Parásito97
Lonchafinista
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- 18 Nov 2022
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Especialmente las relaciones sociosexuales.
Los días en que quedo con desconocidas con vistas a pasar una buena noche, ya no son lo que eran. Me recuerdo en la adolescencia pasando tardes con chicas que conocía en mi pequeño entorno de chaval, con las que quedaba durante semanas o meses, (algunas son amigas hasta hoy día) una felicidad y una excitación de vivir esos momentos de éxtasis, de conocer a alguien que te interesa, de tener una charla llena de chistes malos y piropos y esas risas de complicidad, la falta de preocupaciones, pasar horas paseando sin rumbo y sentándote en cualquier lugar para enrrollarte con esa niña con la sonrisa tan bonita y que te hacia sentir la persona más afortunada del mundo.
Hoy no queda ilusión por conocer a alguien con quien sentirme de esa manera, supongo que porque ya no soy un niño y los adultos no somos capaces de ver la vida de aquella manera tan transparente y bella.
Seguro que casi todos habéis tenido romances para recordar y daríais todo por volver a esa edad y volver a vivirlo igual.
Ya no me encuentro con gente que me mire con esa mirada de cuando uno es niño, llena de curiosidad por saber cómo será todo lo que estamos a punto de descubrir, esas ganas de amar que no se pueden esconder.
Los adultos nos pasamos la vida impostando, midiendo cada palabra, diciendo lo que es más correcto en cada momento, sientiendonos atraidos por lo que los demás esperan que nos atraiga.
Hemos perdido toda la transparencia y la valentía que nos hacía ser tan felices y hemos ganado demasiadas preocupaciones y conflictos como para poder disfrutar de nosotros mismos y de los demás.
A ver si es posible que seamos un poco menos robots y tengamos más en cuenta a las personas que nos rodean, intentad ser buenos y haced los días un poco más alegres a los demás porque cada vez queda menos gente feliz. Ánimo chavales, no os suicideis!
Los días en que quedo con desconocidas con vistas a pasar una buena noche, ya no son lo que eran. Me recuerdo en la adolescencia pasando tardes con chicas que conocía en mi pequeño entorno de chaval, con las que quedaba durante semanas o meses, (algunas son amigas hasta hoy día) una felicidad y una excitación de vivir esos momentos de éxtasis, de conocer a alguien que te interesa, de tener una charla llena de chistes malos y piropos y esas risas de complicidad, la falta de preocupaciones, pasar horas paseando sin rumbo y sentándote en cualquier lugar para enrrollarte con esa niña con la sonrisa tan bonita y que te hacia sentir la persona más afortunada del mundo.
Hoy no queda ilusión por conocer a alguien con quien sentirme de esa manera, supongo que porque ya no soy un niño y los adultos no somos capaces de ver la vida de aquella manera tan transparente y bella.
Seguro que casi todos habéis tenido romances para recordar y daríais todo por volver a esa edad y volver a vivirlo igual.
Ya no me encuentro con gente que me mire con esa mirada de cuando uno es niño, llena de curiosidad por saber cómo será todo lo que estamos a punto de descubrir, esas ganas de amar que no se pueden esconder.
Los adultos nos pasamos la vida impostando, midiendo cada palabra, diciendo lo que es más correcto en cada momento, sientiendonos atraidos por lo que los demás esperan que nos atraiga.
Hemos perdido toda la transparencia y la valentía que nos hacía ser tan felices y hemos ganado demasiadas preocupaciones y conflictos como para poder disfrutar de nosotros mismos y de los demás.
A ver si es posible que seamos un poco menos robots y tengamos más en cuenta a las personas que nos rodean, intentad ser buenos y haced los días un poco más alegres a los demás porque cada vez queda menos gente feliz. Ánimo chavales, no os suicideis!
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