Genocidios del Imperio británico

LA SEGUNDA GUERRA DEL OPIO


La Segunda Guerra del Opio (1856-1860) fue un conflicto armado entre el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y Francia, por un lado, y la dinastía Qing de China, por otro.


Antecedentes históricos

En la década de 1850 se vio un rápido crecimiento del imperialismo. Algunos objetivos compartidos entre las potencias occidentales incluían expandir sus mercados ultramarinos y establecer nuevos puertos de escala. Tanto el acuerdo francés conocido como Tratado de Huangpu, como el pacto estadounidense llamado Tratado de Wangxia contenían cláusulas que permitían la renegociación de dichos tratados después de doce años. En un esfuerzo de expandir sus territorios en China, el Reino Unido pidió a las autoridades de la dinastía Qing renegociar lo acordado en el Tratado de Nankín, en 1854. Las demandas británicas incluían que pudieran ejercer el libre comercio en toda China, legalizar la comercialización del opio, abolir los impuestos a extranjeros para el tránsito interno, suprimir la piratería, regular el tráfico de culíes (trabajadores semiesclavos) y permitir al embajador británico residir en Pekín, entre otras cosas. La corte de los Qing rechazó las demandas presentadas por el Reino Unido, Francia y los Estados Unidos.


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Combate en Cantón durante la Segunda Guerra del Opio​


La guerra

La guerra puede ser vista como una continuación de la Primera Guerra del Opio (1839-1842), y por eso fue llamada Segunda Guerra del Opio. El 8 de octubre de 1856, los oficiales de los Qing abordaron el Arrow, un barco de dueños chinos que había sido registrado en Hong Kong (en posesión de los británicos) y era sospechoso de piratería y contrabando. Doce sujetos chinos fueron arrestados y aprisionados. Este hecho fue conocido como el «Incidente del Arrow». Los oficiales británicos en Cantón pidieron la liberación de los navegantes afirmando que como el barco había sido recientemente registrado por británicos estaba protegido bajo el Tratado de Nankín. Sólo cuando fue demostrado que aquél era un argumento débil, los británicos insistieron en que el Arrow había tenido una insignia británica y que los soldados de los Qing habían insultado la bandera. Estando en guerra con los insurgentes de la Rebelión Taiping, los Qing no estaban en condiciones de recibir un ataque de Occidente.

Aunque los británicos fueron demorados por la Rebelión de la India, respondieron al Incidente del Arrow en 1857 atacando Guangzhou desde el Río de las Perlas. Ye Mingchen, quien se convertiría en gobernador de las provincias de Guangdong y Guangxi, alertó a los soldados chinos en los fuertes. Después de tomar los fuertes cercanos a Cantón sin mucho esfuerzo, la Armada Británica atacó la ciudad. El Parlamento Británico decidió tomar compensación de China basándose en el reporte del Incidente del Arrow presentado por Harry Parkes, el cónsul británico en Guangzhou. Francia, los Estados Unidos y Rusia recibieron invitaciones para adherirse al Reino Unido en una alianza. Francia se unió a la acción británica en contra de China, provocada por la ejecución del misionario francés Padre Auguste Chapdelaine, en el llamado «Incidente de Auguste Chapdelaine», por parte de autoridades locales en la provincia de Guangxi. Rusia y los Estados Unidos invitaron a Hong Kong a unirse a la causa anglo-francesa, pero nunca aportó ayuda militar.

Los británicos y los franceses unieron fuerzas bajo el mando del almirante Michael Seymour. La armada británica, liderada por Lord Elgin, y la francesa, encabezada por Gros, atacó y ocupó Guangzhou a fines de 1857. Ye Mingchen fue capturado, y Bo-gui, el gobernador de Guangdong, se rindió. Se formó un comité conjunto de la alianza. Bo-gui permaneció en su puesto original para mantener el orden en nombre de los agresores. La alianza anglo-francesa mantuvo el control de Guangzhou por casi cuatro años. Ye Mingchen fue exiliado a Calcuta, India, donde murió de inanición.

La coalición se dirigió luego hacia el norte para asaltar los fuertes de Taku, cerca de Tientsin (Tianjin) en mayo de 1858.


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Funcionarios chinos destruyen una partida del opio importado​


Tratado de Tientsin o Tianjin

En junio de 1858, la primera parte de la guerra concluyó con el Tratado de Tientsin, en el cual Francia, Rusia y los Estados Unidos tomaron parte. Los chinos inicialmente se negaron a firmar el tratado.

Los puntos más importantes del tratado fueron:

1.El Reino Unido, Francia, Rusia y los Estados Unidos tendrían el derecho de establecer legaciones diplomáticas (pequeñas embajadas) en Pekín, una ciudad cerrada en aquel tiempo;
2.Diez nuevos puertos serían abiertos al comercio internacional, incluyendo Niuzhuang, Danshui, Hankou y Nankín;
3.El derecho de todos los buques extranjeros incluyendo barcos comerciales a navegar libremente por el río Yangtsé;
4.El derecho a los extranjeros de viajar a regiones internas de China, lo cual antes estaba restringido;
5.China debería pagar una indemnización al Reino Unido y Francia de 2 millones de taeles de plata respectivamente;
6.China debería pagar una compensación a los comerciantes británicos de 2 millones de taeles de plata por la destrucción de sus propiedades.


Tratado de Aigun

El 28 de mayo de 1858, el Tratado de Aigun fue firmado con Rusia para revisar la frontera entre aquella nación y China, según se determinaba en el Tratado de Nerchinsk de 1689. Rusia ganó la orilla izquierda del río Amur. El tratado también le dio control sobre el área costera del océano Pacífico que no se congelaba, donde la ciudad de Vladivostok fue fundada en 1860.


Continuación de la guerra

Ángulo interior del Fuerte Norte de Taku inmediatamente después de su captura, 21 de agosto de 1860. Fotografía de Felice Beato.En 1859, después de que China se negara a permitir el establecimiento de embajadas en Pekín como se había acordado en el Tratado de Tientsin, una fuerza naval bajo el mando del almirante Sir James Hope Grant bombardeó los fuertes ubicados en la boca del río Hai He. Un escuadrón naval comandado por el comodoro Josiah Tattnall los dañó gravemente.

En 1860, una fuerza anglo-francesa se reunió en Hong Kong y luego llevó a cabo un desembarco en Pei Tang el 3 de agosto, y un exitoso ataque a los fuertes de Taku el 21 de agosto. El 26 de septiembre, la fuerza llegó a Pekín y tomó la ciudad el 6 de octubre. Nombrando a su hermano, el príncipe Gong, como su representante, el emperador Xianfeng escapó al Palacio de Verano de Chengde, ubicado en la ciudad de Chengde. Las tropas anglo-francesas incendiaron el Palacio de Verano de Pekín y el Viejo Palacio de Verano después de varios días de saquearlos. El Viejo Palacio fue totalmente destruido. Pekín ya no estaba tomada, pero las tropas permanecieron en las afueras de la ciudad.

Los motivos de la destrucción del Palacio de Verano son un tema de debate. La razones oficiales declaradas por Elgin eran las de desalentar a los chinos de usar el secuestro como una herramienta de negociación y vengarse del emperador por su violación a la bandera de tregua. Otras opiniones, como ejecuciones, son discutibles. Elgin calificó este hecho como lo «menos desagradable», al haber dañado el gobierno despótico pero sin alterar la vida cotidiana de los chinos inocentes. Historiadores occidentales afirman que el accionar de Elgin al autorizar la destrucción del Palacio de Verano fue motivado por la tortura y asesinato de casi veinte prisioneros occidentales, incluyendo dos enviados británicos y un periodista del periódico de la misma nacionalidad The Times. Los manchú de esa época habían convertido la tortura en un arte cruel que incluía la fin por medio de miles de cortes mientras se estaba en lo que podría llamarse una chaqueta de alambre, y fin por mortificación, en la cual los miembros eran quitados del cuerpo uno por uno. En este contexto, Elgin fue muy insultado por la completa destrucción del Viejo Palacio de Verano. Historiadores chinos han argumentado que esta destrucción fue un encubrimiento para los ya muy difundidos saqueos.


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Ángulo interior del Fuerte Norte de Taku inmediatamente después de su captura
21 de agosto de 1860​


Convención de Pekín

El Tratado de Tientsin, firmado en junio de 1858, fue finalmente extendido y ratificado por el hermano del emperador, el príncipe Gong, en la Convención de Pekín del 18 de octubre de 1860, firmada mientras las potencias occidentales ocupaban Pekín y se incendiaba el Antiguo Palacio de Verano. Así se puso final a la Segunda Guerra del Opio.

El comercio del opio fue legalizado y a los cristianos se les fueron concedidos todos los derechos civiles, incluyendo el derecho de la propiedad privada y el derecho de evangelizar.[5]

El contenido de la Convención de Pekín incluye:

1.El reconocimiento de China sobre la validez del Tratado de Tientsin;
2.Apertura de Tianjin como un puerto comercial;
3.Cesión del Distrito Nº 1 de Kowloon (al sur de la actual Boundary Street) al Reino Unido;
4.Autorización a los barcos británicos de llevar a los chinos heridos a EE.UU.;
5.Indemnización al Reino Unido y Francia por 8 millones de teals de plata a cada uno;
6.Legalización del comercio de opio.
 
Ese es el triunfo de los anglos.

El convencer incluso a muchos enemigos de su cultura de que su camino de progreso particular es EL camino.

No veo por qué una sociedad que no ha tenido una tradición parlamentaria ni las circunstancias geopolíticas de Gran Bretaña deba evolucionar "naturalmente" hacia un régimen democrático parlamentario. No hay más que ver cómo en España, que también tiene tradición parlamentaria (y monárquica) y está al lado, no nos funciona.

También es la tiranía de los griegos (la democracia de hecho fue un período muy corto de la Grecia clásica, estuvieron más tiempo gobernados por oligarquías o tiranías), la religión ****ocristiana, el absolutismo y el centralismo francés, el militarismo alemán, el calvinismo holandés e ideologías como el fascismo o el anarquismo.

Que aunque no nos gusten (o sí) también son parte de la herencia de Occidente. Tan occidental es Dionisio de Siracusa como Pericles, tanto Luis XIV como Robespierre, los Reyes Católicos y Azaña...




Las sociedades ante problemas similares encuentran soluciones similares, por eso las primeras sociedades cuando se organizan son monarquias, no porque lo copien de nadie sino por ser lo mas practico y operativo, y cuando esas sociedades maduran y la poblacion quiere participar en los asuntos publicos lo mas facil y operativo es algun tipo de democracia ya sea directa o representativa.

Por otro lado como muy bien dice usted la sociedad occidental actual bebe de muchas fuentes no solo del parlamentarismo ingles.
 
Que ardor de estomago dan los anglo protestantes sionistas de cosa
 
De estas muertes, las del capital, los franceses y los yankees no dicen nada.
 
Que raro que nadie suelte alguna tontería del tipo :
" Eres de Podemos " o no se que Podemos , por hablar así de tan egregio Imperio" o " los muslimes fueron los más genocidas de la Historia y no los británicos".

Es lo que más caracteriza a Burbuja, único argumento de muchos, incapaces de un debate serio, con rigor , conocimientos y carente de prejuicios y complejos

A se me olvidaba, la palabra " progre " , esa no puede faltar.
 
Última edición:
Yo lo que no me explico es como hay tanta gente a la que se le cae la baba con el imperialismo anglosajón, que no puede ser más siniestro. Pero en fin, hay gente para to, como decía el Guerra (el torero).
 
a mi no me han hostiado y he hablado de la leyenda de color, que como tal no la conoce ni dios.

Y me he tratado con todo tipo de gente. En realidad se han portado excelentemente conmigo en líneas generales.
No sé a qué hispanoamérica has ido tú.

Exacto, igual que si eres morenito de piel e hispanoamericanano y te metes en un barrio inculto con banderas españolas. Evidentemente pensaras que los españoles les odiamos, cuando son una minoría. Lo importante son las personas no los borregos adoctrinados. Muchos centroamericanos y sudamericanos nos consideran sus primos hermanos. Otros nos odian por total desconocimiento de la historia. Como aquellos mexicanos que hablan pestes de España pero le doran la perla a los yankees que les robaron sus tierras.
Leer historia está muy bien siempre que se lea la escrita por los vencidos también.. la no oficialista. Entonces se pueden hayar matices que los que son cegados por banderas no pueden
vislumbrar.
La máxima corrupción y autoengaño español nos ha puesto como bandera común la de los Borbones. La misma que los traidores y asesinos fascistas, la misma de los cobardes que nos malvendieron a Napoleón y nos quitaron derechos fundamentales que nunca recuperamos. Leer historia es bueno siempre que se sea capaz de asimilarlo.
 
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