De nuevo Alberto Noguera

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De nuevo nuestro "blogger" preferido publica una traducción de un artículo de una consultora norteamericana en las que advierte sobre una posible recesión mundial, donde España tendría un papel poco halagüeño por nuestro excesivo déficit y endeudamiento.

Alberto Noguera

Recesión en 2007
por Paul Lamont

Como saben nuestros clientes, hemos estado prediciendo una recesión muy fuerte para los próximos años. A principios de este año, nuestros análisis se veían con escepticismo, pero según van apareciendo datos económicos más recientes, nuestra predicción va siendo más probable.

Deuda:
Uno de nuestros argumentos principales ha sido el nivel de endeudamiento insostenible del consumidor norteamericano. La gráfica de abajo (por Ian Gordon, de The Long Wave Analyst) muestra la deuda privada según el PIB con su interpretación de los ciclos de Kondratieff. Sin dar una larga explicación de los ciclos de Kondratieff, déjennos decir que según los tipos de interés caen, los inversores tienden a endeudarse más. Gran parte de ese crédito no se utiliza más que para inflar burbujas especulativas. A veces las burbujas explotan y los activos se hunden, pero las deudas son las mismas. Los inversores no pueden pagar sus deudas y surge una crisis de jovenlandesesidad con su consiguiente recesión. Como puede verse, el endeudamiento es ahora el 300% del Producto Nacional Bruto, mucho más alto que en 1929.

¿De dónde viene la deuda?
En el gráfico de abajo (Yardeni.com), los consumidores han estado retirando dinero de sus casas a niveles récord. Simultáneamente, han estado ahorrando menos. El sistema de ampliar las hipotecas para obtener dinero, alimentando así la economía, es parecido al de los inversores de la Bolsa en los años 20, cuando se pedían créditos para comprar acciones. Como ha mostrado la historia, una vez que la especulación se agota por sí misma los activos se deprecian mucho, pero las deudas se tienen que pagar. Desafortunadamente, la burbuja inmobiliaria ya ha empezado su declive.

El problema de la construcción en Estados Unidos

Mirando al gráfico de precios inmobiliarios en Estados Unidos (por Robert Schiller), la predicción de que los precios no pueden seguir su trayectoria no era muy difícil. Estas subidas han sido alentadas por la especulación. Hasta ahora hemos visto el ciclo alcista.

Y ahora estamos empezando a ver las bajadas: el 27 de octubre "el gobierno comunicó que el precio medio de la vivienda nueva cayó un 9,7% el año pasado hasta 217.000 dólares, el nivel más bajo en dos años". Es la caída porcentual más acusada en los últimos 36 años, según MarketWatch. "Los precios medios de las casas unifamiliares han bajado un 2,5% el pasado año, la caída más grande nunca registrada". Creemos que los precios inmobiliarios han tocado techo y los consumidores norteamericanos no van a tener más "rentabilidades sobre el papel" por ampliación de hipotecas para gastar. En el tercer trimestre de este año, los embargos han aumentado un 43% desde 2005 (es cierto que desde niveles bajos). En Colorado (primero del ranking nacional), uno de cada 127 hogares sufrió el proceso de ejecución de la hipoteca, según RealtyTrac. Nevada y Florida iban poco detrás, con uno de cada 156 y uno de cada 182 hogares, respectivamente.

Ventas de coches nuevos
Si el consumidor norteamericano está siendo exprimido, la primera gran compra que puede intentar aplazar es la de un coche nuevo. Abajo está el gráfido del New York Times que muestra la variación anual en las ventas de coches. Cuando las ventas de coches nuevos caen "un 2% o más, la economía o está en una recesión o a punto de entrar en ella". Ahora mismo hemos caído un 2,4%.

PIB
El PIB ha empezado también a reflejar el enfriamiento. El incremento del PIB estimado para el tercer trimestre por el ministerio de Comercio es de un ínfimo 1,6%. Justo después de aparecer el dato, Bloomberg publicó que el ministerio de Comercio encontró un "error estadístico" y había publicado un incremento en la producción de coches de un 26%. A partir de ahí, las cifras tuvieron que ser rebajadas hasta un crecimiento del PIB del 0,9% para el tercer trimestre. Entonces, este año el PIB ha pasado de un 5,6% a un 2,6% y a un 0,9% en los tres primeros trimestres.

Por qué los Estados Unidos no tendrán un suave aterrizaje:
Mientras el consumidor norteamericano acumulaba deudas para mantener la economía en marcha, los bancos aumentaron la concesión de hipotecas (ver arriba). El problema es que los inmuebles tienen muy poca liquidez y cuando la gente se pone nerviosa quiere su dinero en metálico. Desafortunadamente, los bancos están ahora en la situación más vulnerable a esto de los últimos 20 años. Como pueden ver en la gráfica de la Reserva Federal de abajo, los bancos norteamericanos están dejando que disminuyan sus reservas para casos de jovenlandesesidad, que son las que los respaldan si las ejecuciones de hipotecas aumentan.
Esto no ha pasado inadvertido a la Reserva Federal. En octubre de 2006, un informe publicado por David Wheelock dice:

"En suma, los bancos norteamericanos parecen bien preparados para afrontar una caída modesta de los precios inmobiliarios, especialmente si es una caída localizada. Pero la experiencia de Estados Unidos y otros países indica que las caídas del valor de los inmuebles pueden tener graves repercusiones macroeconómicas, especialmente si el sistema bancario queda dañado".

La historia se repite
Creemos que esas "graves repercusiones macroeconómicas" son muy probables y que el "sistema bancario" resultará dañado. Siguiendo con nuestro anterior artículo "La emoción extrema del crédito", la comparación con el periodo 1930-1933 es tentadora. La situación en las Bolsas, los niveles de deuda, los ciclos en los tipos de interés, el ánimo de los consumidores y las reservas bancarias apuntan todos hacia un "credit crunch" y una gran devaluación de los activos. En el rebote de la Bolsa a principios de 1930, los inversores se congratulaban de haber sobrevivido al crack de 1929. Había una ligera preocupación por los precios de las materias primas y la inflación, pero el ánimo era aún eufórico. Las inversiones estaban "sólo" un 20% por debajo de los máximos de 1929 (casi como el S&P 500 hoy). El presidente Hoover habló a las autoridades bancarias que visitaron la Casa Blanca en junio de 1930: "Caballeros, han venido 60 días tarde. La depresión se ha terminado". Pero el ánimo volvió a caer, la inflación comenzó a enfriarse, las materias primas cayeron, y los inversores vieron claro que la inmensa deuda que habían acumulado en el último año había que pagarla comenzando a vender acciones. La puntilla la puso el índice industrial del Dow Jones, que cayó un 85% desde su máximo en abril de 1930. Hubo tres crisis bancarias en los siguientes tres años, porque la gente atemorizada retiraba su dinero. A los granjeros y los inversores se les ejecutaron las hipotecas. Finalmente, en 1933, cuando se había limpiado la deuda del sistema, la Bolsa tocó fondo y comenzó un ciclo alcista que duraría 73 años.