La gráfica que acompaña el post merece pocas explicaciones: el precio de la vivienda en España sigue hundiéndose trimestre a trimestre sin que nada nos haga pensar que pueda llegar a tocar fondo a corto plazo. Los efectos de la burbuja inmobiliaria siguen siendo a día de hoy más que palpables.
Según los datos publicados por el Ministerio de Fomento, durante el cuarto trimestre de 2013 el precio de la vivienda libre cayó un 4,2 % en tasa interanual, dejando el precio del metro cuadrado de la misma en 1.466,9 euros. Con este son ya seis años seguidos de desplomes en el precio de los inmuebles, y seguimos sin ver el fondo.
Tal y como nos comentaba Alejandro hace unos días, la botella está claramente medio vacía. La recuperación del mercado inmobiliario en nuestro país aún está muy lejos de producirse. La desorbitada tasa de paro de nuestra economía y el estrangulamiento del crédito son factores decisivos que lastran totalmente al sector.
El problema de fondo que yo veo aquí es que se está gestando una masa de demandantes contenidos de inmuebles. Me refiero a personas con ganas de comprar que se encuentran a la espera de que la burbuja termine de estallar para lanzarse a por una hipoteca, y que podrían hacer que las ventas de casas se disparasen puntualmente de nuevo tras tocar fondo, con el consiguiente incremento posterior de precios.
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