El diario El Mundo vivió ayer una tensa jornada tras conocerse el despido de dos trabajadores, Guillermo Sánchez Herrero y Alberto Prieto, que acabó con el director del periódico, David Jiménez, llorando en medio de la redacción.
Las explicaciones que acertó a dar Jiménez no han convencido a la plantilla, que hoy, a las 13:00, ha llevado a cabo una concentración de protesta a la entrada de la sede, en la que han participado la práctica totalidad de los miembros de la redacción y numerosos profesionales de otras publicaciones del Grupo.
Según la secuencia de los hechos que ha podido reconstruir cuartopoder con la versión de varios miembros de la plantilla, en torno a las 20:00 horas de ayer, un buen número de redactores se reunió ante la puerta del despacho de Jiménez cuando conocieron los mencionados despidos, que siguen a los 11 que se produjeron días atrás en las delegaciones de Andalucía y Comunidad Valenciana.
Ante la presión de los redactores que aguardaban impacientes, el director de El Mundo no tuvo más remedio que salir a dar explicaciones. Confesó compungido que cuando se hizo cargo de El Mundo nadie le dijo que tendría que hacer frente a situaciones tan dramáticas como son las de los despidos, pero admitió también que “los italianos” (RCS MediaGroup, propietario de Unidad Editorial) le advirtieron que las 20 incorporaciones de “nuevos perfiles” para el nuevo proyecto se amortizarían con el despido de otros tantos trabajadores “porque no se puede ampliar la plantilla”.
En muchas de las intervenciones que siguieron a su exposición quedó patente el malestar de los trabajadores al constatar que cada nueva incorporación se saldará con un despido y que se pretende construir un nuevo proyecto editorial desconocido por la redacción.
En un momento de la improvisada asamblea, Jiménez se tapó la cara con una mano y regresó rápidamente a su despacho. Asistentes que estaban en las primeras filas confirmaron a cuartopoder que el director abandonó la asamblea porque no pudo contener las lágrimas ante la avalancha de críticas. No obstante, como continuaban las peticiones de que diera explicaciones, tuvo que regresar a la asamblea al cabo de un rato.
Entre las intervenciones destacó la realizada por el presidente del Comité, Mario Benito, quien echó en cara al director que no haya afrontado con la empresa una situación como la actual, conocida desde hace meses, y señaló ante todos a quien, en su opinión, es el auténtico responsable de la prolongada crisis por la que atraviesa el periódico: el presidente de Unidad Editorial, Antonio Fernández Galiano, a quien llegó a calificar de “cáncer” para el proyecto editorial. Benito también advirtió de que la empresa tiene intención de realizar más despedidos.
El director de
Las explicaciones que acertó a dar Jiménez no han convencido a la plantilla, que hoy, a las 13:00, ha llevado a cabo una concentración de protesta a la entrada de la sede, en la que han participado la práctica totalidad de los miembros de la redacción y numerosos profesionales de otras publicaciones del Grupo.
Según la secuencia de los hechos que ha podido reconstruir cuartopoder con la versión de varios miembros de la plantilla, en torno a las 20:00 horas de ayer, un buen número de redactores se reunió ante la puerta del despacho de Jiménez cuando conocieron los mencionados despidos, que siguen a los 11 que se produjeron días atrás en las delegaciones de Andalucía y Comunidad Valenciana.
Ante la presión de los redactores que aguardaban impacientes, el director de El Mundo no tuvo más remedio que salir a dar explicaciones. Confesó compungido que cuando se hizo cargo de El Mundo nadie le dijo que tendría que hacer frente a situaciones tan dramáticas como son las de los despidos, pero admitió también que “los italianos” (RCS MediaGroup, propietario de Unidad Editorial) le advirtieron que las 20 incorporaciones de “nuevos perfiles” para el nuevo proyecto se amortizarían con el despido de otros tantos trabajadores “porque no se puede ampliar la plantilla”.
En muchas de las intervenciones que siguieron a su exposición quedó patente el malestar de los trabajadores al constatar que cada nueva incorporación se saldará con un despido y que se pretende construir un nuevo proyecto editorial desconocido por la redacción.
En un momento de la improvisada asamblea, Jiménez se tapó la cara con una mano y regresó rápidamente a su despacho. Asistentes que estaban en las primeras filas confirmaron a cuartopoder que el director abandonó la asamblea porque no pudo contener las lágrimas ante la avalancha de críticas. No obstante, como continuaban las peticiones de que diera explicaciones, tuvo que regresar a la asamblea al cabo de un rato.
Entre las intervenciones destacó la realizada por el presidente del Comité, Mario Benito, quien echó en cara al director que no haya afrontado con la empresa una situación como la actual, conocida desde hace meses, y señaló ante todos a quien, en su opinión, es el auténtico responsable de la prolongada crisis por la que atraviesa el periódico: el presidente de Unidad Editorial, Antonio Fernández Galiano, a quien llegó a calificar de “cáncer” para el proyecto editorial. Benito también advirtió de que la empresa tiene intención de realizar más despedidos.
El director de
