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Normalmente, la vida se transforma en experiencia, y una persona absorbe la experiencia que le hace falta para ser capaz de adaptarse cada vez mejor a las circunstancias cambiantes y así superar los problemas que van surgiendo cada vez con mayor efectividad. Pero algunos no pasan por la vida, sino que la vida pasa por ellos y no asimilan experiencia. Y llegada una edad, uno ya no está a tiempo de absorber la experiencia que no fue capaz de absorber con anterioridad.
Dicen algunos que el hombre se pasa más de la mitad de su vida con la edad mental de 30 años aproximadamente, porque el aumento de la esperanza media de vida es cosa de los últimos ciento y pico años y la evolución del hombre aún no ha podido proporcionar la evolución mental que requiere una especie con casi ochenta años de vida media. Es decir, que lo que no tengamos claro con treinta y tantos años, no lo tendremos claro jamás.
Siempre ha sido difícil para las clases humildes satisfacer sus necesidades más básicas, nunca ha sido fácil. Y el progreso consiste entre otras cosas en que cada vez estas necesidades se satisfacen con menor sacrificio y cubren más aspectos. Esto es una tendencia de las sociedades libres desde hace ya mucho tiempo, pero no es una línea recta, sino que tiene altibajos, y hay períodos en los que por las razones que sea las cosas se dificultan un poco de manera coyuntural (una guerra, una crisis económica, una explosión de natalidad, etc.)
La vivienda puede resultar un poco más difícil en 2005 que en 2002, un poco más fácil en 2000 que en 1995, y un poco más difícil en 1987 que en 1994, pero la tendencia de fondo es que cada vez es un poco más fácil y que además las viviendas cada vez están un poco mejor dotadas. El progreso es imparable.
Antes de los treinta años un ciudadano humilde tiene que ser absolutamente consciente de que su situación le va a requerir dedicar una buena parte de sus ingresos al pago de su vivienda durante tantos más años cuanto más humilde sea su situación. Si no se es consciente de esta idea antes de los treinta años, no se será nunca.
Vivir de alquiler es libre, allá cada cual. Y comprar también es libre, allá cada uno. Lo que no es libre es acusar de especulador a quien aconseja honestamente la opción que en su opinión es más llevadera para el acceso a la vivienda de un ciudadano humilde.
Como dije ya en otra ocasión, el movimiento se demuestra andando. Quienes nos hemos hipotecado para adquirir nuestra vivienda tenemos perfectamente definido el plazo de pago de la misma en el peor escenario posible, no necesitamos un escenario optimista para saber cuándo tendremos pagada nuestra vivienda. Si las cosas nos van bien y nos interesa podremos terminar antes, y si las cosas van mal, en el peor escenario posible tendremos pagada la vivienda al final de la vida del crédito. Por la sencilla razón de que el banco que concede la hipoteca descuenta el peor escenario posible cuando establece los ratios de solvencia que exige a sus clientes.
Quienes han decidido vivir de alquiler deben esperar años para confirmar si su escenario optimista se cumple o no se cumple. Su escenario optimista requiere acertar en tres escenarios diferentes, a saber:
1. Escenario de los precios de la vivienda. Deben bajar para acertar.
2. Escenario de los precios de alquiler. No deben subir para acertar
3. Escenario de los mercados financieros. Debe ser positivo para rentabilizar la diferencia entre el pago del alquiler y el pago de las cuotas del crédito hipotecario.
Además de los tres aciertos anteriores, deben tener la capacidad o la suerte de resultar inversores ganadores en los mercados financieros, y conseguirlo de manera consistente, año tras año, asunto que no resulta nada fácil.
Bien, son libres, pero estos son unos riesgos que yo, y como yo muchos, no estamos dispuestos a aceptar. Suerte a quienes acepten ese riesgo. Y dentro de quince o veinte años los mismos foreros que hoy nos dicen tantas lindezas, que nos demuestren ANDANDO, que han conseguido un resultado mejor que el que cabía esperar en el caso de haber comprado su vivienda en cuanto tuvieron acceso por precio y renta, con o sin hipoteca.
Saludos
Dicen algunos que el hombre se pasa más de la mitad de su vida con la edad mental de 30 años aproximadamente, porque el aumento de la esperanza media de vida es cosa de los últimos ciento y pico años y la evolución del hombre aún no ha podido proporcionar la evolución mental que requiere una especie con casi ochenta años de vida media. Es decir, que lo que no tengamos claro con treinta y tantos años, no lo tendremos claro jamás.
Siempre ha sido difícil para las clases humildes satisfacer sus necesidades más básicas, nunca ha sido fácil. Y el progreso consiste entre otras cosas en que cada vez estas necesidades se satisfacen con menor sacrificio y cubren más aspectos. Esto es una tendencia de las sociedades libres desde hace ya mucho tiempo, pero no es una línea recta, sino que tiene altibajos, y hay períodos en los que por las razones que sea las cosas se dificultan un poco de manera coyuntural (una guerra, una crisis económica, una explosión de natalidad, etc.)
La vivienda puede resultar un poco más difícil en 2005 que en 2002, un poco más fácil en 2000 que en 1995, y un poco más difícil en 1987 que en 1994, pero la tendencia de fondo es que cada vez es un poco más fácil y que además las viviendas cada vez están un poco mejor dotadas. El progreso es imparable.
Antes de los treinta años un ciudadano humilde tiene que ser absolutamente consciente de que su situación le va a requerir dedicar una buena parte de sus ingresos al pago de su vivienda durante tantos más años cuanto más humilde sea su situación. Si no se es consciente de esta idea antes de los treinta años, no se será nunca.
Vivir de alquiler es libre, allá cada cual. Y comprar también es libre, allá cada uno. Lo que no es libre es acusar de especulador a quien aconseja honestamente la opción que en su opinión es más llevadera para el acceso a la vivienda de un ciudadano humilde.
Como dije ya en otra ocasión, el movimiento se demuestra andando. Quienes nos hemos hipotecado para adquirir nuestra vivienda tenemos perfectamente definido el plazo de pago de la misma en el peor escenario posible, no necesitamos un escenario optimista para saber cuándo tendremos pagada nuestra vivienda. Si las cosas nos van bien y nos interesa podremos terminar antes, y si las cosas van mal, en el peor escenario posible tendremos pagada la vivienda al final de la vida del crédito. Por la sencilla razón de que el banco que concede la hipoteca descuenta el peor escenario posible cuando establece los ratios de solvencia que exige a sus clientes.
Quienes han decidido vivir de alquiler deben esperar años para confirmar si su escenario optimista se cumple o no se cumple. Su escenario optimista requiere acertar en tres escenarios diferentes, a saber:
1. Escenario de los precios de la vivienda. Deben bajar para acertar.
2. Escenario de los precios de alquiler. No deben subir para acertar
3. Escenario de los mercados financieros. Debe ser positivo para rentabilizar la diferencia entre el pago del alquiler y el pago de las cuotas del crédito hipotecario.
Además de los tres aciertos anteriores, deben tener la capacidad o la suerte de resultar inversores ganadores en los mercados financieros, y conseguirlo de manera consistente, año tras año, asunto que no resulta nada fácil.
Bien, son libres, pero estos son unos riesgos que yo, y como yo muchos, no estamos dispuestos a aceptar. Suerte a quienes acepten ese riesgo. Y dentro de quince o veinte años los mismos foreros que hoy nos dicen tantas lindezas, que nos demuestren ANDANDO, que han conseguido un resultado mejor que el que cabía esperar en el caso de haber comprado su vivienda en cuanto tuvieron acceso por precio y renta, con o sin hipoteca.
Saludos