Y ahora el pueblo, por llamarlo de alguna manera, porque no son más que ignorantes individualistas, lo va a pagar. Es más, si no cambia rápido, es más que posible que lo pague con su vida. El peakoil está aquí. Y el mercado (el capital) lo va a gestionar.
Efectivamente, el pueblo hace mucho que ha devenido en plebe. Ante el fracaso en la construcción de un Estado moderno e industrializado por parte de la burguesía española, debería ser la clase trabajadora la que tomara el relevo.
Pero ambas clases sociales están en bancarrota, convertidas en despojos, sin pulso ni iniciativa. No hay (al menos a medio plazo) perspectivas, ni alternativas, más allá de la revuelta acéfala, irracional, sentimental, del grito de protesta y la fuerza bruta para aplastarla.
Y eso es lo único que nos espera.