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Madmaxista
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Rusia confía en el euro
La suerte del euro depende en buen grado de Rusia. Esta afirmación a primera vista paradójica es muy fácil de explicar. La situación en el mercado de valores es tal que, el menor movimiento descuidado de un gran tenedor de euros puede asestar un golpe mortal a la moneda única europea junto con la comunidad europea en general.
Rusia tiene casi la mitad de sus reservas internacionales en euros, que, ni más ni menos, son 200.000 millones. Teniendo en cuenta que estas reservas son una de las mayores del mundo, la renuncia incluso a una parte de las inversiones en euros podría echar abajo su cotización. Pero es que Rusia tiene fuertes lazos comerciales con la Unión Europea y muchos ciudadanos guardan sus ahorros en euros. Por eso Moscú no piensa ser un observador indiferente y respaldará la moneda comunitaria. Para ello hay no sólo medios, sino también voluntad política. Lo importante es que Rusia confía en el euro -manifestó el presidente del Gobierno ruso, Vladímir pilinguin:
-Sin euro no hay Unión Europa. En la destrucción de esta estructura, que se formó con muchas dificultades con los esfuerzos de muchas generaciones, no hay interesados, como tampoco existen condiciones objetivas para la caída del euro. Lo cierto es que hay ciertas complicaciones. Pero estoy seguro de que tienen un carácter temporal. En general, las autoridades europeas actúan de forma absolutamente correcta. De ahí que Rusia no piense cambiar su actitud frente al euro como moneda de reserva.
La decisión de Rusia de no cambiar la estructura de las inversiones en monedas extranjeras de por sí le hizo el juego a la estabilidad de la eurozona. Recordemos como reaccionó el mercado al bulo periodístico sobre las supuestas intenciones de China de vender una parte de los ahorros estatales en euros o la declaración de Irán, que pensaba cambiar los ahorros financieros de euros a dólares. Tras semejantes noticias el curso del euro cayó en el acto en 10 puntos. La promesa de Moscú que guardar la fidelidad al dinero europeo, por el contrario, resultó positiva.
Animados por el respaldo de Moscú, en Europa empezaron a hacer alusión a la posibilidad de efectuar inversiones más amplias: no sólo comprar eurobonos, sino también invertir en proyectos a largo plazo.
Rusia por ahora no se apresura a hacer inversiones en la infraestructura europea -estima el director del Instituto de Economía de la Academia de Ciencias de Rusia, Ruslán Grinberg. El científico, en general, considera que el respaldo principal al euro por parte de Moscú debe ser jovenlandesal. Lo demás deben hacerlo los propios europeos.
-Hay que controlar los procesos financieros nacionales. En la eurozona hay un centro emisor único y políticas fiscales nacionales soberanas. La desproporción es muy grande. No se puede esperar una política financiera única. Para ello tiene que haber un Estado europeo único, lo cual es poco probable. Al propio tiempo, la interdependencia de los participantes de la eurozona es tan grande, que se requiere una regulación financiera supranacional. Caso contrario hay que desbandarse.
Los rumores con respecto a esto último circulan poco menos que desde los primeros días de la crisis. Y ya después del problema con Grecia, sobre la salida de la organización comenzaron a hablar de ello sin pudor alguno. Los italianos sueñan con regresar a la lira, los alemanes recuerdan con nostalgia los marcos, los franceses no se oponen a vivir de nuevo con sus francos. En principio, esto era esperable. Es diferente la cultura económica nacional de los 16 países que pasaron a la moneda europea común, y en el caso de la crisis, los participantes buscan solo lo mejor para sí. El egoísmo nacional en esos países es todavía muy fuerte considera German Vlaskin, experto del Instituto de Economía de la Academia nacional de Ciencias.
-No piensa que sean serios estas conversaciones sobre la salida de la zona del euro. Por un cálculo mas deliberado ellos llegarán al consenso que es mejor juntos que separados, indica German Vlaskin. Se viven tiempos bastante duros que es necesario atravesar. Pare estos países son sumamente insólitos los intentos de resolver los problemas del déficit fiscal a costa de la reducción del paquete social. Pero, la comunidad europea está haciendo todo lo posible para impedir el desplome del ente del euro. Y difícilmente alguien abandone este espacio.
El cualquier caso, no es nada fácil salir de la zona del euro. No existen prohibiciones para ello, pero los gobiernos y los bancos tienen compromisos jurídicos dentro del euro. Y ellos no podrán renunciar a tales compromisos con una plumada, subraya Vladimir Evstignieiev, subdecano de la cátedra de relaciones internacionales monetario-financieras de la Escuela Superior de Economía.
-No existen mecanismos consignados de salida de los países de la zona del euro de esta asociación. De ahí que, en cualquier caso tendrá carácter conflictivo. La división sobrevendrá si Alemania renuncia a su papel de donante para los que se hunden y retorna a los principios de una política financiera rígida. En tal caso, ya sea la zona del euro se reduce quedando Alemania y Benilux, y entonces no solo sobrevivirá el euro, sino que se fortalecerá considerablemente. Ora sobrevendrá el efecto del alud y la zona del euro se desploma. Pero, yo pienso que los países empeñarán el máximo de los esfuerzos para que perdure la zona del euro.
Es demasiado importante esta divisa para el sistema económico global, como para renunciar a ella sin lucha, subrayaba Oleg Viuguin, presidente del Directorio del MDM Bank.
-El euro es un proyecto, cuya renuncia tiene un precio muy elevado. De ahí que es evidente que los políticos europeos van a hacer mucho para conservar la zona del euro, augura el especialista. Si hablamos del futuro del euro, existe una gran probabilidad de que se mantenga. Pero, esta divisa será relativamente débil, en comparación a lo que fue antes.
En tanto, un euro débil es un programa anticrisis verdadero para Europa. Pues, los bienes exportados se abaratan, por consiguiente salen ganando en la lucha competitiva. Además que, el actual debilitamiento del euro no es en absoluto catastrófico, afirma Anatoli Aksakov, presidente de la Asociación de Bancos Regional de de Rusia.
-En el comienzo mismo de su camino, el euro era igual a 1 dólar y 19 centavos. Después se abarató llegando a su punto mas bajo de 82 centavos de dólar, explica Anatoli Aksakov. Posteriormente vino lo contrario, el dólar cayó con respecto al euro en casi el cien por cien y no ocurrió nada terrible ni en la economía de EEUU ni en la mundial. De ahí que no cabe dramatizar lo que ocurre hoy día con el euro. Admito que el euro puede descender aun con respecto al dólar, por cuanto persiste todavía un cierto nerviosismo debido al déficit fiscal de los países de la UE que integran la zona del euro. Pero, pienso que esa caída será irrelevante.
Ahora bien, para Rusia, la caída de la cotización del euro es un arma de dos filos. Por una parte, las importaciones se tornan mas baratas; por la otra, sufren las exportaciones. Por una parte, para los rusos saldrá mas barato viajar a descansar a Europa; por la otra, de Rusia van a salir los inversionistas bursátiles, además que se reducen las posibilidades de los préstamos externos.
Hablando francamente, las fluctuaciones de la cotización del euro no repercutirán mucho en Rusia. Si canasta de reservas internacionales es bimonetaria. Cae el euro, crece el dólar, como resultado, se nivela todo. Sin embargo, nadie sale ganando con las turbulencias bruscas. Cuando en el mercado de divisas reina la estabilidfad surge la posibilidad para la planificación de largo plazo del desarrollo de la economía y para la organización de las relaciones comerciales, subraya Alexander Yakovliev, director del Departamento de análisis de la información, de la Agencia electrónica RBK.
-En los últimos diez años, el sistema financiero mundial ha venido asimilando activamente el euro, los bancos centrales han formado parte de sus reservas en la moneda europea y el comercio se la realizado en euros. Rusia no ha sido la exclusión, señala Alexander Yakovliev. De ahí que para Rusia sea de suma importancia la estabilidad política y financiera dentro de la UE, dentro de la zona del euro. Para tales niveles globales financieros no hay lugar para la competencia menuda: ya sea es una moneda fuerte o débil ya sea desaparece o no desaparece. Si el euro va a sufrir secuencias de problemas, ello repercutirá en todo el sistema financiero mundial. De ahí que nadie esté interesado en que ocurran cambios negativos serios con el euro. Por lo demás, lo que ocurre ahora es parte de una historia económica perfectamente normal. Nadie afirma que próximamente seremos testigos del colapso del euro. Es cierto que está cayendo su precio. Pero, al mismo tiempo somos testigos de otras tendencias nada mejores en el mercado de divisas.
Este punto de vista tiene también el ministro de Hacienda de Rusia Alexei Kudrin. El titular afirma que las fluctuaciones en la cotización de las divisas no son un indicio de tragedia: es el desarrollo normal de los hechos en el mercado. Y el hecho que Rusia confía en la estabilización, mantiene la estructura de sus reservas internacionales y no cae en el pánico, ello hace un ponderable aporte de apoyo a la moneda europea común.
Fuente: Rusia confía en el euro: La Voz de Rusia
La suerte del euro depende en buen grado de Rusia. Esta afirmación a primera vista paradójica es muy fácil de explicar. La situación en el mercado de valores es tal que, el menor movimiento descuidado de un gran tenedor de euros puede asestar un golpe mortal a la moneda única europea junto con la comunidad europea en general.
Rusia tiene casi la mitad de sus reservas internacionales en euros, que, ni más ni menos, son 200.000 millones. Teniendo en cuenta que estas reservas son una de las mayores del mundo, la renuncia incluso a una parte de las inversiones en euros podría echar abajo su cotización. Pero es que Rusia tiene fuertes lazos comerciales con la Unión Europea y muchos ciudadanos guardan sus ahorros en euros. Por eso Moscú no piensa ser un observador indiferente y respaldará la moneda comunitaria. Para ello hay no sólo medios, sino también voluntad política. Lo importante es que Rusia confía en el euro -manifestó el presidente del Gobierno ruso, Vladímir pilinguin:
-Sin euro no hay Unión Europa. En la destrucción de esta estructura, que se formó con muchas dificultades con los esfuerzos de muchas generaciones, no hay interesados, como tampoco existen condiciones objetivas para la caída del euro. Lo cierto es que hay ciertas complicaciones. Pero estoy seguro de que tienen un carácter temporal. En general, las autoridades europeas actúan de forma absolutamente correcta. De ahí que Rusia no piense cambiar su actitud frente al euro como moneda de reserva.
La decisión de Rusia de no cambiar la estructura de las inversiones en monedas extranjeras de por sí le hizo el juego a la estabilidad de la eurozona. Recordemos como reaccionó el mercado al bulo periodístico sobre las supuestas intenciones de China de vender una parte de los ahorros estatales en euros o la declaración de Irán, que pensaba cambiar los ahorros financieros de euros a dólares. Tras semejantes noticias el curso del euro cayó en el acto en 10 puntos. La promesa de Moscú que guardar la fidelidad al dinero europeo, por el contrario, resultó positiva.
Animados por el respaldo de Moscú, en Europa empezaron a hacer alusión a la posibilidad de efectuar inversiones más amplias: no sólo comprar eurobonos, sino también invertir en proyectos a largo plazo.
Rusia por ahora no se apresura a hacer inversiones en la infraestructura europea -estima el director del Instituto de Economía de la Academia de Ciencias de Rusia, Ruslán Grinberg. El científico, en general, considera que el respaldo principal al euro por parte de Moscú debe ser jovenlandesal. Lo demás deben hacerlo los propios europeos.
-Hay que controlar los procesos financieros nacionales. En la eurozona hay un centro emisor único y políticas fiscales nacionales soberanas. La desproporción es muy grande. No se puede esperar una política financiera única. Para ello tiene que haber un Estado europeo único, lo cual es poco probable. Al propio tiempo, la interdependencia de los participantes de la eurozona es tan grande, que se requiere una regulación financiera supranacional. Caso contrario hay que desbandarse.
Los rumores con respecto a esto último circulan poco menos que desde los primeros días de la crisis. Y ya después del problema con Grecia, sobre la salida de la organización comenzaron a hablar de ello sin pudor alguno. Los italianos sueñan con regresar a la lira, los alemanes recuerdan con nostalgia los marcos, los franceses no se oponen a vivir de nuevo con sus francos. En principio, esto era esperable. Es diferente la cultura económica nacional de los 16 países que pasaron a la moneda europea común, y en el caso de la crisis, los participantes buscan solo lo mejor para sí. El egoísmo nacional en esos países es todavía muy fuerte considera German Vlaskin, experto del Instituto de Economía de la Academia nacional de Ciencias.
-No piensa que sean serios estas conversaciones sobre la salida de la zona del euro. Por un cálculo mas deliberado ellos llegarán al consenso que es mejor juntos que separados, indica German Vlaskin. Se viven tiempos bastante duros que es necesario atravesar. Pare estos países son sumamente insólitos los intentos de resolver los problemas del déficit fiscal a costa de la reducción del paquete social. Pero, la comunidad europea está haciendo todo lo posible para impedir el desplome del ente del euro. Y difícilmente alguien abandone este espacio.
El cualquier caso, no es nada fácil salir de la zona del euro. No existen prohibiciones para ello, pero los gobiernos y los bancos tienen compromisos jurídicos dentro del euro. Y ellos no podrán renunciar a tales compromisos con una plumada, subraya Vladimir Evstignieiev, subdecano de la cátedra de relaciones internacionales monetario-financieras de la Escuela Superior de Economía.
-No existen mecanismos consignados de salida de los países de la zona del euro de esta asociación. De ahí que, en cualquier caso tendrá carácter conflictivo. La división sobrevendrá si Alemania renuncia a su papel de donante para los que se hunden y retorna a los principios de una política financiera rígida. En tal caso, ya sea la zona del euro se reduce quedando Alemania y Benilux, y entonces no solo sobrevivirá el euro, sino que se fortalecerá considerablemente. Ora sobrevendrá el efecto del alud y la zona del euro se desploma. Pero, yo pienso que los países empeñarán el máximo de los esfuerzos para que perdure la zona del euro.
Es demasiado importante esta divisa para el sistema económico global, como para renunciar a ella sin lucha, subrayaba Oleg Viuguin, presidente del Directorio del MDM Bank.
-El euro es un proyecto, cuya renuncia tiene un precio muy elevado. De ahí que es evidente que los políticos europeos van a hacer mucho para conservar la zona del euro, augura el especialista. Si hablamos del futuro del euro, existe una gran probabilidad de que se mantenga. Pero, esta divisa será relativamente débil, en comparación a lo que fue antes.
En tanto, un euro débil es un programa anticrisis verdadero para Europa. Pues, los bienes exportados se abaratan, por consiguiente salen ganando en la lucha competitiva. Además que, el actual debilitamiento del euro no es en absoluto catastrófico, afirma Anatoli Aksakov, presidente de la Asociación de Bancos Regional de de Rusia.
-En el comienzo mismo de su camino, el euro era igual a 1 dólar y 19 centavos. Después se abarató llegando a su punto mas bajo de 82 centavos de dólar, explica Anatoli Aksakov. Posteriormente vino lo contrario, el dólar cayó con respecto al euro en casi el cien por cien y no ocurrió nada terrible ni en la economía de EEUU ni en la mundial. De ahí que no cabe dramatizar lo que ocurre hoy día con el euro. Admito que el euro puede descender aun con respecto al dólar, por cuanto persiste todavía un cierto nerviosismo debido al déficit fiscal de los países de la UE que integran la zona del euro. Pero, pienso que esa caída será irrelevante.
Ahora bien, para Rusia, la caída de la cotización del euro es un arma de dos filos. Por una parte, las importaciones se tornan mas baratas; por la otra, sufren las exportaciones. Por una parte, para los rusos saldrá mas barato viajar a descansar a Europa; por la otra, de Rusia van a salir los inversionistas bursátiles, además que se reducen las posibilidades de los préstamos externos.
Hablando francamente, las fluctuaciones de la cotización del euro no repercutirán mucho en Rusia. Si canasta de reservas internacionales es bimonetaria. Cae el euro, crece el dólar, como resultado, se nivela todo. Sin embargo, nadie sale ganando con las turbulencias bruscas. Cuando en el mercado de divisas reina la estabilidfad surge la posibilidad para la planificación de largo plazo del desarrollo de la economía y para la organización de las relaciones comerciales, subraya Alexander Yakovliev, director del Departamento de análisis de la información, de la Agencia electrónica RBK.
-En los últimos diez años, el sistema financiero mundial ha venido asimilando activamente el euro, los bancos centrales han formado parte de sus reservas en la moneda europea y el comercio se la realizado en euros. Rusia no ha sido la exclusión, señala Alexander Yakovliev. De ahí que para Rusia sea de suma importancia la estabilidad política y financiera dentro de la UE, dentro de la zona del euro. Para tales niveles globales financieros no hay lugar para la competencia menuda: ya sea es una moneda fuerte o débil ya sea desaparece o no desaparece. Si el euro va a sufrir secuencias de problemas, ello repercutirá en todo el sistema financiero mundial. De ahí que nadie esté interesado en que ocurran cambios negativos serios con el euro. Por lo demás, lo que ocurre ahora es parte de una historia económica perfectamente normal. Nadie afirma que próximamente seremos testigos del colapso del euro. Es cierto que está cayendo su precio. Pero, al mismo tiempo somos testigos de otras tendencias nada mejores en el mercado de divisas.
Este punto de vista tiene también el ministro de Hacienda de Rusia Alexei Kudrin. El titular afirma que las fluctuaciones en la cotización de las divisas no son un indicio de tragedia: es el desarrollo normal de los hechos en el mercado. Y el hecho que Rusia confía en la estabilización, mantiene la estructura de sus reservas internacionales y no cae en el pánico, ello hace un ponderable aporte de apoyo a la moneda europea común.
Fuente: Rusia confía en el euro: La Voz de Rusia
