J
Josec
Guest
Como hiciera Nueva York el 11-S, Londres estableció un férreo control
informativo sobre el ataque terrorista de ayer. No se filtro ni un dato, ni
una imagen, ni un sonido que pudiera abundar en la tragedia, salvo aquellos
que las autoridades ofrecieron a cuentagotas a lo largo del dia. El Gobierno
de Tony Blair, con el horror de Madrid fresco en la memoria, acertó al
recordar el apagón informativo. Nada satisface más al terrorista que
contemplar en toda su extensión, en toda su crudeza y en toda su brutalidad
los efectos de sus acciones.
En Gran Bretaña se toman este tipo de decisiones sin complejos ni duda
alguna, seguramente porque no tienen la obligación de enseñar las
credenciales democráticas cada quince segundos, como ocurre en España. Si a
los británicos hubiera que juzgarlos por el atentado de ayer con los
criterios que utilizo la Comisión del 11-M, lo que ya seria mala suerte, a
Blair le acusarían de "grave imprevisión" por no impedir el atentado, como
han hecho con Aznar; le acusarían de ocultar los datos de los ataques para
perpetrar "un engaño masivo", como hicieron con el anterior Gobierno del PP;
y pedirían su reprobación parlamentaria, como la pidieron contra Aznar,
Acebes, Zaplana y Ana Palacio. Por esta vez, Tony Blair ha tenido la suerte
de no ser español..
J. A. Álvarez Gundín
LA RAZÓN
informativo sobre el ataque terrorista de ayer. No se filtro ni un dato, ni
una imagen, ni un sonido que pudiera abundar en la tragedia, salvo aquellos
que las autoridades ofrecieron a cuentagotas a lo largo del dia. El Gobierno
de Tony Blair, con el horror de Madrid fresco en la memoria, acertó al
recordar el apagón informativo. Nada satisface más al terrorista que
contemplar en toda su extensión, en toda su crudeza y en toda su brutalidad
los efectos de sus acciones.
En Gran Bretaña se toman este tipo de decisiones sin complejos ni duda
alguna, seguramente porque no tienen la obligación de enseñar las
credenciales democráticas cada quince segundos, como ocurre en España. Si a
los británicos hubiera que juzgarlos por el atentado de ayer con los
criterios que utilizo la Comisión del 11-M, lo que ya seria mala suerte, a
Blair le acusarían de "grave imprevisión" por no impedir el atentado, como
han hecho con Aznar; le acusarían de ocultar los datos de los ataques para
perpetrar "un engaño masivo", como hicieron con el anterior Gobierno del PP;
y pedirían su reprobación parlamentaria, como la pidieron contra Aznar,
Acebes, Zaplana y Ana Palacio. Por esta vez, Tony Blair ha tenido la suerte
de no ser español..
J. A. Álvarez Gundín
LA RAZÓN