Alertas entre los fondos inmobiliarios alemanes

J

J.R

Guest
EL PÁNICO EN EL SECTOR INMOBILIARIO ALEMÁN AMENAZA CON CONTAGIAR A OTROS MERCADOS EUROPEOS

Redacción

La historia de este desastre comenzó a mediados de diciembre cuando el primer banco alemán en activos, Deutsche Bank, decidió congelar un fondo inmobiliario abierto valorado en 6.100 millones de euros (7.320 millones de dólares). La decisión de Deutsche Bank fue ampliamente criticada en su momento y podría enfrentarse a numerosas demandas de los 300.000 propietarios de estos fondos abiertos. Pero hay más. Hace unos días, el fondo inmobiliario KanAm, ubicado en Múnich, congelaba la retirada de sus activos para evitar la insolvencia, con lo que se convertía en el segundo fondo que en menos de dos meses recurre a esta medida en Alemania. La semana pasada, se produjo el cierre de un tercer fondo de inversión alemán, lo que provocó una atmósfera de pánico e histeria entre los inversores, que asisten a una cadena de desapariciones de este tipo de sociedades. Malas noticias para un mercado, el de fondos inmobiliarios, que en España nació muerto y así puede seguir durante mucho tiempo.




La Asociación de Protección del Inversor (SdK) ha mostrado su preocupación por el cierre de estos fondos de inversión, hecho que califica como "una aplicación brutal", y ha anuniado que estudia posibles acciones contra Deutsche Bank. A mediados de diciembre, el banco alemán decidió cerrar temporalmente, hasta febrero, sus fondos inmobiliarios Grundbesitz-Invest, una acción sin precedentes en la historia de este tipo de productos de inversión.

Los inversores de estos deficitarios fondos deberán mantener su valor actual y no podrán vender ninguna participación, de momento, hasta febrero. Hasta entonces, la filial gestora de los fondos inmobiliarios, DB Real Estate, deberá llevar a cabo una nueva calificación de éstos, que, previsiblemente, exigirá una amortización y reducirá su valor.

"La burbuja comienza a estallar y este tipo de fondos son las primeras víctimas. Además, se produce una reacción en cadena. Llama la atención quemuchos inversores privados en Alemania han utilizado este tipo de activos para ahorrar dinero para la jubilación en épocas de debilidad de los mercados de valores, ya que ofrecían con normalidad una rentabilidad media de más del 6%. Ahora todo el mundo desconfía. El sector está en crisis en Alemania por el descenso de los precios de alquiler de oficinas y la realidad de que muchos edificios están vacíos", dice un experto en este tipo de activos.


"Está claro que el asunto va a contagiar a otros países, porque bajo esta situación subyace el temor a una sobrevaloración de los activos inmobiliarios y a una caída de su rentabilidad", añade.

Primer caso en 40 años


Desde la emisión de los primeros fondos inmobiliarios, hace cuarenta años, no se ha producido la suspensión ni el cierre de ninguno de ellos, ya que siempre han recibido liquidez de las casas matrices cuando han atravesado dificultades.

Los fondos inmobiliarios abiertos, a diferencia de los cerrados, no tienen límite de emisión ni de colocación y su capital es variable, dependiendo de las operaciones que efectúen sus inversores.


Las malas noticias se suceden. Hace quince días, el fondo inmobiliario KanAm, ubicado en Múnich, congelaba la retirada de sus activos para evitar la insolvencia, con lo que se convertía en el segundo fondo que en menos de dos meses recurre a esta medida en Alemania.


El fondo está valorado en 579 millones de dólares (479 millones de euros) e invierte en propiedad en EE UU, al contrario del fondo Grundbesitz-Invest, del banco Deutsche Bank, que se centra en el sector inmobiliario alemán, y que esta entidad bloqueó a mediados de diciembre.


La sociedad gestora de Kanam dijo que la fuerte demanda para vender los activos invertidos en este producto harían que se sobrepasara el límite de liquidez mínima del 5%, con lo quedaría expuesto el desfase entre el flujo de efectivo y el grueso de los activos.


Como indicamos al principio, la semana pasada, se produjo el cierre de un tercer fondo de inversión alemán, lo que provocó una atmósfera de pánico e histeria entre los inversores, que asisten a una cadena de desapariciones de este tipo de sociedades.