azkunaveteya
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Los beneficiarios de ayudas sociales recibirán hasta 1.230 euros al mes a partir de enero. El Correo
Las personas sin trabajo y que no cobren el paro podrán percibir a partir del próximo 1 de enero subsidios por importe de entre 890 y 1.230 euros mensuales, dependiendo de que vivan solas o formen hogares de tres miembros en adelante (por ejemplo, un progenitor con dos hijos). El Gobierno vasco entregará tales cantidades por dos conceptos. El primero es la renta de garantía de ingresos -antigua renta básica-, que ya están cobrando unas 40.000 personas amenazadas de exclusión y que asciende a 640, 822 o 910 euros, según el tamaño de la familia. El segundo es el futuro complemento de vivienda, que podrán percibir desde 2010 sólo quienes cobran la renta básica. Será de 250 euros con carácter general y de 320 cuando la unidad convivencial tenga tres individuos o más.
Los baremos de la nueva prestación -destinada a pagar alquileres- están recogidos en un proyecto de decreto elaborado por el Departamento de Empleo y Asuntos Sociales, al que ha tenido acceso EL CORREO. El subsidio de vivienda sólo se concederá a un máximo de dos familias por inmueble arrendado. Y se darán 320 euros no sólo a unidades de tres o más miembros, sino a personas solas que trabajan, pero que no llegan al salario mínimo y reciben una renta básica que no es completa, sino complementaria.
El proyecto de decreto ya ha sido presentado en el Consejo Vasco de Inclusión Social y se está tramitando con rapidez para que el complemento de vivienda no sufra más retrasos, ya que su puesta en marcha había sido prevista en principio en 2008. Además, está contemplada en la Ley de Garantía de Ingresos aprobada por el Parlamento vasco durante la pasada legislatura.
Esta última disposición permite que quienes cobran la renta básica -el 88% del salario mínimo durante un máximo de dos años y con el compromiso de formarse laboralmente- puedan recibir también un dinero para el alquiler. Igualmente, pueden tener acceso a las ayudas de emergencia social (AES), unas cantidades que no están vinculadas necesariamente con el cobro de la renta básica ni son mensuales, sino que están pensadas para gastos concretos y tienen unos límites revisados en abril pasado: 1.100 euros anuales para el mantenimiento de la casa; hasta 1.850 para muebles y electrodomésticos; mismo tope para ropa y educación; hasta 1.850 para reparaciones y no más de 3.850 para deudas previas.
Alquiler y AES
El catálogo de subsidios del Gobierno vasco previsto en la ley de garantía de ingresos -renta básica, complemento de vivienda y AES- es incompatible con los 420 euros que el Ejecutivo central ha ofrecido durante seis meses a los trabajadores que hayan agotado el paro.
En realidad, el complemento de vivienda que se introducirá en Euskadi en 2010 no es una novedad en sentido estricto. El Gobierno vasco ya está subsidiando los alquileres de unas 21.000 personas que bordean la pobreza, pero lo hace a través de las ayudas de emergencia social, que en el 80% de los casos han perdido su función original y funcionan, en la práctica, como una suma mensual para pagar al casero, un dinero, además, con sus propios criterios de reparto.
Para las instituciones vascas, era una necesidad 'sacar' las demandas de vivienda de las AES, porque habían convertido esas ayudas en un quebradero de cabeza para los ayuntamientos, que son los encargados de repartirlas. Y es que, si bien la Administración autónoma financia estas ayudas, cuando los fondos se acaban en una localidad las peticiones tienen que cubrirse desde las arcas municipales, que ahora están exhaustas por la crisis.
Tratando de aliviar a los consistorios, la consejera de Empleo y Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, ha inyectado 20 millones de euros para las AES, además de los 34,5 millones consignados inicialmente en 2009. El Gobierno vasco calcula que, en diciembre próximo, los perceptores de ayudas de emergencia ascenderán a 38.000, de los cuales 30.000 las utilizarán para el alquiler. Sin embargo, a partir del 1 de enero, ese dinero llegará vía complemento de vivienda a quienes tengan derecho a la renta básica.
Las personas sin trabajo y que no cobren el paro podrán percibir a partir del próximo 1 de enero subsidios por importe de entre 890 y 1.230 euros mensuales, dependiendo de que vivan solas o formen hogares de tres miembros en adelante (por ejemplo, un progenitor con dos hijos). El Gobierno vasco entregará tales cantidades por dos conceptos. El primero es la renta de garantía de ingresos -antigua renta básica-, que ya están cobrando unas 40.000 personas amenazadas de exclusión y que asciende a 640, 822 o 910 euros, según el tamaño de la familia. El segundo es el futuro complemento de vivienda, que podrán percibir desde 2010 sólo quienes cobran la renta básica. Será de 250 euros con carácter general y de 320 cuando la unidad convivencial tenga tres individuos o más.
Los baremos de la nueva prestación -destinada a pagar alquileres- están recogidos en un proyecto de decreto elaborado por el Departamento de Empleo y Asuntos Sociales, al que ha tenido acceso EL CORREO. El subsidio de vivienda sólo se concederá a un máximo de dos familias por inmueble arrendado. Y se darán 320 euros no sólo a unidades de tres o más miembros, sino a personas solas que trabajan, pero que no llegan al salario mínimo y reciben una renta básica que no es completa, sino complementaria.
El proyecto de decreto ya ha sido presentado en el Consejo Vasco de Inclusión Social y se está tramitando con rapidez para que el complemento de vivienda no sufra más retrasos, ya que su puesta en marcha había sido prevista en principio en 2008. Además, está contemplada en la Ley de Garantía de Ingresos aprobada por el Parlamento vasco durante la pasada legislatura.
Esta última disposición permite que quienes cobran la renta básica -el 88% del salario mínimo durante un máximo de dos años y con el compromiso de formarse laboralmente- puedan recibir también un dinero para el alquiler. Igualmente, pueden tener acceso a las ayudas de emergencia social (AES), unas cantidades que no están vinculadas necesariamente con el cobro de la renta básica ni son mensuales, sino que están pensadas para gastos concretos y tienen unos límites revisados en abril pasado: 1.100 euros anuales para el mantenimiento de la casa; hasta 1.850 para muebles y electrodomésticos; mismo tope para ropa y educación; hasta 1.850 para reparaciones y no más de 3.850 para deudas previas.
Alquiler y AES
El catálogo de subsidios del Gobierno vasco previsto en la ley de garantía de ingresos -renta básica, complemento de vivienda y AES- es incompatible con los 420 euros que el Ejecutivo central ha ofrecido durante seis meses a los trabajadores que hayan agotado el paro.
En realidad, el complemento de vivienda que se introducirá en Euskadi en 2010 no es una novedad en sentido estricto. El Gobierno vasco ya está subsidiando los alquileres de unas 21.000 personas que bordean la pobreza, pero lo hace a través de las ayudas de emergencia social, que en el 80% de los casos han perdido su función original y funcionan, en la práctica, como una suma mensual para pagar al casero, un dinero, además, con sus propios criterios de reparto.
Para las instituciones vascas, era una necesidad 'sacar' las demandas de vivienda de las AES, porque habían convertido esas ayudas en un quebradero de cabeza para los ayuntamientos, que son los encargados de repartirlas. Y es que, si bien la Administración autónoma financia estas ayudas, cuando los fondos se acaban en una localidad las peticiones tienen que cubrirse desde las arcas municipales, que ahora están exhaustas por la crisis.
Tratando de aliviar a los consistorios, la consejera de Empleo y Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, ha inyectado 20 millones de euros para las AES, además de los 34,5 millones consignados inicialmente en 2009. El Gobierno vasco calcula que, en diciembre próximo, los perceptores de ayudas de emergencia ascenderán a 38.000, de los cuales 30.000 las utilizarán para el alquiler. Sin embargo, a partir del 1 de enero, ese dinero llegará vía complemento de vivienda a quienes tengan derecho a la renta básica.
