Comenzamos nuevo hilo y continúo con la cronología de SNB 2006:
LA HISTORIA INTERMINABLE
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Santiago Niño Becerra -
Domingo, 23 de Abril de 2006
"The Neverending Story", que ese es el tí*tulo original, es un cuento -en teorí*a para niños- escrito en 1979 por Michael Ende que en 1984 fue llevado a la pantalla. Quien haya leí*do el cuento o visto el film comprenderá porqué digo que en teorí*a es para niños.
Historias interminables, además de la del cuento citado hay, hoy, muchas, y más va a haber en los próximos años, ya lo verán. Un ejemplo lo tenemos ahora: France Télécom ha anunciado que va a prescindir del 8% de su plantilla, y ello a pesar de haber aumentado sus beneficios un 89% durante el 2005; nada más ser anunciada la noticia, los tí*tulos de la compañí*a gala subieron el 3% en la Bolsa de Parí*s. Resumiendo: sube el beneficio y se reduce la plantilla y, como consecuencia de ello, las acciones aumentan su cotización.
Tranquilí*cense, no voy a darles una clase en relación a los motivos por los que algo así* sucede: son de sobra conocidos; lo que sí* quisiera es ir un poco más allá; y para ello les contaré algo que me sucedió a mi.
Hace unos tres años, fui invitado a un coloquio que iba a tener lugar en una emisora de radio con un tema como referencia: las prejubilaciones. Estuvo bien, bastante mejor que otros coloquios a los que habí*a asistido y a otros a los que asistí* después. Al finalizar, uno de los asistentes, un miembro de uno de los principales sindicatos españoles y trabajador de una de las principales compañí*as telefónicas radicadas en el reino, me preguntó si tení*a un momento. Le dije que si y, ya en la calle, me dijo lo siguiente.
Me dijo que, cada dí*a por la mañana, en la compañí*a que trabajaba, eran numerosos los trabajadores que se dirigí*an a sus jefes directos para preguntarles qué tení*an que hacer ese dí*a, debido a que nada tení*an que hacer; me dijo que, en esa compañí*a, sobraban trabajadores a mansalva; me dijo que esa compañí*a se estaba automatizando, lo cual provocaba incertidumbre, pero que el nivel de automatización alcanzado era ridí*trastero en comparación con el que podí*a alcanzarse; me dijo que eso me lo decí*a a mi, pero que como trabajador y como sindicalista no podí*a decirlo en otros foros. El hombre estaba preocupado, realmente preocupado.
Esta historia interminable es muy simple: cada vez hace falta menos factor trabajo -menos trabajadores- no sólo para realizar la misma cantidad de tareas, si no para realizar muchí*simas más, y tanto en el Sector Industria como el los otros cuatro, y tanto en USA como en Sri Lanka; en Francia, evidentemente, también.
Los argumentos esgrimidos por France Télécom pueden ser variados, sin embargo, lo único cierto es que, independientemente de los costes laborales y de la legislación vigente, cada vez es precisa una menor cantidad de factor trabajo.
Si se animan, con esta temática pueden escribir "The Neverending Story 4" (ya existen las versiones 2 y 3 para DVD y VHS).
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economí*a IQS. Universidad Ramon Llull.
La Carta de la Bolsa
ACIERTO
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Santiago Niño Becerra -
Lunes, 24 de Abril de 2006
Hay gente que atina, por ejemplo, el Sr. Jaime Montalvo, presidente del Consejo Económico y Social, el CES. En una reciente jornada organizada por la Asociación de Periodistas de Información Económica, realizó dos afirmaciones de hondo calado: 1) sus dudas al respecto de que la rebaja en las indemnizaciones por despido reduzca la tasa de temporalidad laboral y, 2) sus, también, dudas de que la referida tasa pueda decrecer teniendo en cuenta el valor añadido unitario aportado por gran parte del factor trabajo contratado en régimen temporal. Desmenucemos el significado de ambas afirmaciones.
La argumentación oficial y comúnmente aceptada dice que si las indemnizaciones por despido se abaratasen, es decir, que si lo que cuesta a los empleadores despedir a los trabajadores que no necesitan se redujesen, dichos empleadores contratarí*an a más trabajadores de forma indefinida. En lacartadelabolsa, en numerosas ocasiones, he argumentado lo contrario.
Una compañí*a contrata a una trabajadora o a un trabajador porque le necesita, es decir, porque precisa del factor trabajo que esa trabajadora o ese trabajador le aporte a fin de incorporar un cierto valor añadido a un proceso productivo. La trabajadora o el trabajador precisa de unos bienes de capital para incorporar ese valor añadido al proceso productivo, valor que se hallará en í*ntima relación con el nivel de cualificación de esa trabajadora o de ese trabajador y con el nivel de los bienes de capital de que pueda disponer.
Bienes de alto valor añadido, por tanto, precisan de elevados niveles de cualificación del factor trabajo (al menos hasta ahora en la inmensa mayorí*a de los casos) y de elevados niveles de inversión; y si la necesidad de factor trabajo existe, la empresa contratará de forma indefinida, independientemente del coste del despido, en otras palabras, contratará a la trabajadora o al trabajador que necesita e intentará ?quedárselo' porque aporta valor a bienes de alto valor añadido que la compañí*a fabrica y que el mercado demanda.
Pero en el Reino de España son mayorí*a los fabricados y elaborados de medio y bajo valor, bienes para los que no son precisos altos niveles de inversión (al menos, hasta ahora), trabajadoras y trabajadores con elevados niveles de cualificación, ni una gran seguridad de permanencia en la empresa debido a que dicha empresa puede dejar de ser competitiva (debido a que sus fabricados son de bajo valor) y a que la oferta de trabajo que ese tipo de empresas precisa no es escasa.
En consecuencia, empresas que fabriquen y elaboren bienes y servicios de bajo valor no estarán interesadas en contratar a trabajadoras y a trabajadores de forma indefinida, independientemente del nivel de las indemnizaciones por despido. Para reducir su tasa de temporalidad, España deberí*a modificar su modelo productivo y fabricar y elaborar bienes y servicios de mayor valor, para lo que, además, deberí*a mejorar su productividad. A esto se le llama "una pescadilla que se muerde la cola".
Lástima que no haya más señoras o señores Montalvo que digan lo que el Sr. Montalvo del CES ha dicho; lástima.
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economí*a IQS. Universidad Ramon Llull.
La Carta de la Bolsa
POLÍTICOS
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Santiago Niño Becerra -
Martes, 25 de Abril de 2006
Cójanse a la silla antes de leer lo que sigue:
"¿Cómo se atreven los polí*ticos, que no tienen ni idea de casi nada, a legislar sobre un sector como éste que supone el 6% del PIB?".
La frase anterior fue dicha por el Sr. Germán López, presidente de la Asociación Nacional de Importadores de Automóviles, Camiones, Autobuses y Motocicletas (ANICAM), en la presentación del estudio "Análisis y Tendencias del Sector de la Distribución del Automóvil en España" refiriéndose a la presión fiscal del subsector del automóvil en el reino. Para que no se crean que me la he inventado les digo mi fuente: El Paí*s del 3 de marzo del año en curso.
Tengo que reconocer que es de lo más fuerte que jamás he leí*do en relación al papel de los polí*ticos, a su función; y no lo ha dicho un militar golpista, lo ha dicho el presidente de una asociación nacional.
Yo, la verdad, reconozco que no tengo información suficiente como para decir que el Sr. Germán López tiene razón, o para negar que la tenga, sin embargo, muchas veces me han asaltado dudas en relación a las decisiones que los polí*ticos toman.
Los polí*ticos deciden sobre urbanismo, sobre fiscalidad, sobre temas industriales; votan cuestiones agrarias, ganaderas y pesqueras; debaten sobre seguridad viaria y sobre seguridad laboral; acuerdan ayudas, subvenciones. Cierto que cuentan con asesores y con la colaboración de expertos, pero cuesta digerirlo, al menos, a mi me cuesta.
Porque, si lo que los polí*ticos saben, de verdad, de verdad, es dialogar y negociar; si el titular de Industria de un Gobierno del paí*s X sabe poco del tema de su ministerio; si ese titular es asesorado por una pléyade de expertos; ¿son, entonces, verdaderamente imprescindibles los polí*ticos para abordar los temas técnicos?.
Por favor, no me mal interpreten; no estoy haciendo un canto a las dictaduras ni a las tiraní*as; lo único que estoy diciendo es que muchas cosas son cada vez más complejas y que, en ocasiones, tal vez podrí*an agilizarse los pasos y los senderos.
Dudo mucho que el Sr. Emilio Botí*n conozca a la perfección el dí*a a dí*a de los cajeros del banco que preside; por ello dudo también que baje al nivel de ese dí*a a dí*a de sus cajeros cuando aparezca una problemática puntual que les afecte; lo que sí*, en muchas ocasiones, hacen los polí*ticos (o no lo hacen cuando, en ocasiones, deberí*an hacerlo).
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economí*a IQS. Universidad Ramon Llull.
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COSAS DE LA BOLSA
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Santiago Niño Becerra -
Miércoles, 26 de Abril de 2006
A las 16:34 h del 17 de marzo del año en curso, en el sitio de Bloomberg podí*a leerse el siguiente titular:
"GM Shares, Bonds Drop as Wider Loss, Delay in Filing Adds to GMAC Concerns. General Motors Corp. shares and bonds fell after the world's largest automaker said its 2005 loss will be $2 billion larger because of higher costs to eliminate workers and bail out its bankrupt former auto parts- making unit, Delphi Corp."
Dejando de lado las negativas implicaciones del hecho para los accionistas de General Motors, del texto y de la historia reciente de GM, puede extraerse la siguiente secuencia:
GM, debido a diversas razones, lleva tiempo perdiendo cuota en el mercado USA, lo que incide negativamente en la cotización de sus acciones y bonos.
A fin de redireccionar su marcha, GM decide reducir su plantilla y reducir los gastos sociales ya pactados con sus trabajadores; para lo primero realiza una provisión de fondos.
GM continúa perdiendo cuota de mercado, lo que incide negativamente en sus ingresos y, debido a la provisión, profundiza en sus pérdidas, lo que vuelve a influir negativamente en la cotización de sus acciones y bonos a pesar de los anunciados despidos. (Del impacto que está teniendo Delphi, mejor no decimos nada).
En el caso de General Motors no ha funcionado -al menos de momento- una regla muy antigua que dice que cuando una compañí*a reducí*a plantillas, sus acciones recogí*an el hecho positivamente; al igual que recogí*an negativamente un aumento de los tipos de interés.
Desde hace un tiempo eso no es, siempre, así*: una compañí*a puede eliminar parte de su empleo, pero los inversores puede que interpreten que ello no va hacerle, necesariamente, ir mejor; los tipos de un paí*s pueden subir, pero es posible, que ello sea debido, precisamente, a que en ese paí*s las cosas van muy bien.
En cualquier caso, y volviendo a GM, los asuntos de la automovilí*stica no parecen pintar muy bien; será por las pérdidas contables, puede que por la confianza que despierta, puede que por el empuje de Toyota; pero, puede también, que simplemente sea porque lo que GM ofrece -todo lo que GM ofrece- ya no sea tan valorado. ¿Cómo recogerán los sofisticados modelos bursátiles cosas como esa?.
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economí*a IQS. Universidad Ramon Llull.
La Carta de la Bolsa
HORARIOS
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Santiago Niño Becerra -
Jueves, 27 de Abril de 2006
Era cuestión de meses -o de años, que para el caso ...-, que llegara al reino el tema de los horarios laborales; la cuestión de que en el reino mucha gente mete en el trabajo más horas que un reloj; el hecho de que se coma y cene a horas intempestivas y de que la vida familiar se vea, de una u otra manera, afectada por todo ello. Tení*a que llegar, y ha llegado; lo que sucede es que, como en otros asuntos, en innumerables, ha llegado mal y se está abordando peor.
En el Reino de España, el número medio de horas que una trabajadora o un trabajador está en su lugar de trabajo es uno de los más elevados de Europa, independientemente de que esa trabajadora o ese trabajador sea directora/or de sistemas o jefa/e de cocina en un restaurante con dos estrellas en la Guí*a Michelin. Evidentemente, y en principio, el objetivo de esas trabajadoras y de esos trabajadores es reducir su horario de trabajo en función de varios supuestos; y eso es lo que ahora se denomina ?conciliación de las vidas laboral y familiar'.
El empresariado (¿se han dado cuenta de que ya no se utiliza este término?), dice que no, que el horario de trabajo, en España, ya se halla suficientemente regulado; que reducciones, del tipo que sean y háganse como se hagan, afectarán negativamente a la competitividad.
Lo realmente curioso es que ninguno de los actores que intervienen en eso que se denomina el "diálogo social" han introducido en el debate lo único que de forma fundamental afecta al "tiempo de trabajo": ni Gobierno, ni Sindicatos, ni Patronal han metido en el debate la cuestión de la productividad.
El modelo productivo español se sustenta, sobre todo, en la fabricación de bienes y en la elaboración de servicios de medio y bajo valor añadido. Un modelo como ese se caracteriza, fundamentalmente, por tres hechos: un bajo nivel de inversión por ?unidad de factor trabajo', un reducido nivel de cualificación efectiva de ese factor trabajo y un elevado número de horas presenciales de cada uno de las y de los integrantes del colectivo de trabajadores.
Los Paí*ses Bajos es uno de los paí*ses europeos en que menor es el número de horas que, en términos medios, cada trabajadora y cada trabajador está en su puesto de trabajo, sin embargo, la productividad por hora trabajada es una de las más elevadas de Europa; ¿dónde radica el secreto?, pues en que el valor añadido que en cada hora de trabajo genera cada una de las trabajadoras y cada uno de los trabajadores holandeses, es superior al valor añadido que en cada hora de trabajo generan las españolas y los españoles.
¿Me siguen?. El truco está en el tipo de PIB que se genera, no en las horas que se emplean en generarlo. Un PIB formado por bienes y servicios de medio y bajo valor no anima a invertir para que quienes lo generan lo generen más rápidamente, ni a formar activamente a quienes van a generarlo. Ese es el caso de España.
En España hace falta meter muchas horas para generar el PIB que España genera y, si en algunos minutos de esas muchas horas algunas y algunos de quienes lo generan se despistan, pues bueno, total ... ya se quedarán, después, más tiempo y como, en cualquier caso, los salarios sí* están bastante relacionados con el tipo de PIB que se genera ..., pues lo comido por lo servido; ¡pero que no se reduzca más el tiempo de trabajo, que si no, no salen los números!.
Mal asunto. El Gobierno no dice lo que deberí*a decir, los Sindicatos no reclaman lo que deberí*an reclamar, y el Empresariado no hace lo que deberí*a hacer. ¿Diálogo de sordos, ya está bien todo como está, o reconocimiento implí*cito de que esto no hay quien lo arregle?.
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economí*a IQS. Universidad Ramon Llull.
La Carta de la Bolsa
Y sigo sin entender porqué me salen asteriscos tras los acentos....
Bueno, pues queda inaugurado este nuevo hilo.
Yo me vuelvo al catre a seguir sudándola, que no estoy pa leer mucho.
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Saludos.
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