A
ARIEL BOLUDOVSKY
Guest
Muy interesante la pieza que nos brinda este jueves El Confidencial. Se
trata de una conversación que se produjo en el restaurante Horcher
-dice EC que la mejor caza de Madrid y de España, aquí diríamos
una de las mejores, otrora la mejor-. Frecuentado por la creme de la
creme se producen graciosos encontronazos, como aquel de Esperanza
Aguirre con Jesús Polanco y Carmen Posadas -vecinos del lugar- en
que la presidenta vio le vino a preguntar si se confirmaba si estaban
saliendo juntos. Nada más lejos de la realidad, al parecer.
En esta ocasión, en el encuentro ocasional también estaba don Jesús
Polanco, habitual del lugar. Acompañado del abogado Matías Cortés,
íntimo amigo suyo y, además, vecino. Por la parte contraria acudieron
a comer al interesante lugar Eduardo Zaplana, portavoz del PP en el
Congreso, y Miguel Ángel Cortés, ex secretario de Estado de
Cooperación junto a Carlos Aragonés.
El encuentro tuvo lugar al volver del nada romántico lugar donde todo
el mundo acude a depositar lo sobrante de lo ingerido Polanco y Matías
Cortés. Al cruzar al lado de la mesa de Zaplana y compañía se
produjo un breve y relevante intercambio de palabras a requerimiento
del popular: El Confidencial lo refleja textualmente lo que iba a ser
unas palabras amistosas y el carácter polanquil convirtió en un
ataque al estilo de Paco Martínez Soria.
"-Hombre, Eduardo, muchas gracias por lo bien que te has portado
conmigo con la Ley de la televisión [la TDT] esta que se ha discutido
en el Parlamento.
-Oye, oye, Jesús -coitadiño el valenciano- que yo no he hecho nada
de particular, que me he limitado a seguir las indicaciones de mi
grupo.
-No, no, eso no es verdad, que lo sé todo, y sé que las enmiendas
planteadas por el PP han sido todas idea tuya..".
Dice El Confidente que la cara de don Eduardo era un poema. Con un
pcoco más de intención cuentan que, como reza un dicho popular, "el
conejo tapado y las orejas fuera", de modo que la derecha vuelve por
donde solía, o quizá es que nunca abandonó la vereda de la
rendición incondicional al tycoon". Tras esto, palabras amables para
Miguel Ángel Cortés, para preguntarle Polanco, en referencia a la
Fundación Carolina:
"-¿Vas a seguir llevando tú eso, Miguel Ángel?
-Sí, parece que sí.
-Ah, pues muy bien, ya hablaremos...
Y de repente una mirada de soslayo hacia el discreto Aragonés, que
asistía al evento cual invitado de piedra.
-Y tú... ¿Vas a seguir con el de antes? -por Aznar-
Y de nuevo Matías Cortés, como si tuviera un pie en el estribo, como
si anduviera con prisas, urgiendo a su amigo para regresar a su mesa.
-No les hagas caso, déjales, que con estos de la derecha no hay quien
ate cabos... ¡échales el periódico, Jesús!
Dice El Confidencial que fue así de duro. "Así, como suena, como si
fuera un perro sabueso, ¡Jesús, échales el periódico!, medio en
serio, medio en broma, amenázales con El País y que se cague toda la
derecha por la pata abajo". Para recoger la despedida, una
"lacónica" despedida.
-Nunca me imaginé que fuerais a ser tan poco inteligentes...".
Como se las gasta el veteranísimo empresario y el sabueso abogado
Matías Cortés, que no hace, según lo narrado, en absoluto honor a su
apellido. Aunque ya saben, a estos multimillonarios de la izquierda no
hay quien les arregle. Que se queden como están, compuestos y sin
novia, que otros se encargarán de escribir la historia.
trata de una conversación que se produjo en el restaurante Horcher
-dice EC que la mejor caza de Madrid y de España, aquí diríamos
una de las mejores, otrora la mejor-. Frecuentado por la creme de la
creme se producen graciosos encontronazos, como aquel de Esperanza
Aguirre con Jesús Polanco y Carmen Posadas -vecinos del lugar- en
que la presidenta vio le vino a preguntar si se confirmaba si estaban
saliendo juntos. Nada más lejos de la realidad, al parecer.
En esta ocasión, en el encuentro ocasional también estaba don Jesús
Polanco, habitual del lugar. Acompañado del abogado Matías Cortés,
íntimo amigo suyo y, además, vecino. Por la parte contraria acudieron
a comer al interesante lugar Eduardo Zaplana, portavoz del PP en el
Congreso, y Miguel Ángel Cortés, ex secretario de Estado de
Cooperación junto a Carlos Aragonés.
El encuentro tuvo lugar al volver del nada romántico lugar donde todo
el mundo acude a depositar lo sobrante de lo ingerido Polanco y Matías
Cortés. Al cruzar al lado de la mesa de Zaplana y compañía se
produjo un breve y relevante intercambio de palabras a requerimiento
del popular: El Confidencial lo refleja textualmente lo que iba a ser
unas palabras amistosas y el carácter polanquil convirtió en un
ataque al estilo de Paco Martínez Soria.
"-Hombre, Eduardo, muchas gracias por lo bien que te has portado
conmigo con la Ley de la televisión [la TDT] esta que se ha discutido
en el Parlamento.
-Oye, oye, Jesús -coitadiño el valenciano- que yo no he hecho nada
de particular, que me he limitado a seguir las indicaciones de mi
grupo.
-No, no, eso no es verdad, que lo sé todo, y sé que las enmiendas
planteadas por el PP han sido todas idea tuya..".
Dice El Confidente que la cara de don Eduardo era un poema. Con un
pcoco más de intención cuentan que, como reza un dicho popular, "el
conejo tapado y las orejas fuera", de modo que la derecha vuelve por
donde solía, o quizá es que nunca abandonó la vereda de la
rendición incondicional al tycoon". Tras esto, palabras amables para
Miguel Ángel Cortés, para preguntarle Polanco, en referencia a la
Fundación Carolina:
"-¿Vas a seguir llevando tú eso, Miguel Ángel?
-Sí, parece que sí.
-Ah, pues muy bien, ya hablaremos...
Y de repente una mirada de soslayo hacia el discreto Aragonés, que
asistía al evento cual invitado de piedra.
-Y tú... ¿Vas a seguir con el de antes? -por Aznar-
Y de nuevo Matías Cortés, como si tuviera un pie en el estribo, como
si anduviera con prisas, urgiendo a su amigo para regresar a su mesa.
-No les hagas caso, déjales, que con estos de la derecha no hay quien
ate cabos... ¡échales el periódico, Jesús!
Dice El Confidencial que fue así de duro. "Así, como suena, como si
fuera un perro sabueso, ¡Jesús, échales el periódico!, medio en
serio, medio en broma, amenázales con El País y que se cague toda la
derecha por la pata abajo". Para recoger la despedida, una
"lacónica" despedida.
-Nunca me imaginé que fuerais a ser tan poco inteligentes...".
Como se las gasta el veteranísimo empresario y el sabueso abogado
Matías Cortés, que no hace, según lo narrado, en absoluto honor a su
apellido. Aunque ya saben, a estos multimillonarios de la izquierda no
hay quien les arregle. Que se queden como están, compuestos y sin
novia, que otros se encargarán de escribir la historia.
