Si se abarata el precio del suelo, será más facil poner más y más cemento, cuando ya se construye más que Francia, Alemania y Reino Unido juntos. ¿De verdad hace falta construir más y más, o hay que proteger otras vias de ahorro inversor lejos del tocho, frente a la deslocalizabilidad y la importación liberal de productos elaborados por mano de obra 20 veces más barata, con la que no se puede competir?
Si se abarata el precio del suelo y no se regula precios máximos por metro cuadrado construido y zona, ni se transparentan los costes de los materiales, ni los costes de construcción, ni los de intermediación, ¿los acaparadores y constructores, podrían ver multiplicados sus márgenes de beneficios, para compensar el descenso de ventas o no?
Subir precios es muy fácil, pero si se abaratase el precio del suelo ¿de verdad que bajarían a la misma velocidad el precio de venta del producto final o la cosa se demoraría un poco, por que acaparar sin ninguna prisa ante la necesidad sigue saliendo demasiado barato?