Zhukov
Mariscal
No van a resolver el problema hasta pasadas varias semanas y lo sabes.
Por fortuna no tengo que esperar a que llegue la primavera, un manitas de mantenimiento hizo un apaño y funciona...por el momento.
Ahora, como me han contado que el problema es recurrente, como me presento al examen de la oposición he pedido vacaciones para prepararlo y no estar aquí si vuelve a fallar.
Y de pasada, algunos se flipan mucho con los funcionarios. En realidad lo de los funcivagos es un mito, no digo que no haya casos de charocracia, que los he visto, pero depende mucho de dónde te toque remar. En general son estrictos y si llegas tarde tienes que recuperar el tiempo perdido o te lo descuentan del sueldo además de amonestarte y tienes que estar en el sitio, aunque no hagas nada. Lo del funci que ficha y luego sale a hacer la compra o se va al bar ya no se da. Hay sitios como en atención al público que están explotados y les cronometran hasta para ir al baño, en compensación suelen tener un buen convenio y un sueldo algo mejor que en la privada, pero apenas compensa.
En mi limitada experiencia y siendo la naturaleza humana la que es, el sector público no es mejor que el privado, a veces incluso peor. En vez de empresaurios explotadores, tienes que lidiar con jefes que se creen señores feudales. Da que pensar que haya una reglamentación tan detallada para tratar con el acoso laboral o sensual, síntoma de que se siguen dando estas cosas.
Va una anécdota subrealista y demigrante que ya he contado otras veces, pero la repito en este hilo para el que no la conozca:
- Hace unos años me salió contrato de interino, era para hacer una cosa de trabajo: escanear documentación de la seguridad social y registrarla en el sistema, a la semana de estar ahí tuve un altercado con la charo jefa de equipo (nada personal, una loca y ya), y para putearme y ya que no podía despedirme porque no había motivo para ello, ni siquiera para una amonestación, y que me fuera por voluntad propia me encerraron en un sótano oscuro a sacar papeles de cajas y quitar las grapas para que todos los demás las escanearan y registraran, en vez de prepararse cada uno su taco de papeles. Siete y ocho horas seguidas, solo, sin hablar con nadie, y medio a oscuras, quitando grapas tooodo el tiempo, sin poder salir más que los veinte minutos reglamentarios. Me sentía como Steve McQueen en una de sus películas carcelarias, cuando lo meten en la celda de castigo.
Se pensaban que no duraría ni una semana, pero no me importó. No había nadie que me vigilara, una vez sacado un taco de papeles, cuidadosamente adaptado al lento ritmo de los que escaneaban, podía pasarme el resto de las horas leyendo libros o entretenerme leyendo las sentencias de divorcios, viogen y asuntos sociales y demás desgarradores dramas humanos: desde adolescentes embarazadas, falsos denunciados, mujeres maltratadas de verdad, hasta a enfermos mentales a los que sus familiares quería incapacitar para quedarse con su dinero, y encima me pagaban un plus por pasar toda la jornada en sótanos, como si fuera la mina, y otro plus por productividad (!) porque echaba horas extra porque el proceso de digitalización iba lento y había que acabar dentro del plazo previsto
Se pensaban que no duraría ni una semana, pero no me importó. No había nadie que me vigilara, una vez sacado un taco de papeles, cuidadosamente adaptado al lento ritmo de los que escaneaban, podía pasarme el resto de las horas leyendo libros o entretenerme leyendo las sentencias de divorcios, viogen y asuntos sociales y demás desgarradores dramas humanos: desde adolescentes embarazadas, falsos denunciados, mujeres maltratadas de verdad, hasta a enfermos mentales a los que sus familiares quería incapacitar para quedarse con su dinero, y encima me pagaban un plus por pasar toda la jornada en sótanos, como si fuera la mina, y otro plus por productividad (!) porque echaba horas extra porque el proceso de digitalización iba lento y había que acabar dentro del plazo previsto
Y lo de que los jefes sean tan indolentes como los curritos, pues no siempre. Los peores son los jefes trabajadores, los funcis del grupo A que han tenido que currar como macho cabríoes para sacarse la opo, y naturalmente espera que todo el mundo trabaje como ellos, y que no tienen vida fuera del trabajo, y los pelotas de los altos cargos y el político de turno que son auténticos capataces de esclavos con tal de quedar bien ante sus superiores.
Y si sólo fueran los jefes... hay muchos empleos de funcionario que son como cárceles. Estás encerrado todo el día con la misma gente, durante años, como presos de larga condena, y como en las cárceles, hay bandas de presos que imponen su ley y tienen acojonados hasta a los guardianes. Como la mafia de los sindicatos. Me cuentan el caso de un par de currantes que eran ordenanzas ascendidos por promoción (leáse enchufe vía oposición a medida) a administrativos que no dan palo al agua pero son intocables porque acojonan a sus charojefas del grupo A con chivarse al sindicato. Además de trabajar el mínimo posible, se pillan todos los permisos y vacaciones cuando quieren, y los otros a seguir remando. Es alucinante ver lo mucho que pueden escalar, o mejor dicho, reptar, analfabetos funcionales simplemente teniendo carné del partido o del sindicato, y la cobardía de las mujeres jefas para enfrentarse a tipos como ellos y ponerlos en su sitio.
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