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El empresario agredido en la estación de Sants: "Eran vándalos, no huelguistas"
Liad Goldenberg, empresario israelí de 35 años, llama a la calma: "Así no vamos a ningún sitio, estas actuaciones no hacen ningún bien, todo lo contrario"
Vida | 31/03/2012 - 00:00h
ÓSCAR MUÑOZ
Veinticuatro horas después de los hechos, ayer, todavía no daba crédito de lo que pasó. El día de la huelga, Liad Goldenberg, empresario israelí de 35 años, fue agredido en la estación de Sants por un grupo -con muchos encapuchados- que irrumpió en el vestíbulo de la terminal ferroviaria atacando establecimientos comerciales a diestro y siniestro. El programa 8 al dia, de 8tv, grabó las impactantes imágenes del incidente y las emitió esa misma tarde. El vídeo ha sido reemitido por numerosas televisiones y webs y se ha convertido en uno de los más vistos y comentados sobre los altercados sufridos en Barcelona durante la jornada del 29-M.
"Todo fue muy rápido -explicó ayer a La Vanguardia Liad, en inglés, ya que no habla español-: eran vándalos, no huelguistas". Al ver que este comando se cebaba en un quiosco de venta de cosméticos, se acercó y, ya fuera del edificio, fue atacado. La televisión captó este momento y otros ocurridos en el vestíbulo. "Me dieron una patada por la espalda y un puñetazo en la cara", relata, restando importancia a los daños físicos, que ayer eran casi imperceptibles, pero sí subrayando el fondo de la cuestión: "Así no vamos a ningún sitio, estas actuaciones no hacen ningún bien, todo lo contrario".
En un primer momento, se pensó que el hombre agredido era un trabajador que se negaba a secundar la huelga y plantó cara a los violentos. En realidad, Liad es propietario de pequeños establecimientos de venta de accesorios para teléfonos móviles, básicamente fundas. Uno está en el vestíbulo de la estación de Sants. Tiene otros en Valencia y en Murcia. Vive en su país pero viaja a menudo a España para ver cómo van estos negocios. Y en ello estaba el jueves cuando fue sorprendido el grupo violento. "He apostado por este país invirtiendo y doy trabajo a 12 personas -explica, convencido y orgulloso-; en cambio, esta gente lo destruye; las tres que trabajaban en el quiosco de cosméticos se han quedado sin empleo". Pero con estas palabras no quiere cuestionar la huelga. Y respeta que haya quienes se sumaron porque, a su entender, puede haber motivos para hacerla, pero, matiza, "eso no tiene nada que ver con la violencia, son dos cosas diferentes".
Este empresario conoce muchos países pero disturbios como los del jueves sólo los ha visto desde tan cerca en Grecia, donde también tuvo negocios. Con todo, cree que en España las cosas no han ido tan lejos y "hay más sentido común". Justo lo que echó en falta anteayer. Pero insiste en mantener la calma. No quiere que la cosa vaya a más. No ha presentado denuncia a la policía por la agresión y no tiene previsto hacerlo. "¿Para qué?; no serviría de nada, prefiero dejarlo estar", explica.
A diferencia de otros lugares de Barcelona, en la estación de Sants ayer por la mañana quedaban pocas huellas de la horda de violentos que actuó el 29-M. Algunas pintadas recordaban la huelga general. Los comercios, a pesar de que algunos fueron atacados, daban el servicio habitual. Sólo el quiosco de cosméticos por el que Liad se interesó no pudo abrir.
Liad Goldenberg, empresario israelí de 35 años, llama a la calma: "Así no vamos a ningún sitio, estas actuaciones no hacen ningún bien, todo lo contrario"
Vida | 31/03/2012 - 00:00h
ÓSCAR MUÑOZ
Veinticuatro horas después de los hechos, ayer, todavía no daba crédito de lo que pasó. El día de la huelga, Liad Goldenberg, empresario israelí de 35 años, fue agredido en la estación de Sants por un grupo -con muchos encapuchados- que irrumpió en el vestíbulo de la terminal ferroviaria atacando establecimientos comerciales a diestro y siniestro. El programa 8 al dia, de 8tv, grabó las impactantes imágenes del incidente y las emitió esa misma tarde. El vídeo ha sido reemitido por numerosas televisiones y webs y se ha convertido en uno de los más vistos y comentados sobre los altercados sufridos en Barcelona durante la jornada del 29-M.
"Todo fue muy rápido -explicó ayer a La Vanguardia Liad, en inglés, ya que no habla español-: eran vándalos, no huelguistas". Al ver que este comando se cebaba en un quiosco de venta de cosméticos, se acercó y, ya fuera del edificio, fue atacado. La televisión captó este momento y otros ocurridos en el vestíbulo. "Me dieron una patada por la espalda y un puñetazo en la cara", relata, restando importancia a los daños físicos, que ayer eran casi imperceptibles, pero sí subrayando el fondo de la cuestión: "Así no vamos a ningún sitio, estas actuaciones no hacen ningún bien, todo lo contrario".
En un primer momento, se pensó que el hombre agredido era un trabajador que se negaba a secundar la huelga y plantó cara a los violentos. En realidad, Liad es propietario de pequeños establecimientos de venta de accesorios para teléfonos móviles, básicamente fundas. Uno está en el vestíbulo de la estación de Sants. Tiene otros en Valencia y en Murcia. Vive en su país pero viaja a menudo a España para ver cómo van estos negocios. Y en ello estaba el jueves cuando fue sorprendido el grupo violento. "He apostado por este país invirtiendo y doy trabajo a 12 personas -explica, convencido y orgulloso-; en cambio, esta gente lo destruye; las tres que trabajaban en el quiosco de cosméticos se han quedado sin empleo". Pero con estas palabras no quiere cuestionar la huelga. Y respeta que haya quienes se sumaron porque, a su entender, puede haber motivos para hacerla, pero, matiza, "eso no tiene nada que ver con la violencia, son dos cosas diferentes".
Este empresario conoce muchos países pero disturbios como los del jueves sólo los ha visto desde tan cerca en Grecia, donde también tuvo negocios. Con todo, cree que en España las cosas no han ido tan lejos y "hay más sentido común". Justo lo que echó en falta anteayer. Pero insiste en mantener la calma. No quiere que la cosa vaya a más. No ha presentado denuncia a la policía por la agresión y no tiene previsto hacerlo. "¿Para qué?; no serviría de nada, prefiero dejarlo estar", explica.
A diferencia de otros lugares de Barcelona, en la estación de Sants ayer por la mañana quedaban pocas huellas de la horda de violentos que actuó el 29-M. Algunas pintadas recordaban la huelga general. Los comercios, a pesar de que algunos fueron atacados, daban el servicio habitual. Sólo el quiosco de cosméticos por el que Liad se interesó no pudo abrir.
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