Kaprak63
Madmaxista
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Fuente: Pueblos en quiebra | Reportajes Economía
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Cuando las turbulencias financieras traspasan el corazón de la economía real, el paro y los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) se convierten en la triste realidad de miles de ciudadanos.
En España, la legión de parados se acerca ya a los tres millones y las previsiones no son nada optimistas. Desde instituciones como la Asociación Española de Banca (AEB) se apunta que llegará a una tasa del 17%.
Es el lado más oscuro de la crisis, pero en muchos casos supone la ruina de pequeños pueblos que ven echar el cierre a fábricas e industrias fuertemente arraigadas en la localidad, hipotecando con ello su futuro más inmediato.
Mientras los empresarios piden más facilidades para despedir, y los sindicatos reclaman un aumento de la protección a los trabajadores, pequeños pueblos como Villacañas, Torredonjimeno o Figueruelas ven como en cuestión de unos pocos meses se esfuman años enteros de esfuerzo y trabajo.
Villacañas, a las puertas del desastre
Si hay algún lugar de España donde la crisis de la construcción se nota con toda su dureza es en Villacañas (Toledo), un pueblo de poco más de 10.000 habitantes, donde la industria principal es la fabricación de puertas.
Esta actividad ocupa a unas 3.500 personas, de las que 2.000 son habitantes de la localidad, pero desde que la crisis de la construcción estallase, los expedientes de regulación de empleo (EREs) se han sucedido en cascada.
Así, según cálculos de la Federación de Construcción, Maderas y Afines de CCOO en Castilla La Mancha, el sector de las puertas en Villacañas ha destruido aproximadamente unos 2.000 puestos de trabajo desde 2007. En opinión del sindicato, la situación es gravísima, ya que no hay una industria alternativa en la zona que pueda absorber los despidos.
Empresas como Mavisa, Dermaco o Visel, todas ubicadas en Villacañas, han presentado este mismo año EREs que afectan a unos 300 trabajadores. La industria alega que tiene un importante stock de puertas a las que no da salida, situación que achaca a la ralentización de la actividad inmobiliaria dedicada a la construcción de vivienda residencial. Villacañas se encuentra, a las puertas del desastre.
Almussafes, en manos de Ford
Almussafes es una localidad valenciana que apenas supera los 7.500 habitantes, curiosamente, el mismo número de empleados que tiene en nómina Ford. De este modo, el futuro de la localidad está en manos de la multinacional estadounidense de la automoción.
Por eso, cuando el sector del automóvil da muestras de estancamiento, a Ford no le tiembla la mano a la hora de ajustar costes. Así, a principios de septiembre de este año, presentó un Expediente de Regulación de Empleo temporal que afecta a unos 1.000 trabajadores de la plantilla, del turno de noche, cuya producción lleva parada desde el 23 de septiembre y estará así hasta el 23 de diciembre.
Lo malo es que, según cálculos de la Asociación Valenciana de la Industria de la Automoción (Avia), por cada parado en Ford, la industria auxiliar de proveedores –unas cien empresas que emplean a 7.000 personas- generará tres desempleados más. Según explican a Finanzas.com en fuentes sindicales de la empresa, el ERE temporal de Ford puede afectar perfectamente a unos 3.500 o 4.000 empleados de las empresas auxiliares.
Así las cosas, la localidad valenciana está en manos de lo que pueda decidir Ford, y la actual crisis económica augura que vendrán años muy difíciles. Pese a todo, desde UGT insisten en que la empresa tiene un compromiso para mantener el empleo hasta 2012, algo vital para la economía del pueblo valenciano. Pero con las ventas de automóviles desplomándose un 40%, no parece que el panorama sea muy esperanzador para Almussafes.
Figueruelas, el gigante americano con pies de barro
El pequeño municipio de Figueruelas, a 30 kilómetros de Zaragoza, apenas si tiene 1.400 habitantes, por eso, que una multinacional como General Motors –fabricante de Opel- presente un ERE temporal durante un año para despedir a 600 personas es todo un drama. El fabricante estadounidense está al borde la quiebra y necesita una inyección urgente de capital antes incluso de que Obama ocupe la Casa Blanca. De ahí que apriete las tuercas en todas sus fábricas mundiales.
Como pasa casi siempre en el sector del automóvil, el impacto de la falta de trabajo se multiplica de manera exponencial por llamado ‘efecto cascada’, según el cual, cada despido en una gran multinacional destruye unos cuatro empleos en empresas auxiliares, según cálculos de fuentes sindicales.
Tal y como explica a Finanzas.com el alcalde de Figueruelas, Luis Bertol, “la situación es terrible y no sólo nos preocupan los empleados de General Motors, sino la de los trabajadores de la industria auxiliar, donde ya están despidiendo gente”. En total, calcula el regidor, cerca del 80% de la población de Figueruelas, directa o indirectamente, se verá afectado por el ERE de General Motors. “La economía de la zona depende de General Motors de una manera brutal”, sentencia Bertol.
Lo malo es que las perspectivas no son nada favorables. El fabricante, que en España monta los modelos Corsa y Meriva, ha reducido sus previsiones de producción española en un 20%, hasta las 361.000 unidades frente a las 415.000 inicialmente previstas. El pasado 11 de noviembre, General Motors se desplomó en Wall Street a niveles del año 1945, tras rebajar Deutsche Bank el precio de sus títulos a cero dólares por la gravedad de su situación. En Figueruelas, no pierden de vista lo que pasa en Estados Unidos.
Torredonjimeno, unos pesados zapatos de hormigón
La localidad jienense de Torredonjimeno estrenará estas navidades unos pesados zapatos de hormigón armado, regalo especial de la segunda mayor cementera de Europa, la suiza Holcim, que se dispone a echar el cierre en una fábrica emblemática para la localidad y que permanece abierta desde 1954.
Con una población aproximada de unos 13.000 habitantes, la industria en Torredonjimeno brilla por su ausencia. Por eso, el ERE planteado hace unos días por Holcim, que afectará a 75 empleados de plantilla y 45 de empresas auxiliares, tiene tintes aún más dramáticos.
Según explica a Finanzas.com el alcalde de Torredonjimeno, Cosme Moreno, de Izquierda Unida, el cierre de la fábrica “es un tema muy grave sabiendo la crisis que se viene encima, porque además Jaén es una provincia que no cuenta con muchas fábricas”. Al recibir la noticia “es como si me echaran un jarro de agua fría”, añade el regidor, que promete apoyo total por parte de todo el ayuntamiento a los trabajadores en una situación que califica de “extrema gravedad”.
Holcim justifica los despidos bajo el paraguas de un programa de reducción de costes extraordinarios, pero fuentes sindicales de la fábrica prometen luchar, y añaden que la situación no es tan grave como pinta la multinacional ya que, en su opinión, aún hay mucha obra civil por hacer en Andalucía.
En este sentido, advierten, Holcim ha ido trasladando poco a poco las ventas hacia la planta de Mengíbar (Jaén) porque, sencillamente, no le interesaba producir en Torredonjimeno. Así, la planta ha pasado desde septiembre unas 600 toneladas por día, frente a las 1.200 que producía en el primer semestre. Holcim, iba tomando poco a poco las medidas para los fabulosos zapatos de hormigón armado que le ha regalado por Navidad a Torredonjimeno.
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