Doctor Rosado
Madmaxista
Desde el pan al cine, pasando por el fútbol y el 'botellón', todo se ha disparado de precio en los diez años recién cumplidos del euro. ¿Todo? No, aún queda un aspecto de la vida que ha resistido a la europeización: los sueldos.
El salario medio en 2002, primer año de la moneda única, era de 19.802 euros. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), éste se elevó hasta los 22.511 euros en 2009, última encuesta disponible. Es decir, los salarios apenas han subido algo más de un 13,9%, porque ese año fue el de la primera recesión de esta crisis.
Si se compara el coste salarial por trabajador, éste se elevó un 20%; de los 1.498 euros al mes del último trimestre de 2001 a lo 1.800 euros del tercero de 2011.
Sin embargo, la inflación general ha subido de diciembre de 2001 a noviembre de 2011 un 31,6%, según los cálculos de un INE que cambió de metodología en 2002.
Casi todo ha subido desde la entrada en el euro: vivienda (53%), alimentos (31,7%), enseñanza (44,5%) tras*porte (46,6%), hoteles, cafés y restaurantes (41,6%), bebidas alcohólicas y tabaco (80%). Sólo bajaron ocio y cultura (-1,7%) y comunicación (-10,8%).
Pese a todo, los más veteranos tienen el consuelo de que al menos no volvió a pasar lo ocurrido en pasadas décadas. La inflación fue del 305% entre 1975 y 1985; y del 73,3% entre 1985 y 1995, según el INE.
Al menos el Salario Mínimo Interprofesional ha subido de 72.120 pesetas al mes en 2001 (433 euros) a los 641 euros actuales
Cañas a precio de gasolina
Hace una década se pagaba por una barra de pan 45 pesetas. Ahora vale unos 50 céntimos, 86 pesetas al mítico cambio de 166,386 pesetas por euro, según CEACCU.
Poner la mesa es más caro: el kilo de ternera ha pasado de 1.660 pesetas a 14,98 euros (2,378 pesetas); el kilo de pollo ha subido de 326 pesetas a 2,91 euros (381 pesetas); y el litro de aceite de oliva ha pasado de 385 pesetas a 2,67 euros (377 pesetas).
La bebida tampoco se ha quedado atrás. Una botella de Coca-Cola costaba antes 90 pesetas, ahora más del doble: 1,36 euros, 205 pesetas. Por su parte, ir al bar es aún más caro: la caña de 120 pesetas vale ahora hasta 2,5 euros, 415 pesetas; y el café con leche se ha disparado de 120 pesetas a 2 euros, 332 pesetas.
Beber y fumar nunca fue tan caro
Irse de copas no entiende de crisis: ahora valen un 66% más que hace 10 años. Una copa de whisky en una ciudad grande valía antes entre 500 y 1.000 pesetas. Ahora cuesta entre cinco y 10 euros.
Por su parte, hacer 'botellón' tampoco es una alternativa barata. Un 'pack' con botella, refresco, vasos y hielos valía antes entre 1.500 y 2.000 pesetas. Ahora vale unos 20 euros, 3.327 pesetas.
Fumar se ha encarecido también estos años por la subida de la cajetillas y los impuestos especiales. Las cajetillas de Camel y de Lucky Strike costaban 340 pesetas, 2 euros, en 2001. Ahora valen unos 4 euros, 665 euros, prácticamente el doble.
Futbolín: 100 pesetas, un euro
El ocio ha bajado de precio en general, según el INE. Sin embargo, hay algunas excepciones notables, desde el futbolín del bar a una de las mejores pinacotecas del mundo.
Echar una partida en una recreativa, un billar o un futbolín valía antes 100 pesetas. Ahora vale un euro, un 66% más.
Una entrada de cine costaba 900 pesetas hace 10 años, ahora vale 8,70 euros sin extras como palomitas, 1.450 pesetas. E ir al museo del Prado valía 500 pesetas en 2001 frente a los 12 euros, 2.000 pesetas, de este año que acaba, cuatro veces más.
Las entradas de fútbol también han subido. El abono del Atlético de Madrid valía en la temporada 1999-2000, la del descenso, 28.000 pesetas en el segundo anfiteatro de uno de los fondos. Este año valía, sin incluir la Copa del Rey ni la UEFA, 310 euros, 51.600 pesetas, una subida del 84% que multiplica seis veces la subida del salario medio.
En el caso de la prensa escrita el precio ha subido acorde a la inflación general: el periódico ha pasado de valer 150 pesetas a costar 1,20 euros, 199 pesetas, un 32% más.
tras*porte público o coche, todo más caro
Los precios se han disparado en la última década en el sector del tras*porte, tanto privado como público.
El litro de gasolina sin plomo valía 128 pesetas antes de la entrada del euro. Diez años después cuesta 1,29 euros, un 66% más. Mientras, el litro de gasóleo ha pasado de 113 pesetas a 1,28 euros, unas 212 pesetas.
Por su parte, ser usuario de metro y autobús en las grandes ciudades sale mucho más caro, tanto para abonados como para pasajeros puntuales.
El Metrobús de Madrid costaba 760 pesetas en 2001 y este año vale 9,30 euros, 1.550 pesetas, un 103% más. Como comparación, el sencillo ha pasado de 145 pesetas a 1,5 euros, un 72% más; y el abono tras*porte de zona A se ha disparado de 5.000 pesetas a 47,6 euros, 7.920 pesetas que equivalen a una subida del 58% de su precio de hace una década.
Barcelona tampoco se libró de subidas similares a pesar de que se integraron las tarifas de los tras*portes metropolitanos en 2001. El sencillo ha subido de 160 pesetas a 1,45 euros (un 50% más); la T-10 integrada se ha encarecido de 885 pesetas a 8,25 euros (1.372 pesetas); y el T-Mes que costaba 5.825 pesetas hace una década vale ahora 51 euros, un 45% más.
En resumen, todo ha subido tres, cinco o hasta 10 veces más que la revalorización de los sueldos desde que se cambió la vieja peseta por el euro.
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El salario medio en 2002, primer año de la moneda única, era de 19.802 euros. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), éste se elevó hasta los 22.511 euros en 2009, última encuesta disponible. Es decir, los salarios apenas han subido algo más de un 13,9%, porque ese año fue el de la primera recesión de esta crisis.
Si se compara el coste salarial por trabajador, éste se elevó un 20%; de los 1.498 euros al mes del último trimestre de 2001 a lo 1.800 euros del tercero de 2011.
Sin embargo, la inflación general ha subido de diciembre de 2001 a noviembre de 2011 un 31,6%, según los cálculos de un INE que cambió de metodología en 2002.
Casi todo ha subido desde la entrada en el euro: vivienda (53%), alimentos (31,7%), enseñanza (44,5%) tras*porte (46,6%), hoteles, cafés y restaurantes (41,6%), bebidas alcohólicas y tabaco (80%). Sólo bajaron ocio y cultura (-1,7%) y comunicación (-10,8%).
Pese a todo, los más veteranos tienen el consuelo de que al menos no volvió a pasar lo ocurrido en pasadas décadas. La inflación fue del 305% entre 1975 y 1985; y del 73,3% entre 1985 y 1995, según el INE.
Al menos el Salario Mínimo Interprofesional ha subido de 72.120 pesetas al mes en 2001 (433 euros) a los 641 euros actuales
Cañas a precio de gasolina
Hace una década se pagaba por una barra de pan 45 pesetas. Ahora vale unos 50 céntimos, 86 pesetas al mítico cambio de 166,386 pesetas por euro, según CEACCU.
Poner la mesa es más caro: el kilo de ternera ha pasado de 1.660 pesetas a 14,98 euros (2,378 pesetas); el kilo de pollo ha subido de 326 pesetas a 2,91 euros (381 pesetas); y el litro de aceite de oliva ha pasado de 385 pesetas a 2,67 euros (377 pesetas).
La bebida tampoco se ha quedado atrás. Una botella de Coca-Cola costaba antes 90 pesetas, ahora más del doble: 1,36 euros, 205 pesetas. Por su parte, ir al bar es aún más caro: la caña de 120 pesetas vale ahora hasta 2,5 euros, 415 pesetas; y el café con leche se ha disparado de 120 pesetas a 2 euros, 332 pesetas.
Beber y fumar nunca fue tan caro
Irse de copas no entiende de crisis: ahora valen un 66% más que hace 10 años. Una copa de whisky en una ciudad grande valía antes entre 500 y 1.000 pesetas. Ahora cuesta entre cinco y 10 euros.
Por su parte, hacer 'botellón' tampoco es una alternativa barata. Un 'pack' con botella, refresco, vasos y hielos valía antes entre 1.500 y 2.000 pesetas. Ahora vale unos 20 euros, 3.327 pesetas.
Fumar se ha encarecido también estos años por la subida de la cajetillas y los impuestos especiales. Las cajetillas de Camel y de Lucky Strike costaban 340 pesetas, 2 euros, en 2001. Ahora valen unos 4 euros, 665 euros, prácticamente el doble.
Futbolín: 100 pesetas, un euro
El ocio ha bajado de precio en general, según el INE. Sin embargo, hay algunas excepciones notables, desde el futbolín del bar a una de las mejores pinacotecas del mundo.
Echar una partida en una recreativa, un billar o un futbolín valía antes 100 pesetas. Ahora vale un euro, un 66% más.
Una entrada de cine costaba 900 pesetas hace 10 años, ahora vale 8,70 euros sin extras como palomitas, 1.450 pesetas. E ir al museo del Prado valía 500 pesetas en 2001 frente a los 12 euros, 2.000 pesetas, de este año que acaba, cuatro veces más.
Las entradas de fútbol también han subido. El abono del Atlético de Madrid valía en la temporada 1999-2000, la del descenso, 28.000 pesetas en el segundo anfiteatro de uno de los fondos. Este año valía, sin incluir la Copa del Rey ni la UEFA, 310 euros, 51.600 pesetas, una subida del 84% que multiplica seis veces la subida del salario medio.
En el caso de la prensa escrita el precio ha subido acorde a la inflación general: el periódico ha pasado de valer 150 pesetas a costar 1,20 euros, 199 pesetas, un 32% más.
tras*porte público o coche, todo más caro
Los precios se han disparado en la última década en el sector del tras*porte, tanto privado como público.
El litro de gasolina sin plomo valía 128 pesetas antes de la entrada del euro. Diez años después cuesta 1,29 euros, un 66% más. Mientras, el litro de gasóleo ha pasado de 113 pesetas a 1,28 euros, unas 212 pesetas.
Por su parte, ser usuario de metro y autobús en las grandes ciudades sale mucho más caro, tanto para abonados como para pasajeros puntuales.
El Metrobús de Madrid costaba 760 pesetas en 2001 y este año vale 9,30 euros, 1.550 pesetas, un 103% más. Como comparación, el sencillo ha pasado de 145 pesetas a 1,5 euros, un 72% más; y el abono tras*porte de zona A se ha disparado de 5.000 pesetas a 47,6 euros, 7.920 pesetas que equivalen a una subida del 58% de su precio de hace una década.
Barcelona tampoco se libró de subidas similares a pesar de que se integraron las tarifas de los tras*portes metropolitanos en 2001. El sencillo ha subido de 160 pesetas a 1,45 euros (un 50% más); la T-10 integrada se ha encarecido de 885 pesetas a 8,25 euros (1.372 pesetas); y el T-Mes que costaba 5.825 pesetas hace una década vale ahora 51 euros, un 45% más.
En resumen, todo ha subido tres, cinco o hasta 10 veces más que la revalorización de los sueldos desde que se cambió la vieja peseta por el euro.
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