Off topic, pero no tanto.
Cada año me hago mamografías, como recomiendan hacer a todas las mujeres mayores.
He leído que la dosis recibida es 2,37 mGy por placa, y se hacen 4 placas, pero con relativa frecuencia hacen más por razones varias: "no se ve claro", "no salieron los ganglios axilares", "vaya usté a saber qué del disparo", etc.
El caso es que año tras año nos vamos irradiando las mamas sencillamente.
He leído que hay mamografías de microdosis que reducen la radiación a la mitad, ¿Alguien ha visto esos aparatos?
En fin... que nos vamos irradiando sencillamente por una u otra vía :XX:
¿Alguien sabe a cuánto equivalen esos 2,37 mGy por placa?
Un poquito off-topic, pero es un tema interesante. Respondiendo un poco a este escrito de Galiciaverde y para que estemos un poco más informados/as.
He buscado un poco de información "controvertida" sobre el uso de los rayos X en diagnósticos y tal.
Quiero decir que
no estoy en contra, solo que
mientras menos uso se haga de ellos, mucho
mejor.
Bueno, pego un par de artículos sobre el tema:
¿Son los rayos x utilizados en medicina una causa importante de cáncer y enfermedad coronaria?
El revolucionario trabajo del Dr. Gofman podría prevenir las muertes de millones de personas con simples y económicas técnicas de monitoreo.
Suponga que lee que los rayos X que se utilizan en la medicina son responsables de la mitad de los casos de cáncer en este país (EE.UU.) ¿Cuál sería su reacción? ¿No dependería mucho su reacción de la fuente en la que leyese esta noticia? Si fuera un título en el National Enquirer (*), la descartaría de inmediato. Sin embargo, si fuera una noticia en la primera página del New York Times, le daría crédito.
Así y todo, más allá de la fuente, probablemente usted reaccionaría con incredulidad. “Imposible”, pensaría, “absurdo”. ¿Por qué?
¿Podría ser porque cree que la medicina contemporánea se basa en ciencia totalmente verificada, y que si los rayos X que se utilizan en la medicina fueran una causa principal de cáncer, esto se hubiera descubierto cuando comenzaron a utilizarse, y nunca se hubiera permitido que suceda? De ser así, ¿tiene usted alguna evidencia que avale tal creencia, o meramente refleja una fe ciega en la profesión médica?
Los rayos X se consideran una valiosa herramienta médica desde su descubrimiento en 1895. Sin embargo,
se sabe hace más de 70 años -y hoy en día está universalmente reconocido-
que los rayos X causan mutaciones genéticas y cáncer.
La creencia de que los rayos X utilizados con fines médicos no son una causa principal de cáncer se basa en tres suposiciones básicas. Primero, que el
riesgo de dosis mínimas de radiación es simplemente hipotético. Segundo, que los médicos y
técnicos administran dosis mínimas. Y tercero, que el
efecto de exposiciones repetidas a los rayos X no es acumulativo.
Busque, y hallará una cantidad abrumadora de evidencias de que
ninguno de estos supuestos es cierto. Pero, primero, necesita saber dónde buscar, y segundo, tiene que evaluar la evidencia al desnudo, sin prejuicios.
Las evidencias, de hecho, se encuentran en publicaciones médicas reseñadas y ortodoxas. El problema es que, con demasiada frecuencia, se publican solamente en las revistas científicas más desconocidas, que leen sólo algunos miles de especialistas. Y,
debido a la naturaleza amenazante de estos datos para nuestro actual sistema de salud, los medios masivos de comunicación raramente dan a conocer estos hallazgos.
Por ejemplo, hace poco se publicó un artículo científico titulado
“Mortalidad por cáncer de mama después de diagnóstico con radiografías”. Mostraba los resultados de un estudio auspiciado por el
Instituto Nacional del Cáncer (EE.UU.) que examinó la correlación entre la mortalidad por cáncer de mama y recibir exposición a rayos X de diagnóstico para la escoliosis (curvatura de la columna). Estas mujeres, que habían recibido como promedio 25 radiografías, tenían un riesgo 70% mayor de morir de cáncer de mama que la población general.
Una de las
conclusiones clave del artículo fue: “De manera consistente con el hecho de que la radiación es un factor causal,
el riesgo de morir de cáncer de mama aumentó significativamente con el número de exámenes radiográficos en los que se exponía el pecho y con la crecientes dosis acumulativas de radiación a la mama”.
Miren cuán cierto es el supuesto número tres. Pero es posible que su médico -o su oncólgo o radiólogo- no haya visto este informe, porque fue publicado en Spine (Columna). Spine tiene una circulación internacional de menos de 8.000 ejemplares, y sus lectores son en principio especialistas en rehabilitación física y médica.
Veamos ahora
el segundo supuesto -que los médicos y técnicos administran la dosis mínima. En el número de septiembre de 1998 de Diagnostic Imaging (Diagnóstico por imagen), Joel E. Gray, Ph.D., quien había sido profesor de física médica en la clínica Mayo,
dio a conocer una encuesta nacional previa de
300 instituciones médicas que utilizaban equipamiento radiográfico.
En este estudio se llevaron a cabo los mismos procedimientos radiográficos en maniquíes de testeo idénticos.
Setenta y cinco por ciento de los lugares examinados dieron dosis más altas de las necesarias para producir imágenes claras.
Para las imágenes del pecho y de la columna, se llegó a usar hasta 8,5 veces más de lo necesario. Para exámenes gastrointestinales, se llegó a usar hasta 27,5 veces más de lo necesario.
En cuanto al
supuesto número 1, no hay estudios que demuestren que las dosis pequeñas de rayos X carecen de riesgo. Un solo fotón puede dañar el ADN de una célula, y hacer que comience a volverse maligna.
Una radiografía de pecho de tan sólo 0,015 rads (“dosis de radiación absorbida”) emite 30 millones de fotones por gramo de tejido, que contienen aproximadamente 675 millones de núcleos celulares. Un examen fluoroscópico de 5 rads emite casi 10.000 millones de fotones por gramo de tejido.
La FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU) estima que
7 de cada 10 norteamericanos se hicieron al menos una radiografía el año pasado.
¿Cuántas se hizo usted y cuántas se hicieron los miembros de su familia?
¿Cuántas se hizo en toda su vida? ¿Qué dosis utilizaron? ¿Lo sabe? ¿Lo saben sus médicos?
La persona que probablemente más sabe sobre los efectos de la radiación es el Dr. John Gofman, Ph.D., profesor emérito de Biología Celular y Molecular de la Universidad de California en Berkeley, y en la Facultad de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en San Francisco (UCSF).
El Dr. Gofman obtuvo su doctorado en química física y nuclear en la Universidad de California en Berkeley, donde su consejero fue Glenn Seaborg, que más tarde fue presidente de la Comisión de Energía Atómica. (AEC, por sus siglas en inglés).
En la década del 60, la AEC le pidió al Dr. Gofman que armara una División de Investigaciones Biomédicas en el Laboratorio Nacional de Livermore, con el propósito de
evaluar los efectos sobre la salud de todos los tipos de actividades nucleares. De 1963 a 1965, el Dr. Gofman fue el primer director de la División, y a la vez director asociado del Laboratorio entero.
El Dr. Gofman ha publicado seis libros sobre los efectos de la radiación ionizante en la salud, el último se llama “
La radiación utilizada en la práctica médica en la patogénesis del cáncer y de la enfermedad coronaria isquémica” (ISBN 0-932682-97-9).
En este volumen de 700 páginas, presenta muchos estudios que
señalan que los rayos X no sólo tienen un papel importante en la causa de 50% de los casos de cáncer, sino también en la
causa del 60% de los casos de enfermedad coronaria.
El mecanismo probable, explica el Dr. Gofman, es que la radiación induce mutaciones en las arterias coronarias, lo que resulta en clones disfuncionales (mini-tumores) de células de músculos lisos.
El Dr. Gofman señala que, en primer lugar,
no está en contra del uso de los rayos X en medicina,
sólo está en contra de su uso a niveles de dosificación innecesariamente altos.
Y en segundo lugar, que los rayos X no son por sí solos la única causa de estas enfermedades, sino que son un co-factor necesario. Esto significa que
los rayos X utilizados en medicina no son responsables por sí solos de nuestra epidemia de cáncer y enfermedad coronaria, pero que al combinarse con otros factores, pueden causar y causan el comienzo de estas enfermedades.
Reduzca la exposición a los rayos X y la incidencia de cáncer y enfermedad coronaria se reduce proporcionalmente.
El Dr. Gofman muestra cómo las dosis de rayos X que se utilizan actualmente pueden fácilmente en promedio reducirse un 50%.
Una medida simple y económica según él es realizar frecuentes mediciones de las dosis utilizadas. Es esencial la adecuada capacitación de los técnicos. El Dr. Fred Mettler, Jefe de Radiología de la Escuela de Medicina de la Universidad de New México, señala que
una tomografía computada expone al paciente a 2 o 3 rads comparados con 0,015 rads de una radiografía común de pecho -más de 100 veces más radiación. Un fluoroscopio emite típicamente 5 rads por minuto -más de 300 veces más radiación que una radiografía común.
Los radiólogos deben también realizar
compensaciones de acuerdo a la edad y tamaño de los pacientes.
Y los especialistas deben
estar al tanto de cuánta exposición previa a los rayos X ha recibido el paciente, y ser juiciosos en indicar
que se realicen sólo los exámenes radiográficos necesarios.
Los médicos también necesitan ser conscientes de los
dispositivos de diagnóstico por imagen que no utilizan radiación ionizante -
tales como la resonancia magnética para problemas neurológicos y músculo-esqueléticos, y la termografía para los exámenes de mama- y
capaces de detectar el cáncer años antes que la mamografía.
Si la hipótesis del Dr. Gofman es correcta, hacer que estas prudentes prácticas sean la regla y no la excepción,
salvaría por lo menos 250.000 vidas por año.
Aunque algunos radiólogos han objetado el trabajo del Dr. Gofman, ninguno lo ha refutado de manera alguna.
¿Por qué, entonces, estas medidas simples y que salvan vidas no son adoptadas por la comunidad médica en su conjunto? ¿Por qué no está esta información en de todos los diarios?
Este
año se realizarán 250 millones de radiografías en los EE.UU. a un costo conservador promedio de 50 dólares por radiografía, tenemos una industria con ventas anuales por 12.500 millones de dólares.
El diagnóstico con rayos X es una piedra angular de gran parte de la medicina convencional.
Es improbable que se publique ninguna información que debilite la percepción del público del valor y la seguridad de los rayos X utilizados en medicina.
Aquellos médicos que han criticado el trabajo del Dr. Gofman lo han hecho argumentando que
podría asustar a los pacientes y hacer que no reciban ningún examen con rayos X, cuando perfectamente podrían beneficiarse de un examen radiológico.
Esto nos lleva a considerar un tema muy serio:
el derecho del paciente a estar informado. Dice el Dr. Gofman: “Dudamos de que los radiólogos y otros especialistas que utilizan rayos X quieran afirmar que los rayos X son el único caso, en toda la medicina, en el que los médicos derivadores y los pacientes deben ser informados sólo sobre los beneficios, y no se les debe informar sobre la dosis y el riesgo”.
¿Por qué la idea de que los rayos X utilizados en medicina son una causa principal de fin habría de ser tal sorpresa?
Este no es para nada el primer caso en que se demuestra que un tratamiento médico es peligroso para la salud.
Para citar de un editorial de la edición del 11 de noviembre de 1998 del Journal of the American Medical Association (JAMA): “La enfermedad iatrogénica causada por la medicina convencional es una causa principal de fin y hospitalización en los EE.UU”. En el mismo número, el JAMA estimó que a causa de reacciones adversas a los medicamentos recetados, mueren 106.000 pacientes hospitalizados y resultan dañados 2.200.000 - sin incluir los casos de errores.
En noviembre de 1999, la Academia Nacional de Ciencias (de los EE.UU.) dio a conocer un informe que estimaba que
los errores médicos dan el pasaporte entre 44.000 y 98.000 personas por año sólo en hospitales. Si consideramos estos dos informes conjuntamente, recibir tratamiento médico convencional en un hospital es la tercer causa de fin en los EE.UU.
Pero estas estadísticas no han hecho que la gente deje de tomar medicamentos o de ir al hospital. Esta información debería estar salvando vidas estimulando a los hospitales para que
incorporen reformas generales para mejorar la seguridad de los pacientes. Lo mismo debería suceder en la industria de los rayos X.
Hoy en día está sucediendo una revolución en la medicina. Es el crecimiento de lo que llamamos medicina alternativa -un
movimiento caracterizado por la absoluta reducción al mínimo de la utilización de modalidades médicas tóxicas.
Lo que causa el crecimiento de esta tendencia no es el esfuerzo de los profesionales de la salud en este sentido, sino la demanda de los pacientes, que están mejor informados y ya no aceptan ciegamente relaciones costo/beneficio innecesarias e inaceptables.
El Dr. Gofman tiene información para ayudar a que
la población no sólo se proteja sino también para ayudar a que la industria de los rayos X ponga las cosas en orden, mediante el uso de normas por las cuales el paciente tenga derecho a estar informado.
Fuente (extracto de la página):
Boletín Armas para defender la salud
El segundo artículo, es interesante también:
PELIGROS A LARGO PLAZO
Los pacientes reciben poca información de los riesgos de las pruebas radiológicas
ÁNGELES LÓPEZ
¿Sabía que el riesgo de
fumar 700 cigarrillos o de tener un accidente de tráfico por
conducir a gran velocidad un coche durante 4.000 kilómetros es similar al que conlleva la exposición a la radiación emitida en una tomografía computerizada de tórax (TAC)? Quizá es hora de que su médico se lo aclare.
Eugenio Picano, cardiólogo clínico del Instituto de Fisiología Clínica de Pisa (Italia), ha elaborado un artículo donde
se queja de la escasa información que reciben las personas que van a someterse a una prueba radiológica como una radioscopia, una gammagrafía o una tomografía computerizada en cuanto al riesgo de cáncer que conllevan estos exámenes a largo plazo.
En su artículo, publicado por la revista 'British Medical Journal', Picano explica que la toma de decisiones compartidas entre médico y paciente es la base de la medicina moderna. El paciente podría estar perdiendo autonomía debido al empobrecimiento de ese principio en el campo de la radiología:
la información y la toma de decisiones conciernen al profesional pero sobre todo al paciente.
"Cada examen radiológico o de medicina nuclear conlleva la administración de radiación y por tanto un riesgo inherente", comenta este cardiólogo.
Continuamente estamos subestimando ciertos riesgos (morir por el consumo de tabaco) y sobreestimando otros (fallecer por ser alcanzado por un rayo), debido a esto y a que los datos sobre el peligro que conllevan las pruebas radiológicas son confusos y difíciles de interpretar
no se les da la debida importancia.
La escasa percepción que tiene el paciente de esos riesgos podría estar originada por varios motivos.
Picano culpa en primer lugar a los radiólogos, que se excusan en la falta de tiempo para obtener un consentimiento informado de cada enfermo.
En segundo lugar, los formularios que ofrecen algunas sociedades científicas sobre el tipo de radiación que cada prueba va a ofrecer son inapropiados ya que tienden a dar
ideas falsas, como que la irradiación de una gammagrafía con talio es similar a la de una radiografía simple cuando la dosis de radiación en 80 veces mayor en la primera.
Pero no acaban ahí los factores que intervienen en la confusión en torno a estas pruebas.
El lenguaje que se emplea de la protección de la radiación no es fácilmente comprensible por los no especialistas y es habitual perderse en el vocabulario de las dosis de radiaciones como los miliamperios y en cómo se expresa el riesgo que conllevan.
"
El médico que quiera saber el riesgo de la radiación entra en una 'Torre de Babel' donde la información esencial está oculta bajo el velo de versos oscuros", se queja Picano.
Posibles soluciones
La propuesta que este experto hace a los radiológos o sus sociedades es que
los riesgos deberían comunicarse mediante equivalencias de la vida cotidiana, como el número de cigarrillos que se fuma o la posibilidad de sufrir un accidente de tráfico en ciertas condiciones.
Otra opción es expresar el riesgo que conlleva una prueba radiológica comparándola con el número de radiografías simples que se precisarían para igualar la dosis de radiación.
Por ejemplo,
la dosis de 50 radiografías de tórax (lo que equivale con una gammagrafía pulmonar)
conlleva un riesgo extra de que un paciente desarrolle cáncer por cada 20.000 personas expuestas a la radiación.
Esa posibilidad aumenta cuando hablamos de otra prueba,
la gammagrafía con talio, que equivale a 1.000 radiografías de las habituales y que aumenta el peligro de sufrir cáncer a 1 por cada 1.000 pacientes expuestos.
La representación visual del riesgo mediante un código de colores o un gráfico quizá sea la mejor elección para este experto a la hora de informar tanto a pacientes como médicos no especialistas en radiología.
"Los organismos reguladores o las sociedades de radioprotección podrían asumir la responsabilidad de diseminar el gráfico a los profesionales y pacientes", comenta Eugenio Picano quien concluye que la conciencia radiológica es esencial para ayudar a los doctores en la difícil tarea de sopesar lo que es bueno para cada paciente en contra de lo que es aceptable para la sociedad
Respecto al artículo pienso que
no se debe estar en contra de los análisis por rayos-X , TACs, y demás. Entre otras cosas porque es la manera que tienen los especialistas de "ver" lo que pasa dentro del cuerpo. Sino, sería bastante dificil saberlo.
Pero, hoy en día están apareciendo una serie de aparatos, como por ejemplo
el uso de las termografías y Resonancias magnéticas, que no usan radiaciones ionizantes, y que, creo que se deberían estar empleando más que los rayos X.
Fuente:
Los pacientes reciben poca informacin de los riesgos de las pruebas radiolgicas > elmundosalud - oncología
La verdad es que es un tema algo complejo: por una parte pueden causarte un daño, pero por otra ¿cómo sabes lo que tienes o no tienes si no usan estas pruebas?
Un ejemplo son los TACs, fluoroscopias (como la que yo me hice hace tiempo y por la que me informé un poco de la radiación que emitian), emiten bastante más radiación que una radiografía de torax o de diagnóstico de la mama, o por ejemplo una radiografía dental.
El problema, es que muchas veces son necesarios. Y, se supone que los beneficios, superan a los riesgos posibles -o no- futuros.
Lo que sí pienso, es que al igual que se lleva una especie de "cartilla" en los niños/as pequeños de las banderillas que se han ido poniendo desde bebés hasta la adolescencia casi, deberián de igual modo, los médicos de cabecera, en la cartilla de la seguridad social, en el historial médico
apuntar el número de pruebas radiológicas, radiografías, etc, que la persona ha llevado a lo largo de su vida, puesto que así se contabilizaría la acumulación de radiación recibida por las personas.
También pienso que se deberían investigar en otros sistemas de diagnósticos por la imagen que no emitan radiación dañina.
Pero sí, seguirán siendo necesarios, eso sí, mientras menos pruebas, mejor.
Fin del off-topic :o