Debería de haber un cerebro en la cabeza de todo ser humano para pensar si el precio de un determinado producto es correcto o no para adquirirlo, y que analizase qué deuda se es capaz de admitir en función de las circunstancias, en lugar de lanzarse como locos a adquirir algo totalmente fuera de precio y endeudándose con unas condiciones de locura que no van a poder asumir.
Debería de haber departamentos de riesgos coherentes en los bancos, que analizasen las operaciones solicitadas y sólo concediesen aquellas en las que se viese con relativa claridad que se puede asumir dicha deuda en función de las condiciones pactadas, y no dedicarse a ser meros comerciales y charlatanes de feria cuya única intención es vender y vender, sin pensar en las futuras repercusiones.
En una sociedad en que la gran mayoría no sufriera de estupidez galopante, la concesión de créditos debería de ser (como es actualmente) un libre mercado que se autoregule a sí mismo mediante la inteligencia de ambas partes.
Pero desgraciadamente, ahora vivimos una gravísima epidemia de estupidez compulsiva, y, al menos, en estos momentos sí debería de estar regulada la concesión de créditos en función de años de pago, ingresos del solicitante y porcentaje sobre el bien a comprar que se presta, ya que dicha epidemia de estupidez, o se corta, o puede acabar metiendo en serios problemas a todo un pais. Y me da mucha lástima tener que decir ésto, porque me considero claramente liberal, económicamente hablando, pero visto lo visto, es lo que hay.
Ni que decir tiene que el gobierno que tome dicha decisión se suicida políticamente, ya que es una medida altamente impopular, por lo que cualquiera va a preferir que nos metamos de cabeza en una crisis, antes que hacer ésto.