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Los promotores prevén que el parón de la construcción restará un 1,3% al PIB
Creen que la desaceleración prevista reducirá el empleo un 2%. Calculan que la construcción no residencial debería crecer un 18,8% para compensar el enfriamiento del sector
MADRID. La desaceleración prevista para el mercado inmobiliario español reducirá el nivel del Producto Interior Bruto (PIB) un 1,3% (11.469 millones de euros) y rebajará el empleo en un 2% (365.000 personas) a partir del segundo semestre de 2007, según asegura un estudio elaborado por la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (Asprima) y Analistas Financieros Internacionales. Para evitar un impacto negativo en la economía, señala el trabajo, la construcción no residencial debería crecer un 18,8%. Las constructoras e inmobiliarias comienzan a cambiar de estrategia y apuestan ahora por el alquiler y los productos con valor añadido. Los pisos protegidos serán una opción válida para el sector si el Ministerio de Vivienda sube su precio.
Lejos de cualquier mensaje alarmista, el informe -elaborado tras consultas con la mayoría de las empresas del sector- vislumbra un escenario a medio plazo muy diferente del vivido en los últimos años. Las subidas de tipos, las previsiones macroeconómicas, las proyecciones de población y de llegada de pagapensiones y la recuperación de la Bolsa como alternativa de inversión llevan a los expertos a pronosticar un notable recorte en la construcción de casas. Si el año pasado se visaron 715.000 pisos, la previsión se reduce a 648.000 para 2006 y a 588.000 para 2007. En dos años, el número de viviendas principales pasará de las 490.000 del pasado ejercicio a poco más de 400.000, mientras la secundarias se quedarán en 183.200 tras un recorte en ese periodo del 18,6%.
El parón, matizan los promotores, no se producirá en 2006 ni en 2007, «sino que se irá incorporando al ciclo de forma más moderada». La razón es que el periodo de maduración de los pisos es de unos 18 meses, con lo que los problemas empezarían a partir de junio del próximo año. Sus cálculos pasan por un descenso de la inversión en vivienda del 17,8%. A partir de entonces, y si el resto de sectores no crece, la aportación de la actividad residencial sería negativa. En ese escenario calculan que el resto de segmentos (no residencial e ingeniería civil) deberían tomar el relevo y salvar la situación.
VPO
La primera de las alternativas salvadoras está previsto crezca un 23,5% en los próximos dos años con lo que la segunda -sobre la que no existen proyecciones fiables- debería repuntar un 15,2% para compensar la caída. No es este el único problema, pues según Asprima si se suma a este panorama la puesta en funcionamiento del Plan de Vivienda 2005-2008, que prevé aumentar de 70.000 a 180.000 el número de pisos protegidos al año (un 157% más), podría empeorar la situación.
La explicación se encuentra en la diferencia de precio entre la vivienda libre y la vivienda de protección oficial (VPO) (un 51,8%) que recorta los márgenes de promotores y constructores y, con ellos, los del resto de la cadena económica. Asprima recuerda que la construcción supone el 11% del PIB nacional y representa el 13% de la población ocupada.
Bajo ese presupuesto, añade el trabajo, el incremento de la VPO «conllevaría una reducción igual en la vivienda libre, que significaría que la inversión en el sector pasaría de los 79.620 millones de euros actuales a 57.389 millones en los próximos años». El efecto ceteris paribus (considerando que el resto de factores permaneciera invariable) sería de una caída del 2% en el PIB y del 3,2% en el empleo. Para compensar este retroceso, la actividad en ingeniería civil debería aumentar un 34,3%. El presidente de Asprima, José Manuel Galindo, pidió esta semana a la ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, una subida del 50% en el precio del metro cuadrado de la VPO.
El estudio destaca que las promotoras y las inmobiliarias comienzan a cambiar de estrategia para dar más importancia a la diversificación. COLPISA
Creen que la desaceleración prevista reducirá el empleo un 2%. Calculan que la construcción no residencial debería crecer un 18,8% para compensar el enfriamiento del sector
MADRID. La desaceleración prevista para el mercado inmobiliario español reducirá el nivel del Producto Interior Bruto (PIB) un 1,3% (11.469 millones de euros) y rebajará el empleo en un 2% (365.000 personas) a partir del segundo semestre de 2007, según asegura un estudio elaborado por la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (Asprima) y Analistas Financieros Internacionales. Para evitar un impacto negativo en la economía, señala el trabajo, la construcción no residencial debería crecer un 18,8%. Las constructoras e inmobiliarias comienzan a cambiar de estrategia y apuestan ahora por el alquiler y los productos con valor añadido. Los pisos protegidos serán una opción válida para el sector si el Ministerio de Vivienda sube su precio.
Lejos de cualquier mensaje alarmista, el informe -elaborado tras consultas con la mayoría de las empresas del sector- vislumbra un escenario a medio plazo muy diferente del vivido en los últimos años. Las subidas de tipos, las previsiones macroeconómicas, las proyecciones de población y de llegada de pagapensiones y la recuperación de la Bolsa como alternativa de inversión llevan a los expertos a pronosticar un notable recorte en la construcción de casas. Si el año pasado se visaron 715.000 pisos, la previsión se reduce a 648.000 para 2006 y a 588.000 para 2007. En dos años, el número de viviendas principales pasará de las 490.000 del pasado ejercicio a poco más de 400.000, mientras la secundarias se quedarán en 183.200 tras un recorte en ese periodo del 18,6%.
El parón, matizan los promotores, no se producirá en 2006 ni en 2007, «sino que se irá incorporando al ciclo de forma más moderada». La razón es que el periodo de maduración de los pisos es de unos 18 meses, con lo que los problemas empezarían a partir de junio del próximo año. Sus cálculos pasan por un descenso de la inversión en vivienda del 17,8%. A partir de entonces, y si el resto de sectores no crece, la aportación de la actividad residencial sería negativa. En ese escenario calculan que el resto de segmentos (no residencial e ingeniería civil) deberían tomar el relevo y salvar la situación.
VPO
La primera de las alternativas salvadoras está previsto crezca un 23,5% en los próximos dos años con lo que la segunda -sobre la que no existen proyecciones fiables- debería repuntar un 15,2% para compensar la caída. No es este el único problema, pues según Asprima si se suma a este panorama la puesta en funcionamiento del Plan de Vivienda 2005-2008, que prevé aumentar de 70.000 a 180.000 el número de pisos protegidos al año (un 157% más), podría empeorar la situación.
La explicación se encuentra en la diferencia de precio entre la vivienda libre y la vivienda de protección oficial (VPO) (un 51,8%) que recorta los márgenes de promotores y constructores y, con ellos, los del resto de la cadena económica. Asprima recuerda que la construcción supone el 11% del PIB nacional y representa el 13% de la población ocupada.
Bajo ese presupuesto, añade el trabajo, el incremento de la VPO «conllevaría una reducción igual en la vivienda libre, que significaría que la inversión en el sector pasaría de los 79.620 millones de euros actuales a 57.389 millones en los próximos años». El efecto ceteris paribus (considerando que el resto de factores permaneciera invariable) sería de una caída del 2% en el PIB y del 3,2% en el empleo. Para compensar este retroceso, la actividad en ingeniería civil debería aumentar un 34,3%. El presidente de Asprima, José Manuel Galindo, pidió esta semana a la ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, una subida del 50% en el precio del metro cuadrado de la VPO.
El estudio destaca que las promotoras y las inmobiliarias comienzan a cambiar de estrategia para dar más importancia a la diversificación. COLPISA