La desechabilidad masculina en Afganistán

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A continuación les presento la traducción del artículo “Afganistán es el mayor hervidero de desechabilidad masculina, hombre o niño. ¿La reacción mundial? ¡Ayudemos a las mujeres y las niñas!” Fue escrito por Ali Mehraspand (autor iraní) y publicado originalmente en A Voice for Men. Al final de la traducción realizaré algunos comentarios sobre el texto.

Afganistán es el mayor hervidero de desechabilidad masculina, hombre o niño. ¿La reacción mundial? ¡Ayudemos a las mujeres y las niñas!

Ali Mehraspand

La historia de Afganistán es una sombría historia de dolor, pena y lucha sin miedo. La historia de Afganistán es una historia de niños cuyas inocentes sonrisas fueron resquebrajadas por la ansiedad, pues han observado con demasiada frecuencia lo amenazante que resulta la vida. También es una historia donde la ONU y las ONGs están más preocupadas por la Teoría del Patriarcado que por los verdaderos derechos humanos. Es una historia que necesitas escuchar honestamente, pues se trata de una historia sobre la desechabilidad de los niños varones.

El hogar es un concepto extraño para muchos hombres y niños afganos que huyen del país para trabajar a edades muy tempranas. Más de tres 3.000.000 de refugiados afganos viven en Irán, y sólo 900.000 están allí legalmente [1-3]. Este número de refugiados llega de un país cuya población se encuentra en torno a los 26 millones en este momento. La inmensa mayoría de estos refugiados son varones.



Estos hombres y niños, casi sin excepción, realizan trabajos de construcción u otros igualmente duros. Si construyes una casa en Irán, lo más probable es que la mayor parte del trabajo lo hayan realizado hombres afganos. “¿Por qué estás sólo tan lejos de casa?” le pregunto a un niño afgano. “Tengo una madre y varias hermanas que alimentar” dice. “Quizá pueda visitarlas el año que viene”. Como era de esperar, ninguno de ellos está asegurado en su trabajo, y a nadie le preocupa si mueren en su puesto. Seis es el número de hombres afganos que conocí personalmente que murieron haciendo su trabajo, uno de ellos mientras construía la casa de mis padres. Incluso existe una canción que dice esto sobre Irán: “En cada muro de esta ciudad, se encuentra la marca de mis manos”.

Cada uno de ellos es más eficiente trabajando que cinco europeos juntos, y cuando se toman un pequeño descanso para almorzar bajo el rojizo sol abrasador, demasiadas veces he presenciado la dolorosa escena de lo que habían traído para comer: algo de refresco y un poco de pan. Comienzan partiendo el pan para echarle el refresco. Entonces llenan la cuchara con el pan mojado en refresco y se lo comen como si fuera un bocadillo de bistec. ¿Por qué? Bien, porque el dinero no debe gastarse en lujos como la comida mientras lo esperan su madre y hermanas en Afganistán. Aquí pueden encontrar en farsi la historia de una mujer iraní que estalló en lágrimas tras diez años de tener aprendices afganos cuando dice que estos hombres envían todo el dinero a sus familias en Afganistán.

Generaciones van y vienen en Afganistán, pero una constante en sus vidas es la dureza de la guerra. Sólo la Guerra Roja contra la Unión Soviética eliminó al 11% de la población afgana y empujó a muchos de ellos a encontrar refugio en Irán.


Constructores afganos asesinados por los talibanes

Sean pacientes conmigo mientras nos aproximamos a la vida de un niño en Afganistán, que siente todo tipo de amenazas posible, y observamos la reacción de nuestro enfermo mundo.

La ONU y las ONGs: Mujeres y que se joroben los niños

Como ya señalé, en Afganistán (y algunas áreas rurales de Irán) es responsabilidad de los varones proveer cuando la provisión es difícil, de modo que puedes ver a niños de edades tan tempranas como los seis años empuñando palas. Los párrafos a continuación le mostrarán la horrorosa imagen de lo que significa ser un niño en Afganistán.

Pero antes de continuar, déjenme decirles lo frustrante que es comprobar que ninguno de los informes de la ONU ni de ninguna ONG menciona que “trabajador infantil” significa básicamente “niño varón”. Nunca te cuentan sobre la enorme disparidad sensual entre los niños trabajadores. De modo que déjenme aclarar una cosa. La única investigación conducida que cuenta la verdad es la del profesor Hasan Hoseini, de la Universidad de Teherán, con la ayuda de un centro de rehabilitación gubernamental, que concluyó que el 95% de los trabajadores infantiles que viven en las calles son niños. El 92% de los trabajadores infantiles de la provincia de Isfahan también eran niños [4]. Se trata de un informe concluyente sobre los estudios de población en torno al fenómeno de los niños trabajadores. En los párrafos que trataremos a continuación, ahora sabrá lo que queremos decir con la palabra “niño”.

Aquí [5] tenemos el informe UNAMA de Naciones Unidas, que comienza diciendo “sólo el 40% de los estudiantes de Afganistán son niñas”. Para un mayor efecto dramático, también mencionan que recientemente 13 niños que habían sido enviados ilegalmente a Arabia Saudí con promesas de trabajo han vuelto después de que dichas promesas revelaran ser falsas y terminaran como vendedores callejeros. No hay mención alguna sobre el sesso de estos niños. Existen 1,9 millones de trabajadores infantiles en Afganistán. Según el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de Afganistán, hay 1,3 millones de niños que están realizando trabajo extremo [6-7]. Ya saben, trabajo extremo como el que un departamento entero de Estudios de Género no podría aguantar ni cinco minutos. Por cierto, dado que la mayoría de las trabajadoras infantiles son vendedoras ambulantes, el número de niños varones empleados en trabajos extremos se aproxima al 100%. Eso también excluye a todos los niños que trabajan en otros países, como Irán. El informe UNAMA continúa diciendo que 550.000 de estos trabajadores infantiles tienen edades comprendidas entre los 6 y 11 años, sin mención alguna sobre el sesso de estos “trabajadores”. UNISEF nos informa de que sólo en Kabul 60.000 niños “trabajan en las calles” y, como era de esperar, no hay mención alguna sobre el sesso de estos niños.




Que alrededor del 95% de los trabajadores infantiles sean niños varones, como descubrió el Profesor Hosseini, no es sorprendente si has vivido en Irán y has visto tanto a niños iraníes como afganos realizando trabajo físico. Fui a una zona rural donde vi a niños con palas. Pues bien, estos trabajadores infantiles son verdaderas víctimas de violación y agresión sensual, hasta el punto que, como quedó señalado aquí [6-7], la Comisión Independiente de Derechos Humanos reconoce la pedofilia como algo que ocurre exclusivamente a niños varones. Niños que son vestidos con indumentaria de mujer, secuestrados, sexualmente abusados o violados son los hechos mencionados en la fuente. Aparentemente las niñas afganas son protegidas por sus familias; ¿quién lo habría pensado? Por cierto, cuando fue preguntado por qué el 60% de las víctimas de violación en Irán son varones, el jefe de la policía de Irán dijo que las víctimas eran mayoritariamente trabajadores infantiles [8-9].

El año pasado hubo 2.888 casos de violencia contra los niños (incluyendo trabajo forzado, tráfico de drojas forzado, matrimonios forzados y violación) de los cuales el 82% de las víctimas eran niños varones. Esta estadística, por cierto, vino del Ministerio de Asuntos Sociales de Afganistán, no de la ONU ni de ninguna ONG [10].


La reacción mundial: mujeres, mujeres, que joroben a los niños, mujeres, mujeres, que joroben a los hombres por partida doble, que joroben a los niños (varones) una vez, mujeres mujeres

Las mujeres afganas tienen el suficiente poder cultural como para que su Ministerio de la Mujer consiga cualquier cosa. Echemos un vistazo a las leyes sobre la violencia contra la mujer en Afganistán.

La intención de las leyes, como se apuntó en el primer capítulo, parece bastante sensata. Entre ellas, por ejemplo, hay una que prohíbe forzar a las mujeres tomar drojas [11]. Esto es algo bueno, dejando a un lado el hecho de que en una cultura con 1 millón de drojadictos, de los cuales el 88% son varones [12-13] (muchos de ellos menores y forzados a ello como aparece en las historias de [12-13]), forzar a alguien a tomar drojas es violencia contra las mujeres y sólo contra ellas. Por cierto, 1/3 de todos los centros de rehabilitación están exclusivamente dedicadas a mujeres y niños. Una ley prohíbe que se haga trabajar a cualquier mujer. Esto se suma a la ya ley islámica que dice esencialmente que las mujeres han de ser pagadas Nafaqa ya sea por el marido o por el padre. Además, ¿la primera ley de violencia contra las mujeres? “¡Que las mujeres reciban lo que el Islam les da por derecho!” Ahora bien, hacer que las mujeres trabajen es violencia contra las mujeres cuando hay 1,9 millones de trabajadores infantiles sólo en Afganistán, que es de hecho una fracción de los niños afganos dispersos por otros países y trabajando. Ésta también es buena. Pero las perlas de las leyes sobre la violencia contra las mujeres de Afganistán incluyen lo siguiente:
  • Insultar a una mujer debe ser castigado con no menos de tres meses de prisión.
  • Hacer gestos o hablar de una forma que asuste a las mujeres debe ser castigado con no menos de tres meses en prisión.
  • Contribuir a una atmósfera que crea presión en una mujer de modo que ella encuentra alivio en el uso de drojas es considerado como forzar a una mujer a usar drojas y por tanto conlleva penas de prisión.

El problema con la política de la ONU de: “Mujeres y que joroben a los niños”

El aspecto más frustrante de la ONU es su falsedad acerca de los trabajadores infantiles. Por ejemplo, cuando los informes de la Misión de Ayuda de Naciones Unidas en Afganistán hablan sobre niños, nunca encuentras una sola afirmación que muestre el sesso de estos trabajadores infantiles. Todas las ONGs en Irán que trabajan bajo el lema “mujeres y niños”, sólo se centran en las mujeres. Diablos, incluso le dieron el Premio Nobel de la Paz a una feminista iraní que con el dinero recibido no ha hecho una sola cosa por los niños. No, me corrijo, en algunas ocasiones ha abordado los problemas de las niñas. No niños de ambos sexos, sólo niñas.

Ahora bien, el 1% de la energía que estas entidades invierten en los niños culmina sólo en algunos artículos escritos por mujeres, en los cuales no hay uno solo que cuente la verdad sobre los trabajadores infantiles. ¿Es simplemente una coincidencia que ninguno de ellos, ni uno solo, señale que el 95% de estos niños son varones?

Por el momento su política ha sido callar en cuanto al sesso de los niños. La próxima fase probablemente será cambiar la definición de forma que fabrique víctimas femeninas. Algo así como “una niña que hace té en su casa es una trabajadora infantil”.

Consideraciones finales

Cada cierto tiempo, algunos idiotas pagados de sí mismos nos recuerdan que preferirían ser un hombre en Afganistán. Por supuesto no tienen ni la más remota idea de que narices están hablando. Ser un hombre afgano significa continuar siendo una máquina de sudor para proveer en un lugar donde la provisión es tan difícil que un 50% de los niños sufren de malnutrición; y como sabes, nada de sesso fuera del matrimonio para los circuncidados hombres afganos, y dentro del matrimonio, bueno, probablemente ya estás familiarizado con las culturas y leyes islámicas. Ser un niño afgano significa ser un trabajador infantil, quizá en otro país, sólo para poder enviar el dinero a las mujeres de la familia. Ser un niño afgano significa enfrentarse a más amenazas de abuso sensual y trabajo forzado. Y trabajo en la mente de hombres y niños afganos significa trabajo extremo.

Mientras tanto, la gran, gran preocupación sobre Afganistán es que la Comisión de Derechos Humanos ha señalado que el dominio femenino de los trabajos de oficina, que había aumentado hasta el 31%, ha disminuido hasta el 18% [14].

Esperemos que un día de nuestras vidas presenciemos una auténtica organización de derechos humanos, preparada por quienes se sienten atraídos a los derechos humanos llevados por la compasión -en lugar de una agenda política e ideológica- y aquellos que entienden que la palabra “humano” también incluye a niños y hombres.

Aquí termina la traducción.

Aunque me parece un excelente artículo, habría preferido que evitara la comparación de los problemas de ambos sexos. Entiendo que se hace para exponer el doble estándar de la ONU y las ONGs, pero también invita a que en la sección de comentarios se termine hablando de si el autor tiene o no razón en cuanto a los problemas de las mujeres afganas, en lugar de hablar sobre el sufrimiento masculino, y particularmente el infantil. Porque del sufrimiento femenino en Afganistán se han escrito ríos de tinta, pero del masculino éste es uno de los pocos escritos que hay.

Quienes quieran leer más sobre la situación de los varones en Afganistán, yo mismo escribí un artículo acerca de las deudas de sangre en Oriente Medio que se centra en la etnia Pastún (el grupo mayoritario de Afganistán). Sobre los menores, quizá estén familiarizados con los bacha bazi o “niños danzantes” que son vestidos de mujer y utilizados como juguetes sensuales, citados también en el artículo de Ali y explorados en el famoso documental del mismo nombre.

Acerca de estos “niños danzantes”, el diario El Mundo muestra en un artículo cuál es la atención de las ONGs en cuanto a este fenómeno. Y no me refiero a cualquier ONG, sino a aquellas que en principio se especializan en los derechos infantiles. Cito:

Mutismo entre las ONG

La unidad de protección al menor en Afganistán de la ONG Save the Children declinó pronunciarse sobre la tradición de los ‘bacha bazi’. Su responsable de prensa, Nargis Azaryun, se limitó a declarar a EL MUNDO que la asociación nunca ha abordado el acoso sensual a menores aunque, aseguró, “en el futuro” pretende hacerlo. La organización afgana Aschiana, especializada en ayudar a niños y niñas de la calle -los más vulnerables a ser captados como ‘bacha bazi’-, evitó contestar las insistentes llamadas de esta periodista cuando solicitó información sobre esta práctica. “Nunca hemos tratado el abuso sensual a menores en Afganistán y es algo que, sin duda, debemos enmendar“, fue la respuesta de un responsable de otra ONG internacional, ChildFund Afghanistan, destinado en Kabul hace tan sólo una semana. Él mismo mostró su sorpresa por esta laguna de su asociación. / M. B.​

Cabe preguntarse aquí por qué ninguna de las ONGs dedicadas a los niños trata el abuso sensual en Afganistán. Sólo estas organizaciones lo saben a ciencia cierta , pero uno no puede evitar pensar que para ellos el dolor masculino vale menos. En cualquier caso, lo que está claro es que esta falta de información ha desdibujado la imagen que tenemos sobre el sufrimiento de ambos sexos en Afganistán. El femenino ya lo conocemos, pero del masculino todavía queda mucho por explorar.
La desechabilidad masculina en Afganistán | ¿Quién se beneficia de tu hombría?
 

Ellis Wyatt

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¿En temas calientes algo que defiende los derechos de los hombres, y la igualdad real entre sexos?

Esto lo van a censurar probablemente antes de que termine de escribir esto, y mandarlo a la parte del foro donde el buscador no funciona. La parte del foro oculta. Donde han ido hilos como las violaciones a hombres en tiempos de guerra, o todo lo relacionado con la LIVG.

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