Más de 5.000 mujeres y hombres, procedentes en su mayoría de países del Este europeo, sacan adelante estos días la campaña de la fresa en la docena de viveros que se dedican a esta actividad en la provincia de Segovia.
Gracias a ellos terminará el próximo mes la temporada, que mueve varios millones de euros al año y que representa uno de los sectores más avanzados de la agricultura en la provincia. Esta docena de viveros convierten a Segovia en la provincia que lidera la producción a nivel nacional.
En total se han cultivado este año 1.380 hectáreas, unas cien más que en la temporada pasada, pero además con muchas dudas y dificultades entre los productores, según mantiene Tomás Román Yagüe, presidente de la Asociación de Viveristas de Segovia (Vifase). Los empresarios no sólo tienen que buscar a los jornaleros, sino además procurarles alojamiento dado que la disponibilidad de casas de alquiler o de hostales no resulta frecuente en los municipios en los que se encuentran las plantaciones.
Las principales zonas productivas se concentran en la zona del Carracillo, en la comarca de Carbonero el Mayor y Mozoncillo; y otra más alejada en Fuente el Olmo de Fuentidueña.
Cuentan con la ventaja de que el grueso de estos temporeros procede de regiones en las que terminan otras campañas agrícolas, como la de la vendimia o la recogida de la manzana en Cataluña. Este año la mayoría procede de Rumanía, además de polacos y búlgaros. Y, como en los últimos años, la presencia de mano de obra femenina resulta la más habitual. Su mayor destreza en las labores manuales también las hace más idóneas para la campaña de Segovia.
La crisis económica no ha variado el mapa geográfico de los trabajadores, de modo que pocos españoles han acudido a solicitar trabajo en la campaña, y que hace años, cuando comenzaba a desarrollarse el cultivo de la fresa, empleó a muchos estudiantes y amas de casa segovianos.
Las expectativas de los empresarios no son muy halagüeñas para este año. Temen los efectos de la crisis. “Es posible que el ama de casa prescinda del consumo de fresa porque es una de las frutas más caras y nos puede suponer un año clave en la continuidad de muchos de nosotros”, advierte el presidente de Vifase.
A ello se añade otra incidencia que ha marcado la actual campaña en cuanto al desarrollo vegetativo de las plantas. Las altas temperaturas que han marcado las primeras semanas del otoño han condicionado la madurez ideal que deben llevar las plantas a su destino.
Todos estos aspectos pueden repercutir en el resultado de la campaña de la fresa en Segovia, que continuará precisando de mano de obra ante la ausencia de maquinaria que mecanice el proceso de selección y contabilización de las plantas de fresa, que se exportan, tanto en fresco como congeladas en camiones frigoríficos.
