P
Pepe
Guest
Las acusaciones de corrupción hechas en Brasil al PT (partido de los
trabajadores), que es el partido que llevó, hace 3 años, a Lula Da Silva a
la presidencia de Brasil, se suceden una tras otra como si de una cascada se
tratasen. Los casos de corrupción y malvesación surgen como setas por todos
lados.
El presidente del PT, José Geogino, ha tenido que presentar la dimisión
acosado por el rosario de denuncias de corrupción contra dirigentes de su
partido. Genoino admitió que el PT está "en un momento muy difícil", ante la
ola de denuncias de corrupción en contra de altos dirigentes del partido,
pero afirmó que "más relevante que las personas es ahora la importancia
estratégica del gobierno del presidente Lula y el cambio que está
imprimiendo al país".
La gota que ha colmado el vaso ha sido la detención de un alto cargo del
PT, Vieira da Silva, en el aeropuerto de Sao Paulo, una vez que no supo
explicar el origen de 200.000 reales en efectivo (unos 85.000 dólares) que
llevaba en una maleta de mano y de otros 100.000 dólares que escondía entre
su ropa interior.
Pero el hecho más grave probablemente sean las denuncias sobre mensualidades
pagadas a un centenar de legisladores que fueron hechas por el diputado
Roberto Jefferson, de un partido aliado del PT. A causa de las denuncias de
corrupción, ya habían renunciado a sus cargos el secretario general del
partido, Silvio Pereira, y el tesorero, Delubio Soares.
En Brasil se está repitiendo como un calco lo que ocurrió en España. Basta
que los perdedores lleguen al poder, basta que los izquierdistas, los que no
tienen un duro porque han sido incapaces de ganarlo en su actividad privada,
lleguen al poder, para que se pongan a robar a manos llenas.
Y es que los izquierdistas saben que en toda su vida, a base de su propio
esfuerzo y capacidad laboral, jamás van a poder tener mejores sueldos ni
vivir mejor que mientras estén en el poder ostentando un cargo público. Así
que, como si fuesen hormigas, se dedican a robar a manos llenas pensando en
su futuro, pensando en que no les falte el dinero para cuando les echen del
poder cuando los electores, hartos de su incompetencia, se den cuenta de
que, del mismo modo que son unos perdedores en sus vidas privadas, no pueden
más que demostrar incompetencia e incapacidad cuando ostentan un cargo
público.
Y es que cada uno somos lo que somos. Y quien es un perdedor incompetente en
su vida privada, no puede ser mejor por mucho que le hagan ministro. Así que
el ministerio que dejen en sus manos...será un foco de incompetencia y mala
gestión.
--
Jose
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trabajadores), que es el partido que llevó, hace 3 años, a Lula Da Silva a
la presidencia de Brasil, se suceden una tras otra como si de una cascada se
tratasen. Los casos de corrupción y malvesación surgen como setas por todos
lados.
El presidente del PT, José Geogino, ha tenido que presentar la dimisión
acosado por el rosario de denuncias de corrupción contra dirigentes de su
partido. Genoino admitió que el PT está "en un momento muy difícil", ante la
ola de denuncias de corrupción en contra de altos dirigentes del partido,
pero afirmó que "más relevante que las personas es ahora la importancia
estratégica del gobierno del presidente Lula y el cambio que está
imprimiendo al país".
La gota que ha colmado el vaso ha sido la detención de un alto cargo del
PT, Vieira da Silva, en el aeropuerto de Sao Paulo, una vez que no supo
explicar el origen de 200.000 reales en efectivo (unos 85.000 dólares) que
llevaba en una maleta de mano y de otros 100.000 dólares que escondía entre
su ropa interior.
Pero el hecho más grave probablemente sean las denuncias sobre mensualidades
pagadas a un centenar de legisladores que fueron hechas por el diputado
Roberto Jefferson, de un partido aliado del PT. A causa de las denuncias de
corrupción, ya habían renunciado a sus cargos el secretario general del
partido, Silvio Pereira, y el tesorero, Delubio Soares.
En Brasil se está repitiendo como un calco lo que ocurrió en España. Basta
que los perdedores lleguen al poder, basta que los izquierdistas, los que no
tienen un duro porque han sido incapaces de ganarlo en su actividad privada,
lleguen al poder, para que se pongan a robar a manos llenas.
Y es que los izquierdistas saben que en toda su vida, a base de su propio
esfuerzo y capacidad laboral, jamás van a poder tener mejores sueldos ni
vivir mejor que mientras estén en el poder ostentando un cargo público. Así
que, como si fuesen hormigas, se dedican a robar a manos llenas pensando en
su futuro, pensando en que no les falte el dinero para cuando les echen del
poder cuando los electores, hartos de su incompetencia, se den cuenta de
que, del mismo modo que son unos perdedores en sus vidas privadas, no pueden
más que demostrar incompetencia e incapacidad cuando ostentan un cargo
público.
Y es que cada uno somos lo que somos. Y quien es un perdedor incompetente en
su vida privada, no puede ser mejor por mucho que le hagan ministro. Así que
el ministerio que dejen en sus manos...será un foco de incompetencia y mala
gestión.
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Jose
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