Internet que nos quiere decir el MEME de la ocre ??,,, te das un voltio por el hilo,,,, posteas una definition sucio-logica de tu propia cosecha y te piras

justifika tu response

  • el epitome de la incorreccion politica

    Votos: 0 0,0%
  • una manera random de trolear beato-normies

    Votos: 2 25,0%
  • un acto revolusionario postmodelno

    Votos: 3 37,5%
  • nada de lo anterior. detallese

    Votos: 3 37,5%

  • Total de votantes
    8
entonces cuando le dices al beato: "traga ocre" le estas diciendo en realidad "ingiere vida" ??,,,

es esto tu acto de amor hacia el ??,,,,,.

Jojojo. El boñiguer es presa fácil, tiene menos recorrido dialéctico que una remolacha en vinagreta. Es fácil cazarlo recordando unicamente sus propias contradicciones internas.

@Glasgow
 
Jojojo. El boñiguer es presa fácil, tiene menos recorrido dialéctico que una remolacha en vinagreta. Es fácil cazarlo recordando unicamente sus propias contradicciones internas.

@Glasgow
Mira te he buscado novia, que falta te hace, esta moza te va a gustar, te hace la comida todos los días

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Tema hablado con anterioridad. La ocre es la recusación de la razón y su sustitución por la violencia, si bien se trata de una violencia verbal soft e inocua. El caso es que el boñiguer no es especialmente diestro en el manejo del lenguaje de manera que la expresión verbal es a su vez sustituida por una expresión gráfica en forma de gif que vendría a representar el espanto, la horripilancia, la miseria jovenlandesal, la autodegradación: doctrina del shock con la que se pretende vanamente paralizar y neutralizar al antagonista.

Este régimen disciplinario basado en lo deyecto irracional (su producción + cierta), no sólo entroniza engañosamente al boñiguer y le hace autopercibirse investido de un poder fantasmagórico, sino que se cree legitimado para imponerlo sobre aquellos desventurados que carecen de él y no han accedido a esa posición de privilegio de la que él disfruta, pues la cosa sólo empodera al inane que cree que lo inerme y lo estéril tiene la capacidad de subordinar a lo fecundo y a lo productivo.

La cosa como impugnación de aquella herramienta más propia de la razón: el lenguaje. El boñiguer expurga esos principios que sí vinculan al resto de hablantes racionales (de no contradicción, de tercio excluso, de razón suficiente) y se declara "liberado" cuando los viola sistemáticamente, más por ignorancia que por convicción. El boñiguer es incapaz de explicar el origen, el sentido y el propósito de su "argumentario" porque no opera con las extintas neuronas de su cerebro sino con las bacterias que residen caóticamente en su colon.

La cosa como símbolo de lo abyecto que presuntamente preside el mundo y que inspira la dinámica de las relaciones (a)sociales que se quieren imponer no de forma natural sino por la vía de la fuerza. El sinsentido como gran antagonista del recto criterio resulta ser la consigna del discurso que pretendió ser hegemónico en esta cloaca pero que finalmente ha devenido en una caricatura grotesca y chusca de sí mismo. Cuando declina el intelecto aparece el excremento y no sin graves consecuencias por sus estercóreos promotores.
 
Tema hablado con anterioridad. La ocre es la recusación de la razón y su sustitución por la violencia, si bien se trata de una violencia verbal soft e inocua. El caso es que el boñiguer no es especialmente diestro en el manejo del lenguaje de manera que la expresión verbal es a su vez sustituida por una expresión gráfica en forma de gif que vendría a representar el espanto, la horripilancia, la miseria jovenlandesal, la autodegradación: doctrina del shock con la que se pretende vanamente paralizar y neutralizar al antagonista.

Este régimen disciplinario basado en lo deyecto irracional (su producción + cierta), no sólo entroniza engañosamente al boñiguer y le hace autopercibirse investido de un poder fantasmagórico, sino que se cree legitimado para imponerlo sobre aquellos desventurados que carecen de él y no han accedido a esa posición de privilegio de la que él disfruta, pues la cosa sólo empodera al inane que cree que lo inerme y lo estéril tiene la capacidad de subordinar a lo fecundo y a lo productivo.

La cosa como impugnación de aquella herramienta más propia de la razón: el lenguaje. El boñiguer expurga esos principios que sí vinculan al resto de hablantes racionales (de no contradicción, de tercio excluso, de razón suficiente) y se declara "liberado" cuando los viola sistemáticamente, más por ignorancia que por convicción. El boñiguer es incapaz de explicar el origen, el sentido y el propósito de su "argumentario" porque no opera con las extintas neuronas de su cerebro sino con las bacterias que residen caóticamente en su colon.

La cosa como símbolo de lo abyecto que presuntamente preside el mundo y que inspira la dinámica de las relaciones (a)sociales que se quieren imponer no de forma natural sino por la vía de la fuerza. El sinsentido como gran antagonista del recto criterio resulta ser la consigna del discurso que pretendió ser hegemónico en esta cloaca pero que finalmente ha devenido en una caricatura grotesca y chusca de sí mismo. Cuando declina el intelecto aparece el excremento y no sin graves consecuencias por sus estercóreos promotores.
Hola amiguito, soy el boñiguer del Taxi Driver ¿te apetece un poquito de ocre? Me ha sobrado de la merienda pero te la he guardado para ti.

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En régimen de intima connivencia y complicidad con el NWO, los boñiguers son la proto-expresión más acabada, aunque no ciertamente la más sofisticada, del modelo "antropológico" que las élites tienen proyectado para esta civilización ya en avanzado proceso de degradación y descomposición. A escala micro, los boñiguers anticipan el horizonte que en breve se verificará a escala macro. El repudio de la tradición, la abominación de las buenas costumbres, la igualación de todos y cada uno por lo más bajo, por lo más abyecto, por lo mas envilecido y encanallado, etc... es un protocolo de actuación de raigambre característicamente socialista (como socialistas son las propias élites) y los boñiguers lo cumplen a rajatabla. En ese sentido fueron muy disciplinados y obedientes.

Los boñiguers ya han introyectado en sí mismos esta penosa condición que se les ha impuesto desde arriba (y que ellos han aceptado de mil amores pues siempre repudiaron todo signo de excelencia) y la declaran y la proclaman a los cuatro vientos con toda la impudicia de que son capaces para que se irradie de forma irrestricta a todo el orbe virtual, formando así (al menos ésa era la pretensión fallida) una anticomunidad presidida por lo deleznable como supuesto timbre de gloria, y todo ello como paso previo a la implantación indiscutible de esa depauperada condición en el plano de lo real. No cabe duda de que estos boñiguers han sido unos pioneros de lo inmundo en este submundo que tan propicio les resultó alguna vez; las cosas como son.

Nos IDENTIFICAMoS CON LA cosa

Nos DECLARAMOS cosa

SoMOS cosa

ViVA LA cosa
 
En régimen de intima connivencia y complicidad con el NWO, los boñiguers son la proto-expresión más acabada, aunque no ciertamente la más sofisticada, del modelo "antropológico" que las élites tienen proyectado para esta civilización ya en avanzado proceso de degradación y descomposición. A escala micro, los boñiguers anticipan el horizonte que en breve se verificará a escala macro. El repudio de la tradición, la abominación de las buenas costumbres, la igualación de todos y cada uno por lo más bajo, por lo más abyecto, por lo mas envilecido y encanallado, etc... es un protocolo de actuación de raigambre característicamente socialista (como socialistas son las propias élites) y los boñiguers lo cumplen a rajatabla. En ese sentido fueron muy disciplinados y obedientes.

Los boñiguers ya han introyectado en sí mismos esta penosa condición que se les ha impuesto desde arriba (y que ellos han aceptado de mil amores pues siempre repudiaron todo signo de excelencia) y la declaran y la proclaman a los cuatro vientos con toda la impudicia de que son capaces para que se irradie de forma irrestricta a todo el orbe virtual, formando así (al menos ésa era la pretensión fallida) una anticomunidad presidida por lo deleznable como supuesto timbre de gloria, y todo ello como paso previo a la implantación indiscutible de esa depauperada condición en el plano de lo real. No cabe duda de que estos boñiguers han sido unos pioneros de lo inmundo en este submundo que tan propicio les resultó alguna vez; las cosas como son.

SI, CIERTO.

pienso en todo eso FRECUENTEMENTE

eres un FARO que nos ILUMINA

no cambies

POR CIERTO, MARI PILI, NECESITO TU cosa y tus riñones para un asuntillo, PRESTAMELOS.
 
porqué
PORQUÉ?
PORQUÉ SEGUIR CAGANDO?

Esa pregunta que tú claramente repudias y que tan anacrónica te resulta (aunque el Sapiens se la lleva formulando desde que abandonó el estado de naturaleza) no es: por qué, por qué seguir cagando sino: por qué, por qué seguir pensando.

Es evidente que esa capa meramente superficial de civilización que todavía manifiestas muy a tu pesar te resulta incómoda y deseas librarte de ella como sea. Si sigues insistiendo en esta pamplina infantil de la ocre, a lo mejor por arte de birli birloque llegas finalmente a erradicar todo rasgo de racionalidad y consigues que ese cerebro que detesta los dos millones de años de evolución que lo han malformado sea evacuado por tu orto como si de otro residuo fecal se tratara.
 
En régimen de intima connivencia y complicidad con el NWO, los boñiguers son la proto-expresión más acabada, aunque no ciertamente la más sofisticada, del modelo "antropológico" que las élites tienen proyectado para esta civilización ya en avanzado proceso de degradación y descomposición. A escala micro, los boñiguers anticipan el horizonte que en breve se verificará a escala macro. El repudio de la tradición, la abominación de las buenas costumbres, la igualación de todos y cada uno por lo más bajo, por lo más abyecto, por lo mas envilecido y encanallado, etc... es un protocolo de actuación de raigambre característicamente socialista (como socialistas son las propias élites) y los boñiguers lo cumplen a rajatabla. En ese sentido fueron muy disciplinados y obedientes.

Los boñiguers ya han introyectado en sí mismos esta penosa condición que se les ha impuesto desde arriba (y que ellos han aceptado de mil amores pues siempre repudiaron todo signo de excelencia) y la declaran y la proclaman a los cuatro vientos con toda la impudicia de que son capaces para que se irradie de forma irrestricta a todo el orbe virtual, formando así (al menos ésa era la pretensión fallida) una anticomunidad presidida por lo deleznable como supuesto timbre de gloria, y todo ello como paso previo a la implantación indiscutible de esa depauperada condición en el plano de lo real. No cabe duda de que estos boñiguers han sido unos pioneros de lo inmundo en este submundo que tan propicio les resultó alguna vez; las cosas como son.
 
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