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....que es imposible que muchos de nosotros seamos antiamericanos, y que la
diferencia entre ser antiamericano y ser antibush es tan profunda que dice
mucho de quien confunde ambas cosas:
http://www.elpais.es/articulo/elpporint/20050830elpepiint_7/Tes
----------
ENTREVISTA: CINDY SHEEHAN Líder antiguerra de EE UU
"Mi hijo murió por una mentira"
Cindy Sheehan era una mujer de parroquia, dedicada a Dios y a su familia. Su
hijo Casey, de 24 años, muerto en la guerra de Irak hace más de un año,
plantó 1.100 árboles dentro de su proyecto de boy scout. Casi hasta que
partió a la guerra, Casey Sheehan fue también un muchacho devoto. Hasta que
un día sorprendió a toda la familia y se alistó voluntario para luchar en la
guerra de Irak donde moriría a los pocos días de llegar dentro de un equipo
encargado de buscar las armas de destrucción masiva que desencadenaron la
invasión del país en marzo de 2003.
Toda la fe católica de esta mujer alta y robusta, que se casó a los 20 años
con su novio de toda la vida y del que ahora se acaba de divorciar, se ha
transformado en activismo político. Con 48 años y tras haber traído al mundo
a cuatro hijos -Casey era su primogénito-, Sheehan asegura que nunca pensó
en ser activista de nada más que su fe. "Incluso ahora no me veo a mí misma
de esa manera, incluso ahora que voy a ir a Washington, sólo quiero que
acabe la guerra y voy a utilizar todos los medios a mi alcance para que así
sea".
Sheehan vive prácticamente rodeada de un equipo de asesores, entre los
cuales se encuentra el grupo de mujeres CodePink contra la guerra. Estas
mujeres de rosa, color que las define como asociación, planifican cada
minuto del día de Sheehan. Conceden entrevistas de cinco minutos y se
justifican explicando que "ayer dedicó casi 20 horas del día a entrevistas".
Quizá por eso todos aseguren que la mujer que se ha convertido en icono del
pacifismo en Estados Unidos no duerme más allá de cuatro horas al día.
A dos días de emprender un viaje de tres semanas que le llevará hasta la
capital de la nación, Cindy Sheehan asegura que "la Administración de Bush
ha infravalorado nuestra capacidad de convocatoria, ha infravalorado a todo
un movimiento que le está diciendo lo que nadie se atreve a decirle: que
esta guerra fue un error". Cindy Sheehan se explica tranquila y con una voz
que recuerda otros tiempos en los que daba charlas en la iglesia. "Me acusan
de antipatriota por querer traer las tropas a casa, y yo les digo: 'Es una
obligación patriótica proteger a un país de su Gobierno".
El típico estilo de vida americano en el que pasaba los días Cindy Sheehan
se quebró con la muerte de su hijo. Procedente de una familia de clase
media, Sheehan creció a las afueras de Los Ángeles para formar con el tiempo
otra familia de clase media en Vacaville, a medio camino entre Sacramento y
San Francisco (California). Pero el 4 de abril de 2004 su hijo moría por
"una mentira". "Se ha demostrado que esta guerra se basó en mentiras y
traiciones. Mi hijo murió por una mentira, y la única manera de apoyar a
nuestros jóvenes es sacarlos de allí y traerlos a casa sanos y salvos".
Confiesa que tiene el corazón roto y que su dolor sólo se mitigará cuando
sepa que ninguna otra madre pasará por lo que ella está pasando. Cree que
1.862 madres de 1.862 soldados muertos en Irak son demasiados corazones
destrozados. "Mi hijo Casey fue asesinado por Bush y su insana, arrogante y
cruel política exterior", cuenta Sheehan. Desde que el pasado 6 de agosto
decidiera convertirse en la pesadilla del presidente de Estados Unidos,
George W. Bush, y amargarle las vacaciones frente a su rancho de Crawford
(Tejas), Sheehan ha reclamado una entrevista del comandante en jefe del
Ejército. Éste se ha negado a recibirla en todo momento. Al principio de la
acampada en Crawford, Bush le hizo llegar un mensaje a través de los medios
de comunicación a esta madre con una causa. "Me dijo que mi hijo había
muerto por una causa noble". "Quiero de verdad saber cuál es esa causa",
afirma Sheehan. "Y lo quiero saber por él".
Sin que en ningún momento se le quiebre la voz, la mujer que ha emprendido
la cruzada contra la guerra en Estados Unidos continúa: "Esta guerra no sólo
es ilegal sino inmoral. Nuestro deber como seres humanos con moral es
oponernos a ella con todas nuestras fuerzas", dice. Pero el presidente dice
que hay que seguir en Irak para honrar la memoria de los soldados caídos
como Casey. Y Sheehan le responde: "¿Por qué habría de querer nadie otra
madre con el alma rota en América porque mi hijo ya esté muerto? No quiero
que Bush justifique su muerte y su asesinato y su política exterior
imperialista con la sangre y el honor de mi hijo"
"Quiero que honre a mi hijo sacando las tropas de Irak y trayéndolas a casa
inmediatamente", concluye Sheehan sin ni siquiera hacer una pausa. Es Cindy
Sheehan. Cargada de razones y camino de Washington.
--
Un saludo
diferencia entre ser antiamericano y ser antibush es tan profunda que dice
mucho de quien confunde ambas cosas:
http://www.elpais.es/articulo/elpporint/20050830elpepiint_7/Tes
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ENTREVISTA: CINDY SHEEHAN Líder antiguerra de EE UU
"Mi hijo murió por una mentira"
Cindy Sheehan era una mujer de parroquia, dedicada a Dios y a su familia. Su
hijo Casey, de 24 años, muerto en la guerra de Irak hace más de un año,
plantó 1.100 árboles dentro de su proyecto de boy scout. Casi hasta que
partió a la guerra, Casey Sheehan fue también un muchacho devoto. Hasta que
un día sorprendió a toda la familia y se alistó voluntario para luchar en la
guerra de Irak donde moriría a los pocos días de llegar dentro de un equipo
encargado de buscar las armas de destrucción masiva que desencadenaron la
invasión del país en marzo de 2003.
Toda la fe católica de esta mujer alta y robusta, que se casó a los 20 años
con su novio de toda la vida y del que ahora se acaba de divorciar, se ha
transformado en activismo político. Con 48 años y tras haber traído al mundo
a cuatro hijos -Casey era su primogénito-, Sheehan asegura que nunca pensó
en ser activista de nada más que su fe. "Incluso ahora no me veo a mí misma
de esa manera, incluso ahora que voy a ir a Washington, sólo quiero que
acabe la guerra y voy a utilizar todos los medios a mi alcance para que así
sea".
Sheehan vive prácticamente rodeada de un equipo de asesores, entre los
cuales se encuentra el grupo de mujeres CodePink contra la guerra. Estas
mujeres de rosa, color que las define como asociación, planifican cada
minuto del día de Sheehan. Conceden entrevistas de cinco minutos y se
justifican explicando que "ayer dedicó casi 20 horas del día a entrevistas".
Quizá por eso todos aseguren que la mujer que se ha convertido en icono del
pacifismo en Estados Unidos no duerme más allá de cuatro horas al día.
A dos días de emprender un viaje de tres semanas que le llevará hasta la
capital de la nación, Cindy Sheehan asegura que "la Administración de Bush
ha infravalorado nuestra capacidad de convocatoria, ha infravalorado a todo
un movimiento que le está diciendo lo que nadie se atreve a decirle: que
esta guerra fue un error". Cindy Sheehan se explica tranquila y con una voz
que recuerda otros tiempos en los que daba charlas en la iglesia. "Me acusan
de antipatriota por querer traer las tropas a casa, y yo les digo: 'Es una
obligación patriótica proteger a un país de su Gobierno".
El típico estilo de vida americano en el que pasaba los días Cindy Sheehan
se quebró con la muerte de su hijo. Procedente de una familia de clase
media, Sheehan creció a las afueras de Los Ángeles para formar con el tiempo
otra familia de clase media en Vacaville, a medio camino entre Sacramento y
San Francisco (California). Pero el 4 de abril de 2004 su hijo moría por
"una mentira". "Se ha demostrado que esta guerra se basó en mentiras y
traiciones. Mi hijo murió por una mentira, y la única manera de apoyar a
nuestros jóvenes es sacarlos de allí y traerlos a casa sanos y salvos".
Confiesa que tiene el corazón roto y que su dolor sólo se mitigará cuando
sepa que ninguna otra madre pasará por lo que ella está pasando. Cree que
1.862 madres de 1.862 soldados muertos en Irak son demasiados corazones
destrozados. "Mi hijo Casey fue asesinado por Bush y su insana, arrogante y
cruel política exterior", cuenta Sheehan. Desde que el pasado 6 de agosto
decidiera convertirse en la pesadilla del presidente de Estados Unidos,
George W. Bush, y amargarle las vacaciones frente a su rancho de Crawford
(Tejas), Sheehan ha reclamado una entrevista del comandante en jefe del
Ejército. Éste se ha negado a recibirla en todo momento. Al principio de la
acampada en Crawford, Bush le hizo llegar un mensaje a través de los medios
de comunicación a esta madre con una causa. "Me dijo que mi hijo había
muerto por una causa noble". "Quiero de verdad saber cuál es esa causa",
afirma Sheehan. "Y lo quiero saber por él".
Sin que en ningún momento se le quiebre la voz, la mujer que ha emprendido
la cruzada contra la guerra en Estados Unidos continúa: "Esta guerra no sólo
es ilegal sino inmoral. Nuestro deber como seres humanos con moral es
oponernos a ella con todas nuestras fuerzas", dice. Pero el presidente dice
que hay que seguir en Irak para honrar la memoria de los soldados caídos
como Casey. Y Sheehan le responde: "¿Por qué habría de querer nadie otra
madre con el alma rota en América porque mi hijo ya esté muerto? No quiero
que Bush justifique su muerte y su asesinato y su política exterior
imperialista con la sangre y el honor de mi hijo"
"Quiero que honre a mi hijo sacando las tropas de Irak y trayéndolas a casa
inmediatamente", concluye Sheehan sin ni siquiera hacer una pausa. Es Cindy
Sheehan. Cargada de razones y camino de Washington.
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Un saludo