Yo he sido burbujista en Londres. La última burbuja aquí empezó en 1995, despues del famoso "crash" que hizo bajar los precios un 40% entre 1989 y 1992 (ese crash y sus lecciones lo podemos discutir en otra ocasión). Yo alquilé desde el 95, y desde el 99 al 2002 fui burbujista convencido. En el 2002 intenté comprar, a pesar de todo, pero no salió porque me quedé sin trabajo. En el 2004 la burbuja pareció tocar techo: las ventas se redujeron mucho, las casas tardaban en venderse mucho más, algunos precios desorbitados se rebajaron bastante para venderse. Pero en general, lo que sucedio fue el famoso aterrizaje suave: el que tenía que vender deseperadamente bajaba los precios, los demás se aguantaban sin vender, pero no bajaban. Esto duró desde mediados del 2004 hasta finales de 2005. Los precios subieron un 17% en 2004, un 4% en 2005, y en 2006 llevan ya un 5% (esto son medias nacionales publicadas por los bancos).
Yo compré el año pasado porque estaba harto de alquilar con dos niños (tuve una mala experiencia), y encontré un buen piso a un precio caro pero que parecía una oportunidad. Estoy contento de haberlo hecho, aunque la hipoteca pesa un poco, y ver que los precios suben me acongoja más que me alivia. Preferiría que bajaran, aunque mi piso valiera menos. La burbuja en España me parece demencial. Poniéndome egoista, reconozco que me tranquiliza un poco el hecho de que a la burbuja de Londres todavía le queda mucho potencial para llegar al nivel de la Española.
Cuando era burbujista me di cuenta de que uno solo oye lo que quiere oir. Se buscan razones que justifican que la burbuja va a petar, se aplauden los indicadores que van en ese sentido, se ignoran los contrarios. La realidad se ve distorsionada por nuestras esperanzas. (por supuesto esto pasa siempre: si la burbuja peta, veréis a los pepitos con la hipoteca negando la realidad y autoconvenciéndose de que esto no es nada, y se recuperará enseguida). Es muy difícil ver la realidad tal y como es, sin que nuestras esperanzas la deformen.
A veces sí que parece que el burbujismo es una nueva religión, como dice Blackbird. Es duro, flaquean las fuerzas, pero si se mantiene la fé llegará el mesías (en forma de Trichet), recompensando a los creyentes con viviendas baratas y castigando a los infieles con las penas de una hipoteca infernal. Si os reconforta, bienvenido sea. Pero no confiéis en ello para arreglaros la vida. Leer a Hesíodo. Cuando Pandora dejo escapar de la cesta todos los males, el último en salir dicen que fue la esperanza.