, más racional, más humano y menos cruel.
Antonio José Gil Padilla
Rebelión
La extrema derecha española y "nacional" no se entera. La falta de
capacidad para asimilar su pérdida de poder político les conduce ahora
a la demencia y a la esquizofrenia, estados psicóticos que, como estamos
observando, se materializan en el uso de actos propios de las clases
oprimidas, criticados hasta hace muy poco por ellos mismos y perseguidos
y reprimidos, en tiempos no tan remotos por la dictadura, cuya ideología
mantienen y representan estos aguerridos y contumaces manifestantes.
Habrá que decirles que la manifestación como expresión colectiva de
voluntades no tiene sentido como hecho aislado sino como un
acontecimiento enmarcado en un proceso de lucha, a través del cual se
persigue la conquista de algún derecho o la mejora de las condiciones de
vida de los sectores menos favorecidos.
Los actos que están llevando a cabo últimamente hay que situarlos en el
terreno del ridículo y del esperpento. Emulando la clásica película
berlanguiana de 1957 de título "los jueves milagro", los del PP han
acuñado el eslogan "los sábados manifestación". Ambos enunciados tienen
mucho de común; además de la periodicidad del acontecimiento que
anuncian, tienen un carácter paranormal. En los dos casos los actores se
amparan en el disfraz, la mentira y el engaño y el medio en el que se
mueven es totalmente artificial. En la próxima, la del sábado día 18,
irán de la mano el PP y la jerarquía eclesiástica (que no toda la
feligresía parroquial). Tal vez vayan buscando un resultado que sea
fruto de los dos eslogan anteriores: "los sábados milagro", invocando el
amparo de la providencia a través de tan cualificados profesionales de
la magia que, en este caso, tendrán que cambiar su mirada supina y los
brazos elevados hacia el firmamento por la empuñadura del mástil de la
pancarta.
Para quienes hemos participado y participamos en procesos
reivindicativos de lucha y en manifestaciones serias por causas justas
los acontecimientos de los sábados se nos presentan como un espectáculo
cómico celebrado por aprendices que jamás mejorarán porque carecen de
maestros duchos que les enseñen. Evocando de nuevo el séptimo arte, los
actos del PP les conducen por un "camino hacia ninguna parte". Queremos
que sigan así. Parece que no escarmientan: llevan cinco fracasos
seguidos en confrontaciones electorales. Su papel político en Cataluña y
en el País Vasco es irrelevante. Tal vez en Galicia a partir del domingo
ocurra lo mismo.
La ciudadanía y las fuerzas democráticas deben hacer todo lo posible
para que el PP -que, como muestra con su actitud de partido único y
represor, carece de espíritu democrático- quede relegado de por vida a
ser oposición minoritaria e irrelevante en el proceso hacia un mundo más
justo, más racional, más humano y menos cruel.
Antonio José Gil Padilla
Rebelión