Standard & Poor’s saca tarjeta amarilla a la banca por sus riesgos en el ladrillo
Standard & Poor’s (S&P), la prestigiosa agencia de análisis y calificación de riesgos de crédito, da una de cal y otra de arena a la banca española. Para S&P, las entidades españolas disfrutan en estos momentos de calificaciones envidiables frente a sus homólogos europeos. Pero el horizonte se dibuja borroso.
Para la agencia, esas buenas calificaciones –esenciales para fijar los precios a los que las entidades emiten deuda para financiarse–, pueden enturbiarse de seguir aumentando la exposición al negocio inmobiliario y, especialmente, en préstamos a promotores.
La promoción es el primer eslabón en la cadena productiva del sector inmobiliario, y la que más riesgos conlleva. Elena Iparraguirre, analista de instituciones financieras de S&P, explica que empiezan a preocuparse por aquellas entidades en las que los créditos al promotor tienen ya un peso del 18% en la cartera, algo que es más común en la banca de tamaño medio. “La banca ha llegado a otorgar créditos para la compra de terrenos que ni siquiera cuentan con la licencia, lo que aumenta el riesgo de que ese proyecto no salga adelante”, añade.
Llueve sobre mojado. Desde organismos como el Banco de España, el supervisor del sistema financiero español, se han intensificado las recomendaciones hacia las entidades para que moderen la concentración de riesgo crediticio en el sector inmobiliario y de construcción, lo que popularmente se conoce como el ladrillo. Su último informe semestral sobre Estabilidad Financiera es especialmente contundente.
El informe detalla con gran profusión de datos el tamaño que ha adquirido, frente a otro tipo de préstamos empresariales, la financiación de las entidades hacia el sector inmobiliario y de la construcción a diferencia de otro tipo de préstamos empresariales, para que se tenga en cuenta “el mayor riesgo de crédito que ha mostrado este segmento de negocio en anteriores fases recesivas de la economía española”. Para el Banco de España, debería ser “un elemento a considerar por las entidades en sus políticas crediticias”.
El volumen agregado de préstamos a la construcción y al negocio inmobiliario (promoción) alcanzaba a junio de este año los 319.000 millones de euros. Es alrededor del 47% de todo el préstamo que dan bancos y cajas en España a las empresas (es decir, a las actividades productivas).
Es como decir que casi uno de cada dos euros de créditos que se da en España para producir va a parar al ladrillo. Desde el año 2000, la financiación inmobiliaria se ha multiplicado por cuatro. En 2000, alcanzaba los 77.000 millones, y suponía apenas el 25% (uno de cada cuatro euros) del dinero prestado a las empresas.