Vila (44 años) aún sigue en «estado de shock» por haber pisado la prisión. No olvida sus vivencias con su compañero de celda. «Se portó muy bien conmigo, me ayudó hasta a hacer la cama y me dijo: "Se nota que no ha hecho la mili". Le dije que sólo había estado en la Cruz Roja. Tenía televisión y pasamos la noche saltando de telediario en telediario. Me decía: "Mira, ahí hablan de usted", y me preguntaba si me molestaba el sonido de la televisión. El pobre hombre me ha cuidado muchísimo», recuerda Vila, que apenas pegó ojo. También se le cortó el estómago. Sólo ingirió al día siguiente tres galletas con un poco de mermelada y un café con leche.
El ex conseller dedicó su mañana en prisión a pasar las entrevistas con el psicólogo, el educador social y el médico. También tuvo tiempo de ir a la biblioteca, donde sacó el libro de Romeo y Julieta de Shakespeare y una obra de Oscar Wilde.