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Madmaxista
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LA BURBUJA INMOBILIARIA ENSEÑA SU PEOR CARA EN EE UU Y ADVIERTE DE LOS EFECTOS COLATERALES
Moisés Romero
Enviar Artículo por EmailEnviar artículo por Email Imprimir artículoImprimir artículo
ilustraciónLas reiteradas advertencias negativas, hechas, todo hay que asumirlo sin ponerse rojo, hace tres años llegan ahora. Una de ellas es la referente a la gran burbuja inmobiliaria en Estados Unidos y en muchos países de la euro zona, con España a la cabeza de los desmanes. En términos bursátiles, el fenómeno abarca más de lo estrictamente personal, del ahorcamiento de unos y otros que no pueden pagar, por mor de las circunstancias, la hipoteca firmada meses atrás a tipos histórica y excepcionalmente bajos. Ahora las cañas se ha vuelto lanzas y el parque inmobiliario rebosa de ofertas de venta. La preocupación en Bolsa, como tantos otros dolores de cabeza, llega de la mano de los efectos colaterales. Es decir, de los bancos que han prestado y que ahora no cobran los préstamos. O, como sucede en Estados Unidos, de las agencias hipotecarias. La burbuja, en fin, ya estalló.
Lo hemos sabido en las últimas horas. Dicen las crónicas que la entidad hipotecaria New Century, una de las mayores de Estados Unidos en la concesión de créditos a consumidores de rentas bajas, se encuentra cerca de la bancarrota después de que los bancos que la financian hayan decidido retirarle su confianza o se hayan mostrado dispuestos a hacerlo. En un comunicado remitido al regulador estadounidense (SEC, Securities and Exchange Commission), la sociedad dice haber subsanado sus deudas con el principal financiador, Citigroup, aunque no cree que sea “capaz de obtener financiación adicional”.
Junto a la reticencia de Citigroup, algunos de los prestamistas también parecen dispuestos a dejar de ofrecer sus servicios, señala la entidad hipotecaria, que describe el deterioro de su relación con Bank of America, Barclays Bank, Credit Suisse, DB, Goldman Sachs e IXIS. Ante la crisis generada, New Century dice que no está en condiciones de presentar por el momento sus resultados de 2006 y reconoce que, si se cumplen los plazos establecidos por el reglamento, la Bolsa de Nueva York (NYSE) deberá encargarse del proceso de supervisión de la entidad, así como de su suspensión y retirada de la cotización. Días antes, New Century dejó de aceptar las solicitudes de préstamos hipotecarios por parte de clientes debido a sus problemas para reunir financiación suficiente. La sociedad afronta varias demandas de inversores y está siendo sometida a una investigación de las autoridades estatales de California.
El fenómeno no es extrapolable, en su conjunto, a España, porque las condiciones hipotecarias y de mercado son otras, diferentes. Hay, no obstante, puntos comunes y, además, muy onerosos, graves para el acontecer normal de los sucesos bursátiles. Nos referimos a los efectos colaterales. En los foros con mayor o menor reputación se significa desde hace tiempo que los bancos y las cajas de ahorro son los dueños, los auténticos, del despropósito inmobiliario acaecido en los últimos años, porque cuando la jovenlandesesidad abrace el mercado hipotecario no habrá otra posibilidad que la marcha atrás.
En términos bursátiles, decimos, el impacto en la cuenta de resultados de bancos y cajas de ahorro será caótico, por imprevisible. Por eso, determinadas asociaciones hipotecarias e inmobiliarias dicen en las últimas horas, como sin venir a cuento, que aquí, en España, todo está bajo control...Excusata no petita, acusatio manifiesta
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Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin expreso consentimiento. Aviso Legal correo@lacartadelabolsa.com ©Ediciones Saavedra S.L. (2004).
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Lo hemos sabido en las últimas horas. Dicen las crónicas que la entidad hipotecaria New Century, una de las mayores de Estados Unidos en la concesión de créditos a consumidores de rentas bajas, se encuentra cerca de la bancarrota después de que los bancos que la financian hayan decidido retirarle su confianza o se hayan mostrado dispuestos a hacerlo. En un comunicado remitido al regulador estadounidense (SEC, Securities and Exchange Commission), la sociedad dice haber subsanado sus deudas con el principal financiador, Citigroup, aunque no cree que sea “capaz de obtener financiación adicional”.
Junto a la reticencia de Citigroup, algunos de los prestamistas también parecen dispuestos a dejar de ofrecer sus servicios, señala la entidad hipotecaria, que describe el deterioro de su relación con Bank of America, Barclays Bank, Credit Suisse, DB, Goldman Sachs e IXIS. Ante la crisis generada, New Century dice que no está en condiciones de presentar por el momento sus resultados de 2006 y reconoce que, si se cumplen los plazos establecidos por el reglamento, la Bolsa de Nueva York (NYSE) deberá encargarse del proceso de supervisión de la entidad, así como de su suspensión y retirada de la cotización. Días antes, New Century dejó de aceptar las solicitudes de préstamos hipotecarios por parte de clientes debido a sus problemas para reunir financiación suficiente. La sociedad afronta varias demandas de inversores y está siendo sometida a una investigación de las autoridades estatales de California.
El fenómeno no es extrapolable, en su conjunto, a España, porque las condiciones hipotecarias y de mercado son otras, diferentes. Hay, no obstante, puntos comunes y, además, muy onerosos, graves para el acontecer normal de los sucesos bursátiles. Nos referimos a los efectos colaterales. En los foros con mayor o menor reputación se significa desde hace tiempo que los bancos y las cajas de ahorro son los dueños, los auténticos, del despropósito inmobiliario acaecido en los últimos años, porque cuando la jovenlandesesidad abrace el mercado hipotecario no habrá otra posibilidad que la marcha atrás.
En términos bursátiles, decimos, el impacto en la cuenta de resultados de bancos y cajas de ahorro será caótico, por imprevisible. Por eso, determinadas asociaciones hipotecarias e inmobiliarias dicen en las últimas horas, como sin venir a cuento, que aquí, en España, todo está bajo control...Excusata no petita, acusatio manifiesta
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